Ahora que predomina en la literatura el thriller y las narraciones de acción, Kirmen Uribe se muestra contrario a la peripecia por la peripecia. “La novela es sobre todo estilo y estructura. Soy un enamorado de las formas”, dice el autor vasco en una entrevista que mantuvimos en un céntrico hotel madrileño, aprovechando que ha venido a España últimamente reside en Nueva York con su familia- para presentar su última novela. Después irá a Barcelona y a su querida Bilbao, concretamente al Guggenheim a presentar su nueva obra. El encuentro con la protagonista de la novela, la pacifista, feminista y sufragista húngara Rosika Schwimmer, fue totalmente casual. “Buscando mujeres extraordinarias para escribir una novela por Internet me encontré con ella. Era una mujer totalmente extraordinaria que organizó el Barco de la Paz en 1915. Terca como buena húngara removió cielo y tierra hasta que fue recibida por el presidente estadounidense Thomas Woodrow Wilson 14 minutos, ni uno más ni uno menos, para contarle su idea sobre cómo parar la Primera Guerra Mundial. Para ello, quería poner en marcha dicho barco de la paz. La gestión no salió como esperaba, pero no se rindió. Si el hombre más poderoso de Estados Unidos no le hacía caso, su siguiente paso sería ir a por el hombre más rico de Norteamérica, el magnate de la automoción Henry Ford, que sí la dio los fondos necesarios para organizar el viaje hasta La Haya”, cuenta con pasión el autor de “La vida anterior de los delfines”. “La novela trata de dos temas principales: la amistad entre dos mujeres, Rosika Schwimmer y su secretaria personal y posible amante Edith Wynner, y el pacifismo. Por otra parte, está la historia de Uri y su familia, y la amistad ente Nora -esposa de Uri- y Maider. Siendo el detonante de ambas historias Nueva York”, explica el escritor de Ondarroa. Aquí interviene su editor Jesús Rocamora “Kirmen deja hablar a las mujeres en su novela, hasta tal punto que se limita a transcribirlas”, sostiene y añade “además, es una novela de espejos. Muy coral”. Porque, realmente, son muchos los espejos que utiliza Kirmen Uribe en su novela. “Por un lado, tenemos la historia de los derechos de las mujeres en los años veinte y treinta del siglo pasado que reclamaban su derecho al voto y, por otra, tenemos esa misma lucha del feminismo en los años ochenta en el País Vasco por el derecho al aborto y a la libertad”, desgrana el autor. Aquí es cuando el autor cuenta alguna de las leyendas de su tierra. "En Grecia, la sirenas devoraban a sus amantes. En Euskadi, las lamias convertían a sus amantes en delfines", dice el escritor vasco que ha llegado con un atuendo muy marinero, camiseta de rayas. Kirmen Uribe retoma el relato de cómo escribió el libro. “Después de encontrar su historia en Internet, solicité una beca a la Biblioteca Pública de Nueva York. Me dieron un año para trabajar en sus archivos. Les interesaba la visión de un europeo sobre un tema tan americano. En USA valoran muchísimo este tipo de literatura. La biblioteca tenía unos fondos extensísimos sobre Rosika Schwimmer que había guardado Edith Wynner en 176 cajas de documentación. En la biblioteca trabajábamos becados tres novelistas, dos poetas y diez investigadores. No nos exigían resultados, sólo que comiésemos juntos todos los días. En Europa siempre se exige la publicación de un libro”, recuerda. “Rosika Schwimmer fue una pacifista radical que no quería ejércitos en el mundo”Para Uribe, “Rosika Schwimmer fue una pacifista radical. Estaba a favor de una República Federal Mundial, no quería ejércitos en el mundo, sus ideas eran muy actuales y arriesgadas. Sólo quería que no hubiese guerras. Además era muy idealista y ética”. Lástima que ahora estemos inmersos en la guerra de Ucrania. “A mi padre no le gustaba hablar de nuestra guerra. Parece que estemos locos, queremos olvidarlas para volver a comenzar otras”, asevera con inteligencia.
En su opinión, “mi nueva novela es la que tiene más autoficción de las mías. Cuento el proceso de escritura del libro y otros recuerdos de la familia y de mi tía Bego en los años ochenta. Luego se cambia el foco y se cambia de narrador asumiendo el peso de la última parte Nora. Está contada desde tres puntos de vista diferentes, por eso creo que es mi novela más trabajada y mejor. Una novela multicoral. Al principio, predomina la autoficción, pero en la segunda parte es la ficción la que impera”. La parte de autoficción se desarrolla en el Upper West Side donde se aloja el escritor con su familia. “Es un barrio muy cosmopolita, donde han vivido y viven mucho artistas de todo género”, señala. Cree el autor vasco, que una de sus protagonistas Edith Wynner "es un personaje que Bolaño hubiese pagado por tenerlo. Estuvo cuarenta años reuniendo información sobre Rosika, escribió y reescribió pasajes durante décadas, si hubiese concluido su idea le hubiese salido una biografía totalmente impublicable por su extensión. Todo eso, me valió para recuperar su vida. Durante la Guerra Fría cayó en el olvido y me pareció totalmente injusto. En ese tiempo, la sociedad americana se volvió muy conservadora y a ella la tacharon de comunista sin serlo. Por eso, nunca obtuvo la nacionalidad americana y no pudo ayudar a su familia durante la Segunda Guerra Mundial, ya que al no tener la nacionalidad no pudo acogerlos”, expone. Para finalizar, Kirmen Uribe quiere dejar claro que el mensaje del libro es que “aunque está escrito por un hombre, es una obra escrita desde la igualdad. Está hecho con mucha sinceridad por un autor que es profundamente pacifista. Como decía Nabokov, un libro tiene que servir para que el lector aprenda algo, tiene que atrapar desde el principio y tiene que tener encanto, esto es lo más difícil”. Yo creo que lo ha conseguido y que hasta el momento es su mejor obra. Nos seguirá dando muchas sorpresas literarias en el futuro. Puedes comprar el libro en:
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