Con una excelente portada de José Lapasió y un prólogo del prestigioso politólogo y sociólogo, Gustau Pérez, nos llega esta antología artística y literaria con textos a modo de diario, reflexiones, dibujos, pinturas, fotos, poemas… creados durante la primera ola de la pandemia. De hecho, transcurren nueve meses más o menos desde que este libro se gesta hasta que finalmente ve la luz. Nueve meses que van desde unos tres días después de la fecha en la que se declara el estado de alarma hasta el 1 de diciembre de 2020, momento en que, finalmente, esta significativa antología, publicada por la editorial Lastura, es presentada al público en el Colegio de Arquitectos de Valencia. Este trabajo es fruto de algunos mensajes que se intercambiaron varios amigos en un grupo de Wasap en el que compartían con incredulidad sentimientos, pensamientos, reflexiones y experiencias sobre lo vivido. Más tarde la estupenda poeta Mila Villanueva pensó que realizando una buena selección de aquel material y dándole alguna vuelta, este poseía a todas luces la calidad suficiente como para ser editado. Y junto a Elena Torres, otra gran poeta de Valencia, que se encargó sobre todo de cuestiones como el orden y la revisión de las diferentes aportaciones, coordinaron ambas juntas VENTANAS DE CONFINAMIENTO (LASTURA, 2020). En este libro en cuestión han participado 38 artistas, con distintas sensibilidades, provenientes de diferentes disciplinas como pueden ser la pintura, el dibujo, la escritura, la fotografía… y a través de sus miradas tendremos un testimonio vivo y fiel de una de las épocas más extrañas de nuestra historia reciente. Además, en el libro se incluyen fotos de los autores e información adicional sobre ellos como sus páginas web, perfiles en las redes… con el fin de que podamos conocerlos mejor si así lo deseamos. De entre todas las aportaciones destacan especialmente las ilustraciones de Cándido Solaz “Gaviotas del Pireo”, por su mensaje de esperanza o la de Victoria Cano “Libros del duelo” por ser todo un homenaje a las víctimas de la pandemia. También la fotografía que hace José Santana a la escultura: «El Abrazo» de Juan Genovés, artista fallecido el 15-05-2020, o el maravilloso grabado de Roberto Marín: «20.00 horas», que es un sentido y merecido homenaje a nuestros sanitarios. Por otra parte, algunos versos como los de Elena Torres nos resultarán casi premonitorios:
¿Dónde nos hemos despertado? ¿En qué ciudad sitiada? ¿En qué isla hostil? (…) ¿En qué hondonada de la despedida?
También serán todo un retrato de la situación algunas estrofas de Mila Villanueva como las siguientes:
V
De vez en cuando se escucha un canto de sirenas lóbrego estridente como una alucinación.
XII Entre mis cuatro paredes en un rincón aguardo que crezcan rosas de aquellas de los desiertos claveles de las Indias o edelweiss de aquellos escondidos en las nieves.
Otros artistas como Amparo Ferrer nos manifestarán: “Tras las ventanas: césped, árboles, cumbres y mucho cielo”. O Empar Roch, instructora de meditación zen, compartirá con todos nosotros la siguiente reflexión llena de verdad: “Hoy más que nunca se hace evidente que somos diferentes manifestaciones de un solo Ser y que ayudar al otro es lo mismo que ayudarse a sí mismo. Somos como árboles entrelazados sobre un solo tapiz”. También será más que interesante leer a la licenciada en Arte Dramático y profesora de Lengua y Literatura Castellana, Sara Juárez, cuando nos diga, entre otras cosas: “Este virus campa a sus anchas como el terrorífico personaje de George Wells. Pero de nuevo la realidad supera la ficción. Nunca vi tantos ataúdes juntos”. En suma, un libro hermoso, mágico, inspirador, trascendental que realiza una radiografía de unos momentos excepcionales (la pandemia) que nos reconcilian con la muerte y con la vida y que nos hacen sentir como parte de una misma tribu o comunidad que, como bien nos apunta Gustau Pérez en el prólogo de esta maravillosa obra, respiramos un mismo aire y bebemos una misma agua. Y que compartimos (también siguiendo sus palabras), en definitiva, un destino común que podemos observar a través de diferentes ángulos. Y, para finalizar, esta espero que amena e interesante reseña comparto un haiku de confinamiento de Antón de Guizán que aparece en la página 143 del libro y que será el encargado de poner el broche de oro a este escrito:
Somos hojas de un calendario llenas de garabatos y anotaciones tinta sobre tinta, virus sobre virus… Puedes comprar el libro en:
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