¿Por qué imaginar esa conversación entre los Machado? Porque es en el teatro donde se puede hacer. Nos pareció que era hermoso y sanador que Manuel y Antonio Machado se pueda de nuevo reencontrar y tener finalmente esa conversación que tras tres años de guerra civil en bandos opuestos no pudieron tener. Creemos que esta es una de las prerrogativas del arte, de la literatura y sobre todo del teatro: recrear una situación que no es real para crearla y hacer que sea así posible, partir de la ficción, de la mentira para llegar a la verdad que siempre contiene el arte que es sincero consigo mismo. ¿Cómo os habéis documentado para la creación? Naturalmente lees mucho. La biografía de Ian Gibson de Antonio Machado se convirtió en un libro de cabecera. Pero también las obras completas de los dos (fundamentales en este caso porque aparecen unos cuantos de sus versos en el espectáculo); las exposiciones sobre la familia que tuvieron lugar recientemente; e internet, hoy en día acabas encontrando muchas cosas interesantes y novedosas navegando de manera crítica por internet. Se destaca una de las creaciones conjuntas de ambos hermanos, La Lola se va a los puertos. ¿Qué tuvo de particular esta colaboración? Fue el mayor éxito teatral de los hermanos Machado. Su teatro ha envejecido en general bastante mal, pero ésta es una obra de espíritu popular que ha tenido varias revisiones. A nosotros nos venía bien referirnos a ella porque es un momento de gran compenetración de los hermanos y porque fue políticamente interesante ya que, para celebrar las 100 funciones, acudió el dictador Miguel Primo de Rivera, entonces presidente del gobierno, siendo la familia Machado tan declaradamente republicana. Y además el hijo, José Antonio Primo de Rivera hizo la loa inicial en ese evento siendo uno de sus primeros actos públicos. También parece hablarse de los celos entre ambos hermanos, ¿los hubo? La relación entre ambos hermanos fue siempre muy compleja. Manuel era el hermano mayor y también más brillante socialmente. Fue él quien publicó primero poesía y con éxito. Fue él quien introdujo a Antonio en los círculos bohemios del Madrid de Valle-Inclán y del París de Rubén Darío. Pero con la publicación de Campos de Castilla, la poesía de Antonio empieza a tener una repercusión crítica y popular a la que Manuel no consiguió llegar. Eso pudo despertar celos en Manuel, pero lo superaron empezando entonces a escribir teatro juntos o celebrando juntos la proclamación de la II República. En todo caso nada hacía presuponer que con la Guerra Civil ambos estuvieran políticamente en posiciones tan antagónicas, aunque en ningún momento se criticaron de forma pública. Por eso es importante trata de recrear los sentimientos y pensamientos privados que ambos tuvieron que tener. Ese paisaje emocional es el que trata de exponer la obra. ¿Sufrió Manuel Machado la culpa tras la muerte de su hermano Antonio? No podía ser de otro modo con todo lo que habían vivido juntos. Con la ruptura definitiva que supuso la muerte con otros dos de los hermanos, José y Joaquín, que se fueron exiliados a Chile. Con la muerte de la madre eje fundamental de la familia 3 días después de la muerte de Antonio. Manuel no pudo dejar de sentir culpa, aunque hasta su muerte se mantuvo públicamente fiel al régimen de Franco. Una evidencia de esta culpa la podemos leer en el poema Ecos de Manuel donde citando el verso de Antonio: “¡Chopos del camino blanco; álamos de la ribera!” va añadiendo versos de intensidad emocional como: “¿Qué tiene este verso, madre, que de ternura me llena, que no lo puedo decir sin que el corazón me duela…?”
No es la primera vez que recurren a la biografía de un artista para ilustrar un momento de nuestra historia. ¿Por qué nos gustan las biografías? En Teatro del Temple y en mi bibliografía hay muchos ejemplos de utilización de personajes históricos, sobre todo artistas, para la creación de espectáculos escénicos con dramaturgia propia. A la hora de buscar referentes que nos expliquen a nosotros mismos, como seres humanos y como creadores que quieren hacer de los actos culturales una reflexión social, entendemos que estos personajes (Goya, Buñuel, Lorca, Dalí, Picasso… los hermanos Machado) aportan un plus de profundidad, de interés, de riqueza de pensamiento… Por eso creemos que en sus vidas podemos extraer no solo material que explique su época y sus posiciones personales, sino que también sigan explicando nuestra época y nuestras contradicciones como personas. Ellos siguen siendo una buena luz para iluminar nuestro pasado y para proyectar buenos debates del presente hacia el futuro. Por eso ellos son nuestros clásicos porque nos acompañan como nuestros compañeros.
Noticias relacionadas+ 0 comentarios
|
|
|