“Me gusta situarme en el papel del lector, de ahí que mis libros reflejen lo que a mí me gustaría leer. Siempre busco temas que sean poco conocidos por el lector, pero que puedan interesarles”, explica el escritor valenciana durante la entrevista que mantuvimos y añade “busco temas que no suelen ofrecer los libros de historia. Me gusta indagar desde la anécdota y la curiosidad, pero siempre con rigurosidad. Quiero ofrecer en mis libros una información alternativa y muy instructiva. En definitiva, acercar la historia desde un punto de vista más popular y menos ortodoxos”. Javier Ramos quiere llegar con sus libros a un público heterogéneo, pero aspira a que acoja a todo tipo de públicos. Para ello, busca un periodo concreto de la historia o una temática no muy conocida y se centra en realizar una compilación de anécdotas y curiosidades de dicho periodo. “No pretendo escribir libros rigoricistas, pero sí dar a conocer la historia vista desde otra óptica. Mis libros no tienen mucha paginación, pero sí un diseño atractivo que despierta la atención de los lectores”, se sincera el autor. “Con la divulgación histórica, han aparecido nuevos autores que no son historiadores, que vienen del campo del periodismo, pero que les atrae mucho la historia”, afirma. Él es uno de ellos y suele dar otro enfoque a la historia, mucho más dinámico y atractivo. “En la actualidad hay muchos canales para difundir la historia, muchos de ellos más visuales y atrayentes que van destinados a un pública más variopinto”, dice Ramos. Él llegó de manera autodidacta y siempre ha querido que sus textos inculquen valores. En una parte de “Mitos, leyendas y tesoros del Salvaje Oeste”, Javier Ramos ha contado con una pequeña colaboración del profesor de instituto Javier Martínez Pina que le ha proporcionado ciertos datos en una pequeña parte del trabajo, como figura en el copyright del libro. “Gracias a él, he podido escribir alguna parte de la obra, ya que no encontré mucha bibliografía al respecto y creo que era un tema que podía interesar a muchas personas”, expone. Sobre todo para los que crecimos viendo las películas del género en la televisión. “Hay una visión del Salvaje Oeste muy mitificada”“Hollywood nos ha vendido una visión bastante distorsionada de la historia americana. Una interpretación muy edulcorada donde se presentaba al hombre blanco como protector de los indios, por ejemplo. Películas como Murieron con las botas puestas, sobre el general Custer, es un buen ejemplo de ello. Custer era un ser despreciable, detestable e indisciplinado”, asevera sin ningún género de dudas. En la película sobre duelo en Ok. Corral ocurre lo mismo. No fue el enfrentamiento en el rancho sino en la avenida principal de Tombstone. “Nos da una visión falsa de Billy el Niño. Éste era una persona de su tiempo que tuvo que defender su vida con la pistola y si mató a otras personas fue para poder sobrevivir. De los 21 crímenes contabilizados solo 9 están realmente documentados”, sentencia. Y así en mil y una películas donde se manipulan y tergiversan los hechos ocurridos. Los mismo ocurre con Jesse James, que no tenía compasión con los enemigos, y con otros muchos personajes como Wyatt Earp, Buffalo Bill, etc. Y con los indígenas norteamericanos ocurre exactamente lo mismo. “Los llamados pieles rojas no fueron como nos los ha vendido Hollywood. Por ejemplo, el corte de las cabelleras fue cosa de los colonos franceses y, sobre todo, de los ingleses”, apunta. Sobre el caso de Billy el Niño y el sheriff Pat Garrett tiene otra versión muy ajena a la ocurrida. “Se supone que el sheriff acabo con la vida de Billy, pero hay conjeturas sobre su posible final, ya que fue enterrado a 150 kilómetros de donde murió y sin cabeza. Un testigo asegura que el hombre al que disparó Pat Garrett no fue a Billy. Así que está todo por dilucidar. Todos estos hechos forman parte de nuestro acerbo cultural y siempre generan mucha curiosidad”, refiere Javier Ramos. Tenemos una idea muy poetizada del Oeste americano, con una ambientación bastante irreal. Realmente es un género propio de los Estados Unidos que les interesa presentar una historia idílica y heroica de su país. Con respecto al papel de España en aquellas tierras nos ocurre lo mismo. Los primeros cowboys fueron los dragones de cuera que defendían los territorios españoles de los colonos británicos y franceses, una extensión de más de 4.000 kilómetros y que era muy difícil de defender. “Thomas Jefferson incorporó la Luisiana y toda la cuenca del Misisipi, los Apalaches y las Montañas Rocosas. La capacidad de negociación española fue muy pobre. España tenía una población que no podía suministrar contingentes para la defensa de unas tierras tan vastas. Y, al final, no interesaba su defensa ante las ansias expansivas de otros países como Reino Unido o Francia. De ahí que se malvendiese tan extensos territorios”, explica el autor. Para los colonos, el Salvaje Oeste era la tierra de las oportunidades, eran unos territorios vírgenes y encontraron muchas minas auríferas y de plata. De ahí que la emigración fuese de este a oeste cuando se descubrieron esas minas de oro, que proporcionaron grandes beneficios a los Estados Unidos. “La Fiebre del oro tiene un aura de misterio. Se forjaron grandes mitos entorno al oro y muchos de ellos siguen sin descubiertos”, cuenta Javier Ramos. “Como USA tiene muy poca historia dan mucha importancia al crecimiento económico e industrial. Sus logros como nación están basados en el emprendimiento y la exploración. Se convirtió en una potencia económica en muy poco tiempo, pero esos acuerdos económicos tuvieron su origen en actos de violencia y sangre, imponiendo la ley del más fuerte. Ese es el ADN del americano”, elucubra el escritor radicado en Alicante.
De los indios americanos, Javier Ramos señala a Gerónimo como el que suscita mayor interés y curiosidad. “Fue el auténtico azote del ejército americano. Reivindico el derecho de los apaches a vivir en sus tierras. Al séptimo de caballería se le ha mitificado un poco, no estaban exenta de crueldad sus acciones”. Otro de los principales azotes de las fuerzas yankees fue Nube Roja, que fue capaz de ganar algunas batallas al ejército de los Estados Unidos. Y lo mismo ocurre con Pancho Villa que osó combatir a los americanos e invadir su territorio. Este capítulo de la historia se ha tapado convenientemente. Muchos de los protagonistas de la historia del Salvaje Oeste fueron los soldados confederados. “Tuvieron que sobrevivir como forajidos, sobrevivir a la derrota. Una vorágine que ya no pudieron dejar.”, recuerda. Muchos hechos tuvieron que ser blanqueados y gracias al cine se pudo hacer. "La influencia mediática de USA es muy alargada", sentencia el autor. “Hay que conocer bien la historia y no tomar partido por ningún bando. Hay que tener un espíritu crítico en los temas de historia”, concluye Javier Ramos la charla sobre el Salvaje Oeste o Lejano Oeste. Quedan pendientes muchas cuestiones que se tratan en el libro como la influencia del tren en el desarrollo económico americano, como la Agencia Pinkerton es un antecedente de los servicios secretos de los Estados Unidos o como el idioma navajo ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial gracias a ser indescifrables sus mensajes por los enemigos nazis. Todo eso lo podrán encontrar el “Mitos, leyendas y tesoros del Salvaje Oeste”, un libro que da una visión desconocida y apasionante que no ha conseguido trasladar el cine, salvo quizá "Bailando con lobos". Puedes comprar el libro en:
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