Todos conocemos el final. Sucedió en Nueva York, el lunes 8 de diciembre de 1980. Una noche borrascosa, pero excepcionalmente suave para la época del año. John y Yoko volvían a casa en limusina después de una sesión de tarde en el estudio Record Plant, y llegaron al edificio Dakota alrededor de las 22.50 horas. Los abordó un sintecho nacido en Texas con una pistola de calibre 38 de Charter Arms y una copia de El guardián entre el centeno de J. D. Salinger. Mark Chapman, de veinticinco años, que había estado esperándolos, disparó cinco balas a John sin inmutarse. Cuatro lo alcanzaron. La policía lo llevó al hospital Roosevelt, en la calle 59 con Central Park, donde el cirujano general de tercer año David Halleran, de veintinueve años, puso el corazón de John en sus manos practicándole un masaje cardiaco y suplicando un milagro en silencio.
Los ritmos de la mente y la memoria cambian de forma constantemente. Incluso quienes estuvieron allí o quienes conocieron a John Lennon de primera mano, pueden olvidar cosas. Cuarenta años son toda una vida. Lo fueron para John. Sin embargo, él no parece tan remoto.
El 2020, un año importante —el 40 aniversario de su asesinato, el 50 de la disolución de los Beatles, el 60 de la estancia de la banda en Hamburgo y el año en el que John hubiese cumplido ochenta—, parece el momento adecuado para volver la vista atrás y replantear su historia. Si tienes menos de cincuenta años, no habías nacido cuando los Beatles se separaron. Si tienes menos de cuarenta, aún no estabas vivo cuando John murió. Sea cual sea tu edad… ¿No te parece, como a mí, que Lennon sigue aquí, entre nosotros?
Se ha especulado durante mucho tiempo con que su muerte estuvo relacionada con la vigilancia de la CIA y del FBI como resultado de un activismo de izquierdas anterior; que al asesino convicto Mark Chapman le habían lavado el cerebro para convertirlo en asesino y era un «candidato de Manchuria»; que José Perdomo, el ya fallecido portero que estaba en la garita del edificio Dakota, era un exiliado cubano relacionado con la fallida invasión militar anticastrista de 1961 de bahía de Cochinos. Al final, la simple verdad no puede satisfacer al teórico de la conspiración. Los expertos apuntan a los sesgos de proporcionalidad y explican las teorías de la conspiración como mecanismos para afrontar acontecimientos insoportables. La gente que huye de la razón necesita cosas más grandes a las que culpar.
John Lennon, el irritable, el ingenioso, el espabilado, el que tenía un talento más llamativo, fue el más privilegiado de los Beatles. Probablemente, bendecido con la mejor voz, aunque él lo discutía, era el juglar que mejor reflejaba sus vidas y la época que les tocó vivir. También era el más complejo y contradictorio; el más perturbado y en desacuerdo con lo que la fama les había hecho. Y, más que eso, era todo tipo de Johns. Era una maraña de contradicciones. Podía pasar de ser un chismoso divertidísimo a ser un estúpido amargado en solo unos instantes. Unas veces podía ser un muchacho tosco y despiadado, y otras, un llorica. Arrogante, torpe, flemático, paranoico, podía ser extremadamente extravagante y a la vez sorprendentemente contenido. Era rencoroso pero amable. Irascible pero generoso. Indeciso, aunque exigente. Despiadado, pero al mismo tiempo se hacía muchos reproches.
Abanderaba una postura muy carpe diem. Herido, disfuncional y desafiante, encontró su camino en las imperfecciones del mundo. Nunca le preocupó lo que la gente pensara de él. Disfrutaba de lo inadmisible, lo difícil de aceptar, la verdad sobreentendida. Su vida se extinguió en la misma cima de su fábula. Solo estaba a la mitad del camino. Con su muerte su mito está completo y ha quedado preservado para la historia. Aunque ahora conocemos gran parte de sus imperfecciones y de sus debilidades, somos indulgentes. Su memoria está santificada. Más que cualquier otro artista, John Lennon ha llegado a ser considerado tanto el símbolo como la conciencia de su época. ¿Pero quién era realmente?
Lesley-Ann Jones es periodista, biógrafa, novelista y presentadora de programas de televisión y radio.
Es la autora de los bestseller Bohemian Rhapsody: The Definitive Biography of Freddie Mercury, Hero: David Bowie y Ride a White Swan: The Lives & Death of Marc Bolan.
Amiga de infancia de David Bowie, Lesley-Ann ha entrevistado a muchos de los artistas más idolatrados del mundo, como Paul McCartney, Madonna y Prince, con quienes mantuvo una estrecha relación de amistad.
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