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Reyes Calderón
Reyes Calderón (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Reyes Calderón: “Los crímenes perfectos existen”

Autora de “El juego de los crímenes perfectos”
lunes 28 de febrero de 2022, 18:00h

La imagen del Palacio de Hielo de Hortaleza lleno de féretros le vino a la cabeza antes de conciliar el sueño. Reyes Calderón estuvo durante días con esa imagen en la cabeza hasta que pensó cómo quedaría ese palacio cuando todos los féretros hubiesen desaparecido de ahí. Así surgió el comienzo de la novela “Los crímenes perfectos existen”, con un único féretro en la pista de hielo y con una gran sorpresa en su interior.

Reyes Calderón
Reyes Calderón (Foto: Javier Velasco Oliaga)

El título de la novela y esa imagen del Palacio de Hielo me dan pie para comenzar a preguntar a la escritora sobre su nueva novela. A la primera pregunta, responde con convicción: “Los crímenes perfectos existen”. Yo pienso que en el cine no ocurre eso, que siempre encuentran al criminal; pero está claro que en la vida real no sucede así. “Hay muchos crímenes sin resolver. Durante la pandemia no se hicieron autopsias, piensa cuántas muertes pudieron deberse a otras cosas distintas al Covid-19”, desgrana Reyes Calderón dejando atónito a su interlocutor.

La autora vallisoletana, afincada en Navarra donde da clases en la universidad, ha estado cerca de cuatro años sin publicar una novela. “Necesitaba un poco de descanso para dedicarme a vivir”, reconoce. La pandemia le ha sentado bien en ese sentido, aunque las clases on-line que ha seguido dando no son, precisamente, lo que más le ha gustado. “Está demostrado que en ese tipo de clases se pierde más tiempo y la atención se dispersa”, apunta.

Opina Reyes Calderón que “con la escritura hay que divertirse, si no me divierto lo dejo porque supongo que el lector tampoco se divertirá”. También cree que “la productividad de la escritura no es la misma que la de otros trabajos”. Cuando entra en juego la imaginación y la inspiración todo es más difícil. Las musas tienen mucho que decir y no siempre se encuentran cuando el escritor quiere o necesita. De ahí lo importante que es divertirse a la hora de escribir.

El juego de los crímenes perfectos” se le ocurrió a la autora justo cuando se prohibieron las autopsias en los tiempos de la pandemia. “Mi mente criminal empezó a trabajar de inmediato. Era un escenario perfecto para un asesino”, dice y añade “ver ese pabellón del hielo donde no se veía su superficie blanca por la cantidad de féretros que había, hizo que me preguntase cuándo podríamos volver a ver ese hielo, esa pista totalmente nívea. Entonces, supuse, estaríamos a un paso de recuperar esa vida que teníamos anteriormente, aunque ahora pienso que ya nunca será igual”.

“Hay que ser muy cuidadoso a la hora de escribir porque se pueden cometer muchos errores”

Sobre su hábito de escribir, la autora cuenta que “suelo escribir por la noche, cuando todos en casa están en sus camas, entonces es cuando me invaden las ideas. Las imágenes me vienen solas y también aprovechó para documentarme y leer. Me documento sobre todo sobre perfiles psicológicos y los escenarios. A la hora de escribir, lo primero que hago es la escaleta de la trama. Hay que ser muy cuidadoso a la hora de escribir porque se pueden cometer muchos errores tanto sobre los personajes como de los escenarios”.

Reyes Calderón suele poner especial atención a la hora de perfilar a sus personajes. “El alma de ellos es muy importante, tal es así que están conmigo todo el tiempo. Después es cuando me pongo a modelar sus rasgos físicos. En alguna ocasión, he llegado a dormir con un cuchillo en la mesilla porque alguno de mis personajes me daba miedo”, confiesa sin ningún pudor.

En “El juego de los crímenes perfectos” trata de manera especial a dos colectivos. Uno es el de los sanitarios. “Al comienzo de la pandemia, no tenían medios. Lo han pasado muy mal. Creo que los responsables políticos no han tratado bien a los médicos y a todo el personal sanitario. Sin embargo, la sociedad ha reconocido su labor, de ahí los aplausos que les daban desde sus casas todas las tardes”, analiza la escritora vallisoletana.

Otro de los colectivos que trata es el judicial. “No lo han tenido fácil. Los jueces de instrucción necesitan ver las caras de los detenidos y con la mascarilla no se podía hacer, lo mismo ocurre con los juicios que no eran presenciales. Muchas veces el ver la cara de un sospechoso es fundamental para saber si están mintiendo o no. Yo he seguido dando clases on-line y los alumnos no aprenden ni la mitad cuando se dan las clases por Internet”, valora Reyes Calderón.

Todos tenemos un inspector de policía en nuestro interior

Uno de los protagonistas de la novela, el juez Juan Calvo, que es muy supersticioso. Es el que da el punto más cómico de la novela. “Hay que entender que los jueces, como a los policías, son personas normales que antes de realizar su trabajo han tenido que llevar a sus hijos al colegio o a ir a la compra, etc. Yo siempre busco esa característica de humanidad en mis personajes. Me gusta que sean muy humanos”, apunta con decisión. Tal es así que cuenta que a los jueces no les gustan nada las matemáticas. “Son de letras”.

La pareja de policías formada por el inspector Gustavo Salado y el novato Javier Jaso son los que llevan el peso de la investigación. “Normalmente los escritores abogan por una pareja mixta porque da mucho juego. Mis investigadores también lo hacen porque uno tiene mucha experiencia y el otro es un joven que quiere aprender. El aprendizaje es fundamental para él. La unidad básica de toda investigación es la pareja. Cuatro ojos ven más que dos y viene bien siempre tener un testigo”, desgrana la autora.

No podemos olvidarnos del criminal de la novela. “Es un psicópata despiadado. Todos los psicópatas son gente que no saben querer, son incapaces de enfatizar con nadie, son fríos, narcisistas, egocéntricos y les gusta ser admirados. Tiene algo de exhibicionistas y en el caso de la novela le gusta mantener un pulso con los investigadores, saber que es más inteligente que ellos. En este caso, le gusta realizar el juego del gato y el ratón”, señala Reyes Calderón que reconoce que “la policía es reactiva, no puede intervenir hasta que no sucede un crimen, el asesino siempre va un paso por delante de ahí que sea inteligente hacer un perfil del mismo”.

Para terminar, nos cuenta un pequeño secreto. “Me gusta jugar con el lector, llevarle de acá para allá. Todos tenemos un inspector de policía en nuestro interior. Todos somos curiosos por naturaleza, por eso voy incrementando el ritmo de la trama según va discurriendo. Me gusta que los lectores pasen sueño y que no paren de leer mis novelas”, concluye Reyes Calderón que ha dado unas largas vacaciones a la juez Lola MacHor, protagonistas de muchas de sus novelas, pero que promete que pronto se acabaran y estará de regreso.

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