En su magnífica y colosal novela, En busca del tiempo perdido, el escritor francés Marcel Proust invoca la memoria a través de un acto tan aparentemente ordinario como degustar un dulce. Y si esta magdalena de Proust ha trascendido la novela para convertirse en la imagen universal de esta unión inopinada entre pasado y presente, la propia novela en sí
también puede hacer las veces de palanca emocional para el lector: la literatura como magdalena...
Efectivamente, ¿y si hubiera otros remedios? ¿Y si la nueva medicina se vendiera en las librerías y no en las farmacias? Lecturas que curan funciona como una guía práctica para gestionar saludablemente las emociones: porque cuando la herida es honda, se impone como prescripción el arte de leer literatura como una medicina sagrada.
En este libro, la escritor argentina Diana Paris comparte el recetario terapéutico-literario que ha ido construyendo a lo largo de sus más de treinta años de experiencia como especialista en Letras y Psicoanálisis, siempre desde un enfoque multidisciplinar e integrativo entre el arte y la clínica. La expresión personal, la canalización del dolor o la transformación de vivencias traumáticas se producen así gracias a pequeñas «grajeas de Grimm, comprimidos de Kafka o jarabe de Virginia Woolf», que la escritora y terapeuta prescribe con talento a sus pacientes. Como dice la propia autora:
«Nuestra propuesta consiste en leer el continuum de intercambios que el sujeto transita, y cuyo tratamiento reclama la recuperación de la armonía desde una concepción holística e integradora. Desde la Psicoterapia Integrativa (PI PNIE, Psiconeuroinmunoendocrinología) entendemos el abordaje terapéutico como un enfoque multifactorial para escuchar la dolencia.»
Paris bautiza esta propuesta de dinámica terapéutica basada en la lectura de poesía, cuentos y novelas como Literat©ura. Insiste en la dimensión trascendental que sostiene a la literatura y que, a su entender, es la menos explorada de las diferentes vías terapéuticas por las posibilidades que ofrece. Pero la autora también utiliza y se basa en líneas psicoterapéuticas tan valiosas como la Biodescodificación: la biblioterapia pasa, efectivamente, por revisar la emoción, sus efectos, la fuente de su aparición, así como las dolencias que produce y liberarla literatura mediante.
«La sugerencia de lecturas y el para qué espiar la vida de un personaje de ficción en un determinado suceso literario propicia el eco personal, resuena en el lector con una misma frecuencia y el espejo literario devuelve su propia emoción reformulada en un abanico de alternativas de resolución, antes impensadas, que se activan de manera inconsciente.»
En definitiva, la autora nos ofrece toda su experiencia como terapeuta, escritora y por encima de todo como amante de los libros. Partiendo de casos reales de su consulta, Paris traza un recorrido a través de la experiencia de sus pacientes y cuenta qué novelas, cuentos y poemas los han acompañado y ayudado en su terapia (a veces a lo largo del tiempo, como en el caso de la paciente «Lilian»).
La primera parte del libro, más breve, es casi un manifiesto en favor de la literatura como fármaco, una defensa de la «biblioterapia» o de la Literat©ura como método eficaz y legítimo para interpretar la psique humana desde un ámbito más científico (sí, leer ficción cura). Diana Paris explica cómo y desde cuándo desarrolla este enfoque terapéutico en consulta, sus implicaciones y resultados teóricos, desde una perspectiva científica.
El «repertorio literario» es la puesta en práctica de toda esta teoría y conforma la segunda parte del libro, más extensa. Aquí es donde encontramos las (interesantísimas) descripciones de casos de pacientes reales, seguidas por los extractos de novelas y cuentos que se aplicaron en cada caso para ayudar o desbloquear las emociones del paciente. El lector aprenderá a aplicar esta técnica de biblioterapia a partir del estudio de estos casos prácticos, a leer e interpretar la literatura (incluso un cuento para niños, aparentemente anodino) de manera más profunda, curativa y hasta medicinal.
«No dudo en afirmar que hay una terapia posible en lo bello. Que la inteligencia artística es flexible como un músculo. Que la neuroplasticidad se beneficia cerca de los objetos de arte. Que la sanación puede estar ligada a una nueva posibilidad de construir la realidad con ese canto, esa pintura, esa danza, ese texto. Un placer que nos transforma como pocos instrumentos: la fe, la trascendencia, la palabra (y ciertos efectos del amor).»
Diana París, nació en Buenos Aires (Argentina) y vive en Uruguay. Es licenciada en Letras, Psicoanalista, docente y escritora. Especialista en análisis Transgeneracional, Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), Arteterapia y Biodecodificación. Autora de Secretos familiares (2015) por este mismo sello editorial.
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