Estamos ante otra obra memorable de la editora Ático de los Libros; en este caso sobre un personaje que conforma el momento histórico del medioevo, como humilde historiador medievalista que soy. Me estoy refiriendo al espacio cronológico histórico del siglo XI y XII, donde se encuentra la pléyade más brillante de la historiografía de la Edad Media. Alfonso IX de León; Sancho VII de Navarra; Alfonso VIII de Castilla; Lucas de Tuy, Jiménez de Rada; Pedro II de Aragón; Ricardo I de Inglaterra; Juan II de Inglaterra; Leonor de Aquitania; Leonor Plantagenêt de Castilla; Enrique II de Inglaterra; el papa Alejandro III; Federico Barbarroja de Alemania y, cómo no, el sultán kurdo Saladino, quien no tuvo la necesaria valentía de crear un estado kurdo independiente. Probablemente de lo más brillante, políticamente, que ha alumbrado nunca el género humano. Esta obra ha obtenido, muy merecidamente, el premio Slightly Foxed a la mejor primera biografía. “1187. Por primera vez en casi cien años, Jerusalén ha caído en manos musulmanas, un hecho histórico que supone la culminación de la fascinante vida del sultán Saladino. Admirado y abominado a partes iguales, su captura de la Ciudad Santa conmocionó a la cristiandad europea y Oriente Próximo. La vida de Saladino estuvo llena de aventuras, desafíos y contradicciones, pero, a lo largo de toda ella, la fortuna le sonrió. Desde su nacimiento y su llegada al poder en Egipto, este incansable guerrero y diplomático luchó por la yihad al tiempo que construía un vasto imperio que se extendía desde el norte de África hasta Iraq; y, al frente de una turbulenta coalición, prendió la llama de la Tercera Cruzada, donde protagonizó un enfrentamiento legendario con su mayor adversario: Ricardo Corazón de León. A partir de fuentes árabes y europeas, Jonathan Phillips, especialista en las cruzadas, ofrece un retrato vívido e intimista sobre el hombre y la leyenda tras el sultán, un acérrimo defensor de la fe generoso y justo, pero también humano, capaz de una crueldad terrible y de cometer errores, y analiza cómo su leyenda ha sido manipulada desde la Edad Media hasta la actualidad para servir a diversos fines. Esta es la biografía definitiva de uno de los mayores líderes de la historia”. En el prólogo se cita un canto de rap, estructura musical que abomino, sobre un damasceno que enaltece a Saladino, ¡craso error! por parte de Shaaban Abd el-Rahim, ya que Saladino/Salahadin o Al-Nasir Salah ad-Din Yusuf ibn Ayyub o Selahedînê Eyûbi (en la lengua de los kurdos) no estaría muy alejado de los damascenos y nunca defendiendo, a capa y espada, la identidad de su pisoteado y humillado pueblo kurdo. Por ello, muchos kurdos le consideran un traidor a su pueblo, y solamente le califican como un salvador del Islam. La obra se alumbra en el mes de marzo de 1132, cuando un grupo de jinetes llega a toda velocidad a las puertas de la ciudad donde nacería el futuro Saladino. La obra extraordinaria no deja nada al margen del análisis; desde la aproximación al personaje, para tratar de descubrir, ¡y bien que se consigue!, cual y como fue la realidad de su existencia en el complicado y enrevesado, a fuer de más que diverso, ambiente religioso, político y cultural de la Edad Media, en lo que se denomina como Oriente Próximo. Sobre todo es de primera calidad el estudio que realiza, el profesor Jonathan Phillips sobre las relaciones, indubitables, que el eximio mahometano mantuvo con los monarcas Ricardo I “Corazón de León” de Inglaterra y Felipe I “Augusto” de Francia, en lo que los historiadores medievalista denominamos como la Tercera Cruzada, su esfuerzo conllevaría la victoria en los Cuernos de Hattin, y de hecho la reconquista islámica de Jerusalén, y el nuevo estatuto de la Ciudad Santa para los seguidores de Cristo. La obra está sostenida, desde sus cimientos, por toda una pléyade seleccionada de fuentes árabes y crónicas cristianas europeas. El resultado de todo ello es que la hagiografía de los cruzados y de los musulmanes desaparece, y se realiza un estudio histórico sensato de lo que ocurrió, desde la muerte de Federico I “Barbarroja” Hohenstaufen de Alemania, hasta la salida de ‘Corazón de León’ de Palestina. Al final de la obra se realiza un acercamiento, más que importante, a todas las biografías, a favor y en contra, realizadas sobre el Ayyubí. El prof. Phillips no se olvida de cómo se han ido modelando, más que interesadamente, todas las formas de interpretar al sultán kurdo, en el bando musulmán palestinense a favor, muy prístinamente, de la figura de Saladino. El material complementario de esta obra, tan destacada y eximia biografía, presenta una bibliografía impresionante, seis mapas muy esclarecedores, una lista de personajes históricos más que necesaria, y no deja nada al azar en el análisis de la obra. “Este libro ha sido un intento de comprender cómo y por qué Saladino sigue siendo una figura tan destacada y querida más de ochocientos años tras su muerte. En cierto sentido, la respuesta es sencilla: conquistó Jerusalén a los cristianos y devolvió el tercer lugar más sagrado del islam a manos musulmanas. Sin embargo, si bien esta espectacular victoria siempre será un aspecto central de su legado, el sultán fue mucho más que ese gran triunfo, independientemente de su importancia simbólica sin parangón. He intentado discernir los elementos que sustentan su éxito, tanto en términos militares como religiosos y políticos, y también examinar los desafíos que enfrentó de una manera más personal, en términos de las tensiones físicas y mentales a las que se vio sometido. ¿Qué fue lo que permitió al sultán ir más allá de un logro histórico extraordinario para evolucionar y convertirse en una figura admirada y, en ocasiones, mitificada, tanto en Oriente como en Occidente?”. Estimo más que justo y necesario conocer la anterior opinión del prof. Phillips, para poder tener una posibilidad de evaluar, desde todos los perfiles posibles, al personaje que hoy me ocupa y me preocupa, en esta obra de cerca de 700 páginas abigarradas de conocimiento sapiente y certero sobre el kurdo Saladino. Parece ser que estamos ante un personaje que conjugaba fe, generosidad, misericordia y justicia, pero no carente su forma de hacer de la crueldad inherente, en muchas ocasiones, al Islam. En suma, recomiendo, sin ambages, este libro de la editora Ático de los Libros, cuyas obras tienen tanta calidad que merecen los mayores éxitos. ¡Sobresaliente! «Rex tamen, atque idem egregius virtute bellica». Puedes compra el libro en:
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