Ha escogido Ovejero circular por el lado difícil de la literatura, sin concesiones. Con la intención de que el lector reflexione sobre un mundo cambiante que nos está despojando de la esencia de la naturaleza. Para ello, ha escogido para “Humo”, un escenario casi apocalíptico en el que “no se sabe en qué tiempo cronológico discurre. Quizá, podría estar pasando ahora mismo”, señala enigmático el escritor al comienzo de la entrevista que hemos mantenido con él por la publicación de su nueva obra. “No quiero utilizar el término distopia para esta novela, es un término moralizante y crítico con la sociedad. No me interesa ese camino. En mi relato no hay ninguna advertencia a una situación que pueda pasar, más bien disfruto con la idea de dejarlo todo en el aire”, puntualiza el autor de “Humo”. Precisamente dejarlo en el aire como el humo de esos fuegos que casi no se divisan en lontananza. Describe un mundo inhóspito, primigenio y, a la vez, cerrado. Cuando llega alguien de fuera de ese mundo el equilibrio se viene abajo. Se rompe la monotonía de esa mujer solitaria que tiene la escueta compañía de un niño casi sin voz ni palabra. Ovejero consigue encerrar al lector como ha encerrado a esa mujer sin nombre y con pocos recuerdos. “Me interesa esa mujer que ha renegado del mundo del que venía y que no quiere saber nada del afecto duradero. Ella crea su propio mundo donde el hombre ha perdido su sentido. Vemos el mundo a través de sus ojos y de cómo lo va interpretando”, explica el autor de manera parsimoniosa y razonada. De ahí que haya utilizada para narrar la historia la primera persona del femenino. Es la voz de esa mujer la que ha escogido y en la que se ha encontrado cómodo desde el primer momento. “La novela salió con fluidez desde el mismo comienzo de ponerme a escribir”, reconoce. Situar a una mujer en un escenario tan agreste y peligroso, nos da una nueva dimensión de una naturaleza que los urbanitas no entienden. “No está muy lejano de nuestro tiempo. Casi diría que esa mujer es la protagonista de mi anterior novela Insurrección, pero 20 años después”, nos da una pista el escritor sobre el espacio temporal, pero no de una posible situación en el terreno. Un escenario del que se tuvo que hacer un pequeño mapa para delimitar la acción de los personajes de su novela, ya que al ser totalmente imaginado podría perderse. No se ha basado en ningún lugar conocido. “Estamos ante una novela de sensaciones, éstas se desarrollan en medio de un monte donde los sonidos y los silencios se pueden volver hostiles”, expone Ovejero que reconoce que se ha contagiado de ese ritmo de la narración. En la novela, hay una idea de “amenaza evidente” que puede venir tanto de la naturaleza como de los humanos que pululan por ese territorio cada vez más agreste. El peligro está siempre presente y el lector lo siente en la lectura. Hay una tensión creciente como si de un thriller ecológico se tratase. Para José Ovejero, “la naturaleza nos inspira emociones, pero es ciega. Un error muy común es proyectar en la naturaleza nuestros sentimientos. Es un lugar deseable, pero sólo hay en ella lo que proyectamos, no es un organismo como los que creen en Gaia. Lo que hay ahora es una naturaleza domesticada”. “El mundo ya no funciona cómo estábamos acostumbrados”“La novela refleja como objetivo principal la lucha por la supervivencia en un espacio muy hostil”, afirma Ovejero. La supervivencia en un mundo donde las cosas no funcionan como estábamos acostumbrados. “Las informaciones que nos llegan son contradictorias y no comprendemos muy bien que es lo que está pasando en la actualidad”, reflexiona el autor.
De ahí que haya decidido “prescindir de lo superfluo y centrarme en lo importante. Quizá sea un estilo más complejo, pero es el que me interesa. En la novela todo está demasiado interconectado, se utilizan distintas voces y diferentes formas de narración. Yo he querido, en esta ocasión, volver al centro de las cosas, al núcleo de éstas”, continúa apuntando el escritor madrileño. “Cada época busca su propia historia y cualquier novela expresa lo que es un escritor. Hay que tener en cuenta que un autor tiene distintas fases y va cambiando con el tiempo”, razona certero. Por eso, está empeñado Ovejero en reflejar en su narrativa, sea corta o larga, lo que más le importa e interesa. “Humo” la tenía redactada antes de la pandemia de la Covid-19 y refleja claramente el mundo apocalíptico al que parece estamos abocados. “Hay mucho desequilibrio y descontrol en estos tiempos y la pandemia lo ha puesto de manifiesto. La amenaza la conocíamos, pero no hacíamos nada. Los artistas y escritores lo que tenemos que hacer es adelantarnos a nuestro tiempo. Creo que notamos lo que va a venir y tenemos que manifestar en nuestros trabajos esas sensaciones”. Son tiempos muy extraños y los escritores lo están poniendo de manifiesto. “Está cambiando la forma de hacer promoción de los libros. Estamos teniendo mucha interacción con los lectores en las redes sociales y en las presentaciones virtuales, pero falta el elemento del contacto humano. Falta ese calor que da la persona”, concluye el escritor que nos adelanta que tiene un poemario preparado para su publicación y que ya está imbuido en la redacción de otra novela. Puedes comprar el libro en:
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