“Siempre hubo hombres o mujeres jóvenes que han vendido su cuerpo a la gente que lo podía pagar. Timandra no hacia exactamente eso, ella sólo se acostaba con el que quería y no quería con cualquiera. Por lo tanto, no era una prostituta en el stricto sensu del término sino era más bien una geisha o una servidora de Afrodita”, relata el autor nacido en Grecia, de donde huyó en lo años sesenta por el ambiente agobiante que había en el país heleno. Timandra decidía con las personas con las que quería estar. “Ella formaba parte de la vida cultural de Atenas, tenía mucho poder y era muy respetada. Hoy la prostitución es otra cosa. Algo horrible y vejatorio. El pagar es una justificación para hacer algo que está mal”, señala Kallifatides en la rueda de prensa de la presentación del libro y añade “he leído mucho sobre este personaje histórico, era una persona con un carácter que las mujeres y hombres de ahora pudieran necesitar. Era una verdadera lideresa, una mujer inteligente, muy interesada en la filosofía y la política. Un auténtico modelo para los ciudadanos de hoy en día”. En opinión de su editor Joan Tarrida, “Timandra” es una novela muy distinta de las que había publicado hasta ahora de Kallifatides, que lleva publicados unos cuarenta libros entre novelas, ensayos y poesía. “El escritor tiene tres líneas de acción en sus novelas. Por un lado, tiene varias novelas autobiográficas, escritas en primera persona, por otro lado unas novelas basadas en su propia experiencia pero que contienen bastante ficción y, por último, las novelas en las que no interviene su experiencia vital de vida y se basa en mitos de la Grecia Clásica. Ese es el caso de Timandra”. Theodor Kallifatides escribe en sueco, en ocasiones se traduce el mismo al griego y en otras no, y también en griego. “El escritor quiere que siempre le traduzcamos del sueco o del griego cuando lo ha traducido él. En la actualidad, tiene hasta cuatro traductoras al castellano, dependiendo del tipo de libro que haya escrito. “Por el momento, vamos a publicar, al menos, un libro al año de él. Este año, dos. Timandra, ahora, y en octubre editaremos Amor y morriña”, cuenta el editor catalán. Así que, probablemente le tendremos dos veces por nuestro país y podremos comprobar los avances que ha hecho en poco tiempo con el castellano. “Me gusta mucho la cultura española. Grecia y España compartimos muchas cosas, la principal es que los dos países han padecido una guerra civil en el pasado siglo. Creemos que se acaban las guerras, pero una guerra civil no tiene fin nunca”, sentencia el escritor. “Pocos políticos suecos citan a Strindberg, casi todos a quien citan es a Pippi Calzaslargas”Kallifatides se muestra muy crítico con casi todo y todos. “Los políticos griegos son unos incapaces y unos mentirosos. Me tuve que ir de Grecia en los años sesenta porque no podía estudiar en la Universidad. Mi padre fue acusado de socialista y a los hijos de éstos no les dejaban estudiar. Sí lo pude hacer en Suecia, incluso me pagaron por hacerlo. Yo les he devuelto con creces lo que invirtieron en mi”, dice con tono sarcástico, más bien griego que sueco y continúa diciendo “la cultura, ahora, es una cuestión negociable. Ya no les interesa a los políticos. Echo en falta la altura de miras de esta generación de dirigentes. Ahora ya no se cita a Strindberg, prefieren citar a Pippi Calzaslargas que es a quien han leído”. En España, ocurre algo similar, es raro encontrar a un político que cite a Cervantes o Machado, pero es relativamente sencillo escuchar citas de Cantintlas.
El escritor sueco prefiere en la actualidad, “escribir novelas totalmente de ficción, las autobiográficas siempre son más difíciles. Es complicado escribir sobre uno mismo; con las de la línea histórica, sucede algo similar, ya que hay que leer y preparárselas mucho. Recrear es muy difícil y más si se utiliza una voz de mujer. Pese a eso, me ha adaptado bastante bien”, reconoce. “Ahora escribo sin ambición, escribo por placer. Estoy en la fase de que escribir es como estar de vacaciones para mí”, desgrana Kallifatides en un inglés fluido. Reconoce que los tiempos no son tan buenos como hace unos años. “Ha habido mejores momentos para los lectores. Hace unos años Suecia estaba llena de bibliotecas, las había por todos los sitios”, afirma este escritor que tiene la rara habilidad de conectar perfectamente con sus lectores. El otro día firmó más de 150 libros en una conocida librería madrileña y trató a todos sus lectores con una calidez exquisita. Theodor Kallifatides se despide con una mala noticia. “Mi carrera literaria está prácticamente hecha. Creo que ya me queda poco por decir. Tengo derecho en estos últimos años de mi vida a ser feliz y no quiero ser prisionero más de mis libros. Prefiero jugar al fútbol con mi nieta de diez años”, concluye el escritor que parece que ha decidido pasar más tiempo en España con su nieta, porque lo que se dice de fútbol en Suecia no podrá aprender mucho, mejor en la capital de España junto al mejor equipo del mundo. Puedes compra el libro en:
Noticias relacionadas+ 0 comentarios
|
|
|