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Entre el balón y la pluma
Entre el balón y la pluma

Entre el balón y la pluma: espacios compartidos entre apuestas al deporte y la literatura

miércoles 30 de diciembre de 2020, 13:26h
Pareciera que los mundos de la literatura y el deporte son totalmente antípodas. El espectáculo del deporte es considerado por muchos una de las aficiones más bajas que ofrece la industria de los medios de comunicación, el común denominador más básico de las masas, acaso bárbaro: muchos tratan este mundo de puntos, anotaciones, equipos, tribus, casas de apuestas físicas y online con superioridad, si no desdén.

En cambio, la literatura se considera un medio indiscutiblemente superior, y se le considera el reino de la sutileza, la profundidad y la razón. Estos contrastes esnobistas percibidos, afortunadamente, hoy día se reconocen como arcaicos, inútiles y francamente errados. Ya no debería extrañarnos encontrar que un afanado lector del romanticismo alemán sea también un jugador regular en uno de los portales de apuestas online de casasapuestasdeportivas.es, o que un apasionado hincha del Real Madrid sea también un estudioso e intelectual escritor.

El deporte: actividad inequívocamente humana

Sabemos que el deporte es un inmenso negocio que mueve en todo el mundo miles de millones de dólares todos los años, pero además es fenómeno cultural que genera poderosas emociones en la humanidad. Y no es solo jugarlo, actividad que suscita emociones similares a la de la batalla y la guerra que es origen de tantas obras increíbles, ser espectador del deporte profesional también resulta sumamente estimulante para sus aficionados. ¿Quién podría olvidar Roger Federer como experiencia religiosa? Uno de los artículos más celebrados del difunto autor David Foster Wallace, donde señala las cualidades casi sublimes de la técnica deportiva del tenista suizo y la experiencia de presenciarlo mediante la televisión por cable. Un paréntesis interesante: uno puede preguntarse si hoy en día algún brillante autor esté escribiendo sobre los fenómenos más modernos del deporte, como por ejemplo la explosión de las casas de apuestas deportivas online y sus usuarios; algo así como un remix contemporáneo de Cartero de Bukoswki, con un Henry Chinaski moderno que, en vez de apostar por caballos en las pistas, apuesta por los equipos de la Liga Española a través de su teléfono móvil.

La palabra deporte y la literatura deportiva

El primer registre del vocablo de la lengua española “deporte” aparece en la obra clásica El Cantar del mio Cid, que relata las hazañas heroicas del caballero Rodrigo Díaz Vivar y fue publicada alrededor del año 1200. Sin embargo, no es sino hasta el siglo XXI, más de 800 años después, que ha surgido en España una corriente literaria donde el deporte y la literatura van de la mano: la no muy originalmente llamada literatura deportiva. Aunque siempre han existido autores y lectores españoles interesados en las intersecciones de estos dos mundos, no fue sino hasta hace unos 5 o 6 años que se ha avanzado en este género, tierra fértil para el arte. Otra influencia importante en esta movida es la creciente importancia del periodismo deportivo y el reconocimiento que ha recibido incluso de círculos literarios.

Dos pilares de la literatura deportiva

En la literatura deportiva hay dos deportes que predominan: el futbol y el ciclismo. La mayoría de las obras de la literatura deportiva orbitan alrededor de estas dos actividades.

Futbol

Esta probablemente no sorprenderá a nadie, considerando que el futbol es el verdadero deporte de las masas y es el más visto en España y el mundo. El futbol moviliza a millones de fanáticos solo en España y menudo sus más grandes estrellas reciben un trato que se asemeja al de los semidioses griegos. De ahí que escuchemos comparaciones como la del mito de Maradona.

Ciclismo

El ciclismo es un deporte marcado por las vistas y paisajes asombrosos además de personajes coloridos que se enfrentan a los elementos y la increíble hazaña física que significa enfrentárseles. El ciclismo, por su naturaleza inherente, es una actividad que se asocia a los viajes, que es otra importante fuente de historias y poderosas emociones desde tiempos inmemorables. Curiosamente, también podremos conseguir una amplia variedad de novelas de ciclismo y de crimen, donde las luchas contra el dopaje e historias alocadas donde la realidad supera la ficción serán muy comunes.

Una última reflexión

Los tiempos de las falsas superioridades han quedado atrás. Los ámbitos de la literatura y el deporte no son excluyentes en lo absoluto, incluso a veces pueden solaparse y producir algo de mayor valor que la simple suma de sus partes. Aunque Jorge Luis Borges haya afirmado en su momento que "el fútbol es popular porque la estupidez es popular", otras mentes brillantes como el director italiano y escritor Pier Paolo Pasolini opinaba que "el fútbol es, después de la literatura y el eros, el placer más grande del mundo". El tiempo parece haberle dado la razón el controversial artista italiano. La próxima vez que ese conocido suyo que se la pasa todo el día pensando en futbol o tenis o básquetbol y en las apuestas que puso su casa de apuestas online de su preferencia le recomiende un libro, piénselo dos veces antes de desechar su opinión: tal vez se consiga con que esta persona también descubrió el nexo entre los mundos de la literatura y el deporte.

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