Ana Vidal Egea ofrece una guía práctica para doulas del final de la vida y cuidadores

Presenciar que alguien a quien amamos está muriendo es, en general, muy duro. Pero lo es aún más si no nos hemos preparado a lo largo de la vida para aceptar nuestra impermanencia y la de quienes nos rodean. Mucha gente se ve abocada a acompañar a alguien sin haber procesado todas las emociones que eso implica. Y eso puede ser devastador. Desestabiliza muchísimo para la persona que acompaña, pero también dificulta el proceso a la persona que está muriendo, que no solo tiene que lidiar con que su vida se está acabando, sino con el sufrimiento que este final está produciendo en sus seres queridos. Este libro es una guía para ayudar a cualquier persona a prepararse para que llegado el momento de cuidar o acompañar a alguien en los últimos días de su vida, pueda hacerlo con una base espiritual sólida, paz y fortaleza.

¿Cómo se puede 'acompañar' en la distancia?

La voz es muy importante, de hecho, el último sentido que se pierde es el oído. Aunque no estemos físicamente, una llamada de teléfono puede resultar igual de reconfortante y será siempre una de las mejores opciones. Pero, cuando no resulta posible, tenemos otros recursos como por ejemplo la meditación. Meditar visualizando a la otra persona, mandándole vibraciones de amor y sanación, e incluso teniendo conversaciones internas con ella, es algo muy poderoso. Si se practica, también se puede hacer reiki o rezar.

En lo relativo a la muerte, es complicado encontrar libros sobre el tema. ¿A qué lo achaca?

Está muy relacionado con el tabú de la muerte y la superstición de que hablar del tema puede atraerlo. Es increíble la cantidad de personas que me han comentado "sabes que te apoyamos en todo, pero este libro no puedo leerlo". Muchas personas tienen serias dificultades para confrontar la muerte, bien porque les trae recuerdos dolorosos o porque tienen tanto miedo que el simple hecho de abordar el tema les genera ansiedad. Esto repercute en que los libros de estos temas no se vendan o pasen inadvertidos. También, con frecuencia, los libros sobre la muerte van ligados a interpretaciones de la existencia religiosas o metafísicas, que no interesan al público general.

He escrito esta guía práctica para solventar ese vacío y sacar la muerte de su oscurantismo. No solo trato de indicar paso por paso cómo abordar situaciones, sino que también hablo de la muerte en la sociedad actual, aportando referentes culturales, artísticos y literarios. Hay un movimiento cada vez mayor en todo el mundo que gira en torno a la muerte positiva. Creé www.labuenamuerte.com para ayudar a cambiar el planteamiento en nuestro país; es importante que dejemos de abordar la conversación sobre la muerte como algo negativo y la transformemos en algo liberador, necesario y sanador.

¿Cómo condicionan nuestras creencias y nuestra cultura el momento de despedir a un ser querido? Las pautas que aporta en el libro, ¿son universales para cualquier persona, independientemente de estos factores?

Durante muchos años he estudiado la historia de las religiones, interesándome por todas y cada una de ellas. Cada una tiene una historia y una doctrina distinta, pero todas insuflan esperanza y tratan de ayudar a que aceptemos nuestra realidad y la sobrellevemos de la mejor forma posible. Los conceptos básicos en la vida son universales y son a ellos a los que me refiero en mi libro. El amor, la paz interior, la aceptación.

¿Cómo se ha documentado para escribir este libro?

Llevo más de una década leyendo e investigando. También viajando para documentarme y experimentar en primera persona diversos tratamientos y aproximaciones, entrevistando a personas de distintas religiones, estratos sociales, de edades y razas diferentes. He hecho varios retiros de vipassana, me he adentrado en el chamanismo, medito a diario y, sobre todo, llevo muchos años ejerciendo de dobla, es decir aconsejando, ayudando y acompañan do el proceso ​ del final de la vida.

¿Por qué es necesario abordar el tema de la muerte?

Todos vamos a morir. Es más, todos somos susceptibles de morir en cualquier momento. No se muere solo de vejez, cada vez son más notorios los números relacionados con accidentes y enfermedades, por eso hay que esperar a la muerte en todas partes. La preparación para confrontar nuestra muerte o la de nuestros seres queridos no se debe postergar porque la muerte es impredecible y cuando sobreviene, es muy difícil confrontarla sin desmoronarse emocionalmente. En el libro recopilo recursos útiles para hacerle frente con solidez y en el último capítulo incorporé un cuestionario con preguntas esenciales que es importante que nos hagamos. ¡Es un reto responderlas! Pero da una claridad valiente y pasmosa. Hay que aspirar a esa lucidez.

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