Hanna Stefaniak es miembro de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, con quienes ha recorrido diferentes Caminos Jacobeos. En el presente libro, además de la historia del Camino, narra sus experiencias y vivencias por esos caminos que ayudan a encontrarse consigo mismo. En la entrevista, nos cuenta tanto sus experiencias como nos da consejos para realizarlo en las mejores condiciones. ¿Cuándo descubrió el Camino de Santiago? En la España de principios de los años noventa ya se hablaba con frecuencia del Camino de Santiago. El tema me llamó la atención y me atrapó. Yo practicaba senderismo de alta montaña y pertenecía a un grupo de montaña de Oviedo, así que estaba acostumbrada al esfuerzo. Empecé a soñar con realizar el Camino de Santiago y a leer todas las publicaciones que pude encontrar en aquel tiempo. Finalmente, organicé una “expedición” para un pequeño grupo de amigos montañeros, ajustando las etapas según una edición simplificada del Códice Calixtino. ¡Afortunadamente, ya existía la señal de la flecha amarilla!. Llegamos a Compostela desde Roncesvalles, en el Año Santo Jacobeo de 1993. Fue toda una aventura. ¿Qué significado tiene para usted? Un camino largo, como el de Santiago, es una oportunidad de conocerse a sí mismo y de probarse en todos los sentidos: físico, psíquico e incluso espiritual, y también contribuye a la permanencia de las amistades que después de una experiencia así, quedan para toda la vida. Estar en contacto con la naturaleza ofrece una oportunidad para reflexionar sobre temas tanto personales, como trascendentales y de conocer más a fondo el país. El libro “nació” de la reflexión sobre la necesidad humana de itinerancia, de la búsqueda del “¿por qué?” de la vida y del ideal de la superación personal. Lo refleja el saludo medieval de los peregrinos: “Ultreia” (¡más allá!) y “Suseia” (¡más arriba!). Se han escrito muchos libros sobre el Camino de Santiago, ¿Qué cree usted que aporta de nuevo su libro “Caminos de Santiago”? El título del libro tiene un subtítulo: “Historia, leyendas y mitos”, ya que pretende dar una visión global del Camino desde su origen. Se trata de ubicar la historia del Camino dentro de la historia de España como telón de fondo, y subrayar la magnífica visión estratégico-política del rey asturiano Alfonso II el Casto, como primer promotor del descubrimiento de la tumba del Apóstol en las tierras de su reino, expuestas a la lucha contra el invasor; además del hábil manejo y capacidad organizadora de los reyes de Navarra y de León para canalizar todo el inmenso movimiento de peregrinación europea y ordenarlo en los aspectos logísticos, jurídicos y sanitarios. A través de los relatos de los peregrinos centroeuropeos, escritos en sus diarios que cito en el libro, se pueden conocer las condiciones de vida y las costumbres en España, especialmente entre los siglos XIV- XVII. Se subraya también los mutuos beneficios del Camino que vertebró la Europa medieval y modernizó la España de la época. En el apartado de leyendas, éstas se citan siguiendo los diferentes itinerarios en el territorio peninsular. Además de las leyendas jacobeas más famosas, se relatan otras menos conocidas, siempre relacionadas con “el Camino”. Se comenta su relación con hechos históricos documentados. Hay una parte del libro dedicada al Santo Grial en España, según las últimas investigaciones. Se comenta también el impacto de los hechos históricos y de leyendas jacobeas en las obras literarias y musicales europeas, así como su reflejo en la imagen de los escudos municipales a lo largo del Camino peninsular. El propósito de la sección de mitología es presentar a Galicia como parte del territorio donde están ubicados los acontecimientos de la mitología greco-romana y sobre todo, de la mitología celta, que fue el origen del Camino de las Estrellas. Queda añadir que este libro es el fruto del estudio y trabajo de redacción a lo largo de cuatro años. El título lo pone en plural. ¿Todos los caminos llevan a Santiago de Compostela como a Roma? Indudablemente todos los caminos pueden llevar a Compostela, ya que el Camino empieza en el umbral de la casa del caminante. Por todo el territorio peninsular (España y Portugal) pasan diferentes Caminos. En el libro se comentan los principales Caminos históricos y los incluidos en el Patrimonio de la Humanidad, con sus características y diferencias para poder obtener una visión global antes de elegir una ruta. Debido a esto en el título figura el nombre en plural. El camino interior que realiza cada caminante, será su propia historia. ¿Cuántos conoce usted y cuantos ha recorrido? ¿Tiene alguno favorito? Mi primer Camino como peregrina fue el Camino Francés desde Roncesvalles. Dos o tres años más tarde he preparado el Camino Portugués desde Oporto y lo realizamos el mismo grupo de “amigos para siempre”. Entonces estaba todavía poco concurrido. Más tarde entré en la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago y con los compañeros-socios realizamos el Camino de Levante iniciándolo en Toledo, el Camino Inglés, el de San Salvador entre León y Oviedo y por supuesto el Camino Primitivo, con origen en Oviedo. Actualmente, con una pausa debida a la pandemia, estamos realizando el Camino de la Costa, que comenzó en Irún. Es difícil inclinarse por un Camino favorito. Todos son bellos y todos diferentes. Y muchos finalmente confluyen. El Camino Francés fue el más concurrido durante siglos, lo cual originó sus leyendas y rituales. En el Camino de Levante, en su tramo castellano, se pasa por lugares históricos relacionados con la reina Isabel Católica y también se pueden ubicar los escenarios de algunas páginas del “Lazarillo de Tormes”. Los Caminos del Norte (Primitivo, San Salvador y de la Costa) impresionan por la belleza de la naturaleza y están mucho menos concurridos. ¿Qué tramo para usted es el más bello para recorrer? Los tramos del Camino de la Costa, donde uno se siente humilde ante la grandeza de la naturaleza, con vistas del mar a la derecha y de la alta montaña a la izquierda, son para mí los más bellos. La ruta transcurre por varias playas, en algunos puntos hay que embarcar como en tiempos pasados, se visita iglesias prerrománicas del siglo IX-X, incluso dólmenes. Es muy variado, enlaza la historia con la actualidad y no está muy concurrido, aunque es algo más difícil. Me gustaría realizar el Camino Olvidado, el de la España profunda, prehistórica e histórica. Sobre la tumba de Santiago el Mayor hay mucha polémica, muchos dicen que no estuvo en Galicia, otros que sí. Hay mucha leyenda ¿Cuál es creencia? ¿Hay evidencias de su llegada a las costas gallegas? Desde sus comienzos hubo mucha polémica sobre el tema. Prefiero remitir al lector a mi libro, donde intento dar una explicación. "Oviedo, fue el origen del primer viaje que se podría llamar peregrinación del rey Alfonso II el Casto hasta el sepulcro"¿Cuándo comenzaron las peregrinaciones a Santiago? A principios del siglo IX la capital del reino de Asturias, Oviedo, fue el origen del primer viaje que se podría llamar “peregrinación” del rey Alfonso II el Casto hasta el sepulcro, reconocido por el papa León III como el sepulcro del apóstol San Jacobo (Sant Iacob) Mayor. Esta ruta se conoce hoy como el Camino Primitivo. Las primeras peregrinaciones desde Europa comenzaron ya a finales del siglo IX, por el Camino de la Costa, debido a la ocupación del territorio peninsular por los árabes. A medida que la Reconquista avanzaba, la ruta se iba desplazando hacia el terreno orográficamente menos difícil. En su libro hace un recorrido sobre la historia del “camino” muy revelador. ¿Qué similitudes hay entre el Camino de las Estrellas y el de Santiago? Ambos “caminos” son peregrinaciones: uno prehistórico e histórico, documentado por los griegos y romanos, conducía hacia el ara solis en el Finisterre, para adorar al dios sol; él de la época moderna para honrar al Apóstol-misionero de la Buena Nueva, de la religión cristiana. Durante cada peregrinación se produce una evolución interior e inconsciente del caminante hacia un ser mejor. Éste es su propósito y por ello el Camino Jacobeo forma parte de los programas de reeducación de Oicoten para jóvenes delincuentes en Bélgica, Alemania y también en Mallorca. En su ruta, los caminantes de todos los tiempos pasados se guiaban por las estrellas de la Vía Láctea que les dirigía hacia el fin de la tierra conocida (Finis Terrae), Finisterre, y desde hace mil doscientos años al Campo de las Estrellas (Campus Stellae), Compostela. ¿Qué importancia tuvieron las órdenes religiosas en la popularización del Camino? La orden de los benedictinos, tanto los de Cluny como los cistercienses, fue clave en la promoción y la popularización del Camino. La red de sus monasterios abarcaba toda Europa y así se conseguía divulgar el hallazgo del sepulcro del segundo apóstol encontrado en Europa. De los cluniacenses procedían algunos papas. Del papa dependía la aprobación definitiva del descubrimiento y del redescubrimiento de los restos del Apóstol, así como el traslado de la sede de la diócesis desde Iría a Compostela, también la concesión del privilegio del Año Santo Jacobeo y de la indulgencia plenaria. El benedictino francés de nombre Aymeric Picaud, canciller del papa Calixto II, escribió en el siglo XII la primera guía del Camino a Santiago: el Codex Calixtinus. Además, los benedictinos llegados a España a instancias del rey Alfonso VI de León, influyeron en el cambio del rito religioso hispánico (mozárabe) por el romano (latino), vigente en el resto de Europa y sobre todo, su red de monasterios servía de base logística para albergar a los peregrinos y también para atender a los enfermos. Más tarde, las órdenes de monjes-caballeros se encargaron de vigilar la seguridad en el Camino. ¿Cómo era el peregrino medieval? Y el actual, ¿le mueve más el turismo o la espiritualidad? En el medievo se vivía la religión de manera muy intensa y diferente de hoy en día. Una peregrinación a los lugares santos (Jerusalén, Roma o Compostela) duraba varios meses, a veces incluso algún año y la ruta conducía por los santuarios con reliquias famosas que atraían a los peregrinos. De hecho, las reliquias fueron un bien tan preciado, que los santuarios competían por ellas. En el libro cuento los famosos robos, unos “píos” y otros por razones políticas. El perdón de los pecados (la indulgencia) nunca fue total, excepto en los Años Santos, privilegio que concedía el papa. El peregrino que conseguía llegar a Santiago de Compostela, recibía la concha jacobea (vieira) como señal visible de haberlo logrado y también el documento llamado la Compostela, escrito en el idioma universal de entonces, que fue el latín.
En los diarios de los peregrinos centroeuropeos de los siglos XIV-XV, cuyos fragmentos cito en mi libro, ya se aprecia además de la motivación religiosa, el afán por la aventura del Camino y curiosidad por conocer nuevos países. Actualmente, la vieira se la colocan sobre la mochila los que se dirigen hacia Santiago de Compostela, tal vez sin importarles la motivación. Sin embargo, la Compostela la reciben solamente los que alegan la motivación religiosa o religiosa /cultural del viaje. Los demás tienen que contentarse con el certificado de haber realizado la ruta. A pesar de que muchos empiezan el Camino con el espíritu de turista y se les pudiera denominar “turigrinos”, a lo largo de la ruta se van transformando de manera inconsciente y paulatina en los verdaderos peregrinos. Habla también en el libro de los símbolos y rituales. ¿Tienen un significado místico? ¿Qué ritual destacaría? Los símbolos del peregrino (el bordón, el zurrón, la esclavina y el sombrero), tenían una utilidad práctica para proteger al caminante y además le señalaban como peregrino. Desde hace siglos o incluso milenios se les atribuía también un significado específico, del cual trato en el libro, con una interpretación mística en busca de sabiduría a través de la fe y el contacto con la Providencia y la Naturaleza. Servían también para fortalecer el espíritu del peregrino en este viaje cuyo inicio era conocido, pero su final y las circunstancias eran imprevisibles. De hecho, el Camino de Santiago simbolizaba el camino de la vida. De los rituales que siguen celebrándose a lo largo del Camino Francés, destacaría él de la Cruz de Hierro (Ferro) que consiste en depositar en el montículo de piedras bajo la cruz, una que simboliza las acciones negativas cometidas en la vida del peregrino y que le pesan en la conciencia, con el firme propósito de ser mejor persona a partir de ese momento. En una de las partes del libro habla de las muchas leyendas del Camino. ¿Tiene alguna preferida? ¿Cuál? Las leyendas del Camino son el reflejo de las condiciones de vida y costumbres, e incluso de los castigos que condicionaban la vida en aquellos siglos. Muestran el cuadro de la vida de la época que nos puede incluso asustar por ser muy diferente de nuestros tiempos. Pero hay una leyenda que contiene un mensaje intrascendente, válido para todos los tiempos, puesto que intenta explicar el enigma de la FELICIDAD. Es la leyenda sobre el abad Virila del monasterio de Leyre. Ésta es mi preferida. El libro contiene una guía práctica para el peregrino. ¿Qué época del año recomendaría usted? Recomiendo evitar los meses fríos y los calurosos. El tiempo ideal para realizar la caminata es la primavera y sobre todo el otoño. ¿Cuál es su recomendación para conectar mejor con el Camino? Para conectar con el Camino se puede encontrar bastante información en internet, y también pueden orientar en el tema las Asociaciones de los Amigos del Camino de Santiago, presentes en casi todas las ciudades de España. En sentido físico, todos los medios de transporte conectan con alguna localidad importante de la ruta jacobea elegida. ¿Recomendaría a todo el mundo realizar el Camino con su libro en la mochila? Creo que este tipo de libros es mejor leerlos antes del viaje y así estar bien preparado para este Camino milenario, con conciencia de su historia y significado y también poder elegir la ruta adecuada, de acuerdo con las condiciones individuales e interés del futuro peregrino. Y una vez terminada la peregrinación releerlo para recordar la aventura y reflexionar. La mochila debe de ser lo más ligera posible. Más práctico es llevar consigo una guía del Camino elegido. Puedes comprar el libro en:
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