Un evento destinado a poner de manifiesto la correlación entre las Leyes y la Literatura en tanto en cuanto el autor ocupó durante unos años la cátedra de Derecho Mercantil, por consejo de su padre, a pesar de sus inquietudes creativas orientadas, en sus inicios —y curiosamente—, al dibujo.
A lo largo de la sesión, abordada por personalidades como D. Germán Delibes o D. Enrique Garrigues, se ha tratado la figura del maestro con inefable cariño aportando anécdotas como la honda devoción que el escritor sentía hacia el jurista D. Joaquín Garrigues, a quien consideró —en la intimidad— su mentor en sus primeras incursiones literarias y, en especial, de cara a la obra que vio nacer al literato: La sombra del ciprés es alargada.
El polifacético autor de verdaderas joyas como Los santos inocentes, El hereje o Cinco horas con Mario, en palabras de su hijo, nunca tuvo vocación por el Derecho. Sin embargo, se vio abocado al espectro jurídico durante cuatro o cinco años hasta que tuvo la posibilidad de ocupar un puesto formativo relacionado con su pasión. En el libro Así conocí a Delibes, editado recientemente por el Ayuntamiento de Valladolid con motivo del centenario de su nacimiento, muchos paisanos incluyen testimonios personales centrados en su relación con el escritor. Algunos de ellos, de sus propios alumnos, que lo recuerdan como un hombre serio, eficiente, profesional, que en los exámenes orales se dedicaba a retratar a los estudiantes provocándoles la incertidumbre respecto a si era más importante la pose o la respuesta.
Una ternura incondicional me produce la descripción de los interminables paseos con su esposa y musa, Ángeles de Castro, recorriendo el Campo Grande con el código de Comercio en mano, mientras él cantaba los artículos y ella señalaba los que dominaba con un lápiz de labios rojo hasta que el libro no tuvo un solo hueco blanco, así como entrañable es la frustración que se llevaría consigo a la tumba por haber hecho una letra de cambio de manera incorrecta, y que sus hijos recuerdan como partícipes del malestar producido por esa espina clavada.
Añadiendo la sugerente participación de la novelista Aroa Moreno, prologuista de la nueva edición de Cinco horas con Mario editada por Destino, la mesa Delibes: Derecho y Literatura ha supuesto un evento delicioso, instructivo e inteligente, como no podía ser de otra manera tratándose de un tema tan enriquecedor como el recuerdo a un académico de culto por cuyas letras el tiempo ha quedado detenido, con una destreza genuina en el difícil deporte de la caza de las palabras.
Una copa acartona el recuerdo, pero, al propio tiempo, convierte la onerosa gravedad de tu cuerpo en una suerte de porosidad flotante... pasado el trance, sobreviene el decaimiento.
Miguel Delibes
Les animo a visionarlo en su integridad en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=jkcRZC2Drn0
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