Un árbol
Del que fluyen diversas ramas. No se ha ido a la India como les ha ocurrido a otros. Sino que estudiando y viviendo recorrió varios países europeos primero y más tarde fue a Asía. Se acercó a ese Egipto de leyenda y de historia visitándolo como en su momento haría Ahmed Osman dando lugar a un libro de ese mismo nombre y estudiando una civilización que ahora se conoce pero en ese momento no había toda la documentación con que la contamos ahora. Incluso estuvo en Jerusalem -ciudad descrita entre muchos por José María Gironella y visitada entre otros por Bob Dylan-. Igual que otros autores Juan se suma a personas que se han visto envueltos en el Laberinto de la vida y de sus lugares de procedencia han acudido a otras fuentes. No queremos cansarles pero igual que los autores aludidos y el propio Juan también lo han hecho otros más conocidos como Cat Stevens que al convertirse al Islam adoptaría el nombre de Yusuf Islam o Leonard Cohen que abrazaría el Zen y visitaría en Bombay a Ramesh Balsekar dejando capítulos como «Roshi y el Zen» o frases como la de aquella nieta de Balsekar quien diría de él «el mismo príncipe de las tinieblas». E incluso dada su carrera de Filosofía se mezclaría con las figuras de Roma o de Atenas.
Un interés
Su interés ha vuelto a poner de moda (¿alguna vez ha dejado de estarlo?) a la orden Rosacruz y a sus lectores los ha «iniciado» en las lecturas de Madame Blavatsky la fundadora de la Orden Teosófica y su «Isis sin velo». Rudolf Steiner y el Camino de la Antroposofía creado por él entre otros autores. Abriendo ese abanico que nos hace preguntarnos: ¿quién o que influyó en quién? Esas obras que figuran entre el mito y la leyenda o más popularmente denominadas clásicas han resurgido en las experiencias de este joven autor. Koan editorial nació hace dos años abriendo una línea tanto de autores como de libros un tanto olvidados en donde se unen la Matería y el Espíritu. Sus títulos «El optimista que hay en ti» de Jessica J. Lokchart o «La luz de la conciencia» de Lucas Cervetti así lo demuestran. Como él mismo dice: «Quién lea a Jiddu Krishnamurti se convencerá de la imposibilidad de organizar una creencia»
Nos invita a asomarnos
A una «aventura espiritual» con «Contradicciones de un yogui occidental» que quizás podría ser la de cualquiera de nosotros. ¿Se ha perdido el espíritu o lo hemos dejado para volver a encontrarlo? Quizás la respuesta a modo de libro la haya resuelto el padre Anselm Grün un monje benedictino en su «Aceptar la duda. La crisis como señal de progreso». Algo que parece describir en sus 200 páginas Juan Almirall. Nos explicamos al estudiar un tema (veánlo en sus páginas)e ir de uno a otro. Menudo camino y no solo eso sino que Almirall lo explica de tal modo que no rehuye ningún detalle:es minucioso y explicativo. Nos habla de una preparación antes de aceptar dar una charla o apuntarse a un seminario de una materia o de otra. Al terminar de leerlo nos vienen las palabras escritas por el profesor Vicente Merlo en su «La fascinación de Oriente. El silencio de la meditación» quién alude a «Es mi deseo que la lectura de estos textos despierte en el lector el afán de saber más, de matizar lo aquí dicho cuando lo crea conveniente y, sobre todo, de iluminar un poco más la propia vida» ¿Juan Almirall lo ha conseguido? No lo sabemos... Lo que sin duda es cierto son los distintos caminos que nos llevan como explica su autor y en ocasiones surgen en ese momento que todos o casi todos debemos de adoptar. Un tema recurrente tratado por Almirall (aunque todos los son) hablamos de los Yogasutras de Patañjali - de quienes se han realizado diversos estudios siendo un texto breve. En donde más que su autor (o autores) es ese texto que en palabras de Juan «Tienen claras influencias budistas. Patañjali explica que para conocer las cosas verdaderamente hay que experimentar su esencia, es decir su representación mental» No estamos ante un «recorrido espiritual» sino que su autor como ha sucedido en su presentación también invita al debate. Y cuando habla del Yoga de Iyengar (Luz sobre la Vida.Viaje hacia la plenitud, la paz interior y la libertad) y de lo que actualmente realiza Antarbhava Yoga.No podemos dejar de mencionar a Sri Ma Anandamayí y la biografía o estudio realizado por Bithika Mukerji hablamos de «Vida y Enseñanzas» Un ser muy importante para nuestro autor que ha dejado una profunda huella. Incluso Vicente Merlo en su obra que nos perdone Juan «Faceta de la Sabiduría Hindú. Mito, Filosofía, Mística y Gnosis» nos habla de ella. Merlo realiza un recorrido muy breve de varias décadas habiendo viajado a la India y conocido a distintos maestros entre ellos a esa Esencia Pura de Sri Ma Anandamayí uno de los símbolos de esa otra India no política sino mística como escribió Martín Velasco. Y al mismo tiempo como Juan sus estudios le llevaría a la Búsqueda. Hasta coinciden Merlo y Juan en haber conocido el ashram de Sri Ramana Maharshi. Un pequeño apunte Merlo publicó en su momento una obra que parece cubrir la primera parte de los estudios de Juan Almirall su «La llamada (de la) Nueva Era hacía una espiritualidad mística esotérica». Son puntos quizás coincidentes por diversos caminos para llegar a través del metódo a un fin... Lo que nos hace preguntarnos al terminar su libro- hablamos de Juan ¿Habrá encontrado su Búsqueda? O más aún ¿Estamos no ante las contradicciones de un yogui en Occidente sino ante el Despertar de la Conciencia?
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