Fernando Oreste Nannetti estuvo gran parte de su vida en un pabellón de un manicomio de Volterra. Se pasó la mayor parte de su tiempo disponible escribiendo con una hebilla en los muros de dicho edificio. De eso va este original libro de Raúl Quinto. De las posibles aproximaciones a los aconteceres de su existencia.
Quinto ha publicado con anterioridad “Idioteca”, “Yosotros” e “Hijo”, y con “La canción de NOF4” continúa explorando el terreno de lo mestizo, de lo exógeno en el quehacer literario. Comenzaré, por tanto, diciendo que “La canción de NOF4” no es un libro al uso. Con ello quiero manifestar que no se ajusta a un género concreto.
Cada creador, cuando una idea se enquista en sus entretelas hasta convertirse en obsesión, utiliza los elementos figurativos necesarios para plasmar la misma en un texto, un muro, un cuadro, un escenario o el suelo de un acerado si lo estima menester. Raúl Quinto ha utilizado los suyos, los de él, los que hacen posible su existencia de una forma determinada y nadie hay quien pueda o deba contradecir esa forma de hacer las cosas.
En "La canción de NOF4” Raúl Quinto nos explica, con diferentes variantes o posibilidades cómo pudo ser la vida de Fernando Oreste Nannetti, un “Loco. Lunático. Trastornado. Chalado. Zumbado. Grillado. Sonado. Trillado. Desquiciado. Colgado (…)”, utilizando los elementos estilísticos que ha entendido eran los propicios para contar una historia. Una atrayente, singular y explosiva fórmula para hablar de la esquizofrenia, de las enfermedades mentales todas -incluyendo las que le afectan a usted y a mí-, de la historia, del fascismo italiano, de la soledad y de la frialdad de los reformatorios y de los manicomios, de las dictaduras, de las diferentes formas de terrorismo, de las infinitas válvulas de escape que el ser humano ansía cuando no hay puertas, del diálogo interior, de la sumisión aceptada o impuesta, o de ambas cosas.
Un libro diferente, decía, que realiza un examen de lo que se denomina “art brut” en correlación con el comportamiento de una persona llamada Fernando Oreste Nannetti y su travesía por los recovecos insondables de la locura. Antropología, psicología, psiquiatría, arte, historia y literatura, se mezclan en este libro conformando un mosaico sobre la condición humana, los comportamientos sociales, los avatares históricos, y, también, de cómo el arte puede hacer que una persona se recluya en sí, se esconda de todo lo que a su redor acontece, y termine fijando una historia inédita del mundo.
Eso es “La canción de NOF4”, una realidad insoslayable; por eso dice Quinto: “(…) esto no es un ensayo. Esto es una canción para tararear al borde del precipicio.”
Este libro es literatura pura, en abstracto; pero, como es norma, tendrá que ser el lector quien saque sus propias conclusiones de esta esencia de fábula, del empeño de Raúl Quinto en hilar con palabras aquello que no fue dicho o contado de manera suficiente, porque el pensamiento uniforme, la formación reglada, los hábitos y las normas generan individuos planos, clonados, en serie, y la locura es un átomo que se libera del tejido social, convirtiendo en excepcional al individuo que la soporta.
Si uno tiene un ápice de sentimientos, “La canción de NOF4” duele, y mucho. Borges tenía miedo al reflejo de los espejos. Tenía la impresión de que ese otro no era él. Una obsesión como cualquier otra. Nannetti tuvo las suyas. No importa. Las personas que están sometidas a una vida farmacológica, en otra época y en cualquier lugar del mundo en que nos desarrollemos, pasaron calamidades en centros de internamiento. También hoy, en alguna geografía.
Recuerde, esto no es una novela, no es un ensayo, no es un tratado sobre arte, no es filosofía, pero, a su vez, “La canción de NOF4” es todo eso. Usted mismo.
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