Santiago Díaz tiene una gran experiencia como guionista televisivo de éxito. Era normal que en su paso a la literatura obtuviese el mismo reconocimiento, lo que no es normal es la trama de su nueva novela. Podríamos decir que su trama se asemeja a un puzle o que tiene un argumento laberíntico o mil cosas más. Nos quedaríamos cortos. Es una novela donde todo está atado y engrasado como el motor atómico de un submarino nuclear. Una novela explosiva que cualquier fallo la podría hacer estallar y, sin embargo, no lo hace. Todo un prodigioso thriller con el que el lector disfrutará de manera espídica. En la entrevista, Santiago Díaz nos confiesa algunos secretos de su libro y nos da algunas claves de su nueva y sorprendente novela. “El buen padre” es su segunda novela. Parece que se ha afincado definitivamente en el género negro. ¿Qué es lo que más le gusta de este género? Es el género que más me ha atraído siempre, primero como lector y después como escritor. Lo que más me gusta es que, en este tipo de historias puedes conocer los lugares más sórdidos y peligrosos y mantenerte a salvo. Con esta nueva novela ha cambiado de editorial. Con dos libros ya ha pasado por las dos más importantes del país. ¡Menudo carrerón! Supongo que llega a Penguin para quedarse. Esa es mi intención, desde luego. Planeta me dio la primera oportunidad con “Talión” y es algo por lo que siempre les estaré agradecido, pero Penguin me ha ofrecido un proyecto muy ilusionante que no he podido rechazar. En el libro trata la corrupción desde diferentes puntos de vista, algo parecido a lo que hizo en “Talión”. ¿Es la novela negra el género por excelencia para denunciar la descomposición de la sociedad actual? Como te decía antes, a través de la novela negra entras en sitios y conoces personajes y situaciones que la mayoría de la gente no se encuentra jamás en la vida real. Si siempre te has preguntado cómo se negocian sobornos o qué hace un asesino después de matar a su víctima, con este tipo de historias puedes asistir en primera fila. Y mostrarlo es una forma de denuncia. Hay algunos temas recurrentes en sus novelas: prostitución, corrupción, Justicia o violencia. ¿Son estos los principales males actuales de la sociedad? Seguro que hay unos cuantos más, pero esos que has mencionado sin duda están entre ellos. Al retratar los bajos fondos es inevitable que te encuentres con todo eso, aunque también te das cuenta de que en los despachos de los edificios más altos de cualquier ciudad hay aún más podredumbre que en las calles. En sus dos novelas nos encontramos que las protagonistas principales son mujeres. ¿Estamos por fin ante el siglo de las mujeres? Literariamente hablando, sin duda. Creo que es la época en la que hay más novelas policíacas protagonizadas por mujeres. Y esto se debe a que, afortunadamente, ya no hay terrenos vetados para ellas y a nadie le resulta extraño encontrarse con una inspectora, una taxista o una presidenta del gobierno. En la vida real aún falta un poquito, pero nos estamos acercando al momento en que dejemos de hablar de esto. Somos todos iguales y punto. Sin embargo, las dos protagonistas son muy diferentes. Marta se convierte en asesina vengadora en “Talión” e Indira Ramos es una policía con un código moral a prueba de bombas. ¿Qué diferencias y similitudes destacaría de ellas? La principal diferencia es que Marta Aguilera era una asesina e Indira Ramos una policía con un código ético muy marcado. Aunque es cierto que comparten rasgos comunes, y es que a ambas les cuesta mucho relacionarse con los demás; a Marta porque no lograba sentir empatía por sus semejantes y a Indira porque padece un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide mantener cualquier tipo de contacto humano. La inspectora Ramos sufre un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). ¿No parece una buena enfermedad para que la sufra una investigadora? Ella, desde niña, era muy escrupulosa y estaba obsesionada con el orden y la limpieza, pero era algo que podía controlar. Hace unos años, persiguiendo a un sospechoso por el alcantarillado, cayó en una fosa séptica y tardaron varias horas en rescatarla. Desde entonces, sus manías y obsesiones se multiplicaron por mil. Intenta sobrellevarlo como puede, pero no le resulta sencillo. ¿Por qué la ha puesto a la pobre en esa tesitura? Estamos acostumbrados a ver policías enfrentándose al alcoholismo o a la culpa, y yo quería hacer algo diferente y poner frente a mi protagonista a un enemigo invisible para todo el mundo menos para ella. Eso hace que se sienta incomprendida y sea considerada un bicho raro. Su trastorno da pie a muchas reacciones con mucho humor. ¿Utiliza ese humor para dar momentos de respiro al lector? Ni mucho menos pretendo frivolizar con una enfermedad que causa muchísimos problemas a quien la padece, pero es indudable que las reacciones de Indira ante cosas que el resto de las personas consideramos habituales nos hacen gracia y, como tú dices, sirve para aligerar un poco la trama tan dura que estoy contando. Suceden en “El buen padre” tantos acontecimientos que la lectura se vuelve casi frenética casi como la investigación de los policías. ¿Tantos giros, tantas situaciones desesperadas… son marca de la casa? Mi máxima como escritor es intentar no aburrir, y creo que eso se logra haciendo que pasen muchísimas cosas y que la trama siempre avance. Quizá por eso la consideras frenética, porque prácticamente al final de cada página hay una sorpresa y te surge la necesidad de conocer un poquito más... Sorprende que el protagonista masculino que tiene mucho de vengador, Ramón Fonseca, tenga 84 años y una entereza a prueba de bomba. ¿Hay en este mundo personas con la vitalidad de ese buen padre? Yo no me fijo tanto en la edad de ese hombre, sino en sus circunstancias. Como él mismo dice, no le queda demasiado en este mundo y quiere marcharse sabiendo que se ha hecho justicia con su hijo. Lo que hace secuestrando a los que él considera culpables es un acto de amor, aunque quizá un amor mal entendido. El título me recuerda a “The Goodfather”. ¿Ha querido hacer un homenaje a Mario Puzo? ¿Tiene su narrativa similitudes con la del escritor americano? Yo siempre he sido muy malo para los títulos y este es el primero que se me ocurrió. Siempre pensé que en la editorial alguien lo cambiaría, pero al final ha aguantado. Ni se me ocurriría compararme con Mario Puzo. Ojalá. "El mejor invento para un escritor o guionista es el ordenador y después los Post-it de colorines"Tres secuestros, varias investigaciones al mismo tiempo. ¿Cómo se organiza para llevar tantas tramas a la vez? Cinco si no he contado mal. Parece que ese número le gusta. En las salas de reuniones de guionistas no pueden faltar los Post-it de colores y yo me he traído esa técnica a casa. Para cada una de las tramas utilizo un color y, al colocarlos en la pared, veo en qué partes de la novela falta meter determinada historia o, por el contrario, está demasiado cargada. Es mucho más sencillo para organizarte y estructurar. El mejor invento para un escritor o guionista es el ordenador y después los Post-it de colorines. En el caso de los secuestrados cuenta su historia con varios flashbacks. ¿Qué aporta a la literatura esta técnica? Como en todo en esta vida, no conviene abusar, pero un Flashback bien utilizado sirve para conocer la historia de los personajes o los hechos que les han llevado al lugar en el que están. Yo creo que los personajes hay que trabajarlos mucho para que funcionen, y la manera de hacerlo es saber por qué son como son. ¿Cómo escogió una voz narradora que tiene que estar en varios sitios a la vez? Utilizo el narrador omnisciente, que es alguien que nos relata la historia en tercera persona, se mantiene al margen de ella y lo sabe todo tanto de los personajes como de la trama. Salvo en las partes de «Talión» que Marta Aguilera hablaba en primera persona, es el que suelo utilizar. Me resulta la manera más útil y sencilla de contar algo. Parece que le gusta ubicar sus novelas en algunos de los bajos fondos que rodean la capital: polígono de los Ángeles, Getafe, Alcobendas, etc. ¿Qué tiene de especial para usted esos lugares y cómo los elige? En este tipo de novelas hay que trasladarse a donde está la acción, y en los lugares que nombras es más fácil de encontrar.
La novela es una investigación que se produce como una cuenta atrás. ¿Cómo ha manejado tanta tensión? ¿Puede llegar a estresarse un escritor con tantos giros y acontecimientos sorprendentes? A mí lo que me estresa es no llegar a la fecha de entrega o estar frente al famoso bloqueo del escritor, pero los giros y acontecimientos que dices me divierten muchísimo. Y si yo me divierto escribiendo, estoy seguro de que eso lo notarán los lectores. ¿Ayuda el haber trabajado muchos años de guionista? Sin duda. En una serie de televisión tienes que mantener a los espectadores pegados al sofá y alejados del mando a distancia, y eso solo lo consigues si les sorprendes constantemente. Para ir concluyendo, estamos ante una novela transpandemia. ¿Cómo le ha afectado en la escritura los confinamientos sufridos? He sufrido mucho por la gente que me rodea, a la que he visto quedarse en paro o tener que cerrar sus negocios, pero yo llevo toda mi vida trabajando en casa y el confinamiento no me ha afectado tanto. Cuesta no poder salir, porque en la calle es donde encontramos historias que contar, pero teniendo un ordenador e internet, yo he podido trabajar. ¿Tendremos a Indira Ramos para rato? Eso depende de la aceptación que tenga “El buen padre”, pero yo espero que sí. Aunque acaba de publicarse, el feedback de los lectores está siendo muy bueno y la inspectora Indira Ramos aún tiene muchas cosas que contar... Puedes comprar el libro en:
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