Esta reforma se adoptó por consenso de la Asamblea General el pasado 9 de diciembre mediante la resolución 76/120, tras meses de negociaciones y a propuesta de los países hispanohablantes y Portugal.
El registro de los tratados es una actividad emblemática de la organización, que heredó de la Sociedad de Naciones y que persigue unas relaciones internacionales basadas en el derecho y la transparencia y alejadas de la diplomacia secreta. Con esta reforma, el español y el resto de idiomas oficiales de las Naciones Unidas contribuyen al predominio del derecho en las relaciones internacionales.
España y los Estados hispanohablantes, que forman el Grupo de Amigos del Español de las Naciones Unidas, seguirán trabajando para que en el futuro el Registro de Tratados incluya al español entre sus lenguas oficiales.