La peña no quiere saber nada de la reforma laboral, ni del cambio climático, del que por cierto yo también discrepo (con matices). Tampoco le importa que Joe Biden quede como un machista rijoso por hacerle luz de gas a Kamala Harris. Lo que la peña quiere saber es si Biden y Kamala se enrollan. Queremos hablar de amor, de emociones, de pasiones arrebatadas, de desengaños, de traiciones, de cuernos, de romances y de parejas rotas. No sé en qué orden. El orden de los factores no altera el producto.
El lunes pasado hablé de la pareja del año y puse como ejemplo a Yolanda Díaz y Antonio Garamendi. Ya sé que hay más, pero se trata de elegir a quién metes caña. ¿Cuál fue mi pecado? Olvidarme de Bigote Arrocet y Bárbara Rey. No me olvidé, es que no me atreví a comentarlo. Aquí hay mucho tomate, tío. Sobre todo ahora que vuelve el emérito y se va a encontrar con ese revanchismo de Bárbara “mira Juancar, estoy con uno más guapo y más joven que tú”. Ya me entiendes, es un asunto delicado. Hablando de reyes, espero que hayas disfrutado del roscón. Ya sabes que yo paso de dulces. A mí lo que me pone es ver el rosco de “Pasapalabra” Sentadita, tranquilita, sin meterme con nadie, con mi bol de frutos secos y arándanos, no le pido más ni a los reyes ni a la vida.
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