Quedo con él en la terraza de un bar céntrico de Madrid, cerca de su oficina. Allí, me cuenta muchas cosas acerca de su novela y los pequeños secretos que utiliza para que una historia funcione. “Hasta que no tengo un escenario decidido, no veo la novela. Cuando fui a visitar el BIOPARC de Valencia vi las posibilidades que tenía. Todo estaba muy bien organizado, todos los animales dormían a cubierto y lo mejor es que había rincones con mucho misterio. Algo necesario para una novela”, cuenta el escritor madrileño. Este nuevo thriller es bastante diferente a los anteriores. “He querido que sea más emocional que no afecte tan directamente a los personajes. Tiene una relación más especial con la muerte. Otro de los temas es el excesivo amor que tiene la gente por las redes sociales. Es algo exagerado esa pasión que se tiene todo el tiempo con el móvil en la mano e interactuando con las redes sociales”, apunta el autor. Lo que sí ha utilizado en la narración ha sido “la vida personal e íntima de los personajes. Así el lector puede ver cómo se comportan; por ejemplo, la pareja de Elena tiene fobia a los animales, lo cual puede parecer incompatible con el trabajo de su compañera. Al haber dos personas que piensan y sienten tan diferente, hace que se hable del tema de los animales en zoológicos con más facilidad. Hay dos puntos de vista radicalmente distintos que hacen que se confronten opiniones, unas a favor y otras en contra, lo cual enriquece mucho más el discurso y las posturas de cada uno”, expone con la misma agilidad con la que escribe. “Una buena novela policiaca no puede dejar flecos sueltos”Manuel Ríos San Martín confiesa que en sus novelas “trabajo mucho la estructura. Hasta que no la tengo bien perfilada no continuo con el siguiente paso, que suelen ser la trama y los diálogos. Como guionista se me dan bien, tienen que ser muy naturales y siempre hago una reflexión posterior sobre ellos. Tienen que quedar bien. Posteriormente, procuro construir bien los personajes, tienen que ser reales, verídicos y comprensibles. Una buena novela policiaca no puede dejar flecos sueltos. Yo hice para la novela la misma investigación que hace el policía Juan Pedro Casillas en la obra. Eso da verosimilitud a la narración”. “El olor del miedo” está escrita en tercera persona y consta de cinco partes en las que, a la vez que avanza la trama, el autor nos muestra que ha hecho bien los deberes, al documentarse a fondo sobre emociones primarias y conductas animales y su paralelismo con los humanos. Salimos perdiendo, por supuesto. Y es que los animales son fascinantes por ellos mismos, no porque se parezcan a nosotros. El humor es importante también para el autor.
Otra característica de su narrativa es que le gusta jugar con muchos personajes. “En mis novelas, aparecen muchos personajes secundarios, dan mucho color a la trama. Los diálogos, como he dicho antes, los corrijo mucho. Suelo escribirlos con frases cortas, siempre muy concentradas para que den agilidad al texto. No es bueno andarse por las ramas”, expone con la misma fluidez con la que se leen sus libros. El amor también aparece en la novela, como no podía ser de otra forma. Es la protagonista Elena la que lleva el peso de la trama. “Se debate entre dos amores, el de su pareja Cristina que es un amor más racional, más estable y, por el otro lado, está Sidy, un cuidador del zoo con el que vive un amor ocasional salvaje e irracional. Son las dos caras de una misma moneda”, expresa el autor madrileño. La novela rezuma el apoyo al medio ambiente. Hace una labor pedagógica. “Hay gente que está en contra de que los animales vivan en cautividad en un zoológico. Para ellos, todos los animales tienen el derecho de vivir en libertad, pero al estar en estos parques se hace una labor educativa y se estudian sus costumbres y enfermedades. Todo tiene dos caras”, elucubra Manuel y añade “esa parte emocional es un reflejo de la sociedad. Mucha gente no conoce cómo viven los animales en la selva, por ejemplo. Es una forma de entender mejor a los animales. Tienen muchas limitaciones en su vida por culpa de la violencia entre ellos”. Para finalizar, Manuel Ríos San Martín se pronuncia por su personaje favorito de la novela, que no es otro que el policía JP. “Es el que más me gusta. Es un personaje muy irónico, pero a la vez tierno, sobre todo con su nieta. Creo que está bien contado, al igual que su compañera Violeta que también me gustó mucho escribirlo porque es un personaje que va creciendo según se desarrolla la historia”. Puedes comprar el libro en:
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