En su anterior novela, “Invisibles”, trató el tema de las desapariciones de personas, que tiene mucha incidencia en nuestra sociedad y es un tema bastante olvidado. Su última novela negra “El salto de la araña” es una obra más personal donde analiza los sentimientos de un delincuente que sus pésimas decisiones en la vida le han convertido en una persona perteneciente al lumpen de nuestra cada día más caótica sociedad. En la entrevista, nos cuenta sus motivaciones para escribir sobre tan peliagudo tema.

¿Cómo surge la idea de escribir “El salto de la araña"?

Quería escribir una historia sobre gente corriente, con vidas corrientes, que terminan acusados de un delito de homicidio. Una historia de amor que acaba mal, y analizar el “por qué” de todo ello, que es lo que más me interesa, ahondar, investigar en las razones de la conducta humana. Escribir sobre el amor, los celos, la culpa, el perdón, los remordimientos, la amistad.

Creo que el Premio Letras de Mediterráneo se concede primero al autor y luego se escribe la novela. ¿Ha sido así en su caso?

Sí. Los organizadores del premio escogen a autores que por su trayectoria y calidad consideran merecedores del galardón. El requisito es que deben estar ambientadas total o parcialmente en Castellón y su provincia. En mi caso la novela está ambientada en Vilafamés y en Barcelona.

¿Qué ha significado para usted conseguir dicho premio?

Un reconocimiento a mi escritura, que agradezco profundamente.

¿Qué lazos la unen a la provincia de Castellón de la Plana?

Tengo amigos y antiguos compañeros de trabajo que residen en Castellón ciudad y en su provincia. Hay muchas poblaciones cargadas de historia y con unos paisajes maravillosos que la gente debería conocer.

La novela comienza con un capítulo en tercera persona para pasar a la primera persona el resto del relato. ¿Por qué ha jugado con esas dos voces?

La primera escena de la novela está escrita desde el punto de vista de un joven guardia civil que acude a un levantamiento de cadáver en casa de Javier y Alba, la pareja protagonista. El resto de la novela está escrita en primera persona; Javier cuenta su historia y explica al lector cómo ha sido su vida con su pareja, Alba, y por qué han acabado de esa forma. Escribirla en primera persona hace que el lector escuche la voz de Javier y sea testigo de sus pensamientos más íntimos.

¿Se ha sentido a gusto escribiendo en primera persona y metiéndose en el papel de un varón?

Ha sido uno de los mayores retos de la novela. Meterme en la piel de un chico en la veintena y ser capaz de expresar sus emociones de una forma sencilla y sincera, no ha sido fácil pero estoy muy contenta con el resultado.

Por su experiencia como juez, ha debido ver muchos crímenes. ¿Ha partido la novela de algún caso que usted ha conocido?

“El salto de la araña” surge de todos aquéllos casos en los que veo a personas destrozar sus vidas a causa de relaciones tóxicas. No constituye ningún caso en concreto, pero bebe de la realidad.

“Creo que la novela negra es una novela social, hace una fotografía de la realidad de nuestros días”

El protagonista y narrador, Javier, es un ladrón desde que tiene casi uso de razón. Un tarado de nacimiento, como él mismo se describe. ¿Existirían la novelas negras sin los perdedores?

Creo que la novela negra es una novela social, hace una fotografía de la realidad de nuestros días. Se inventa poco, las tramas están ahí para quien las quiera ver. Los perdedores evidentemente, son los protagonistas más destacados porque precisamente reflejan esa realidad que muchos no quieren saber o directamente ignoran.

Su vida se trunca en aquella noche de agosto de 2018. Ese hecho es el detonante para que se plantee toda su vida. ¿Cómo ha afrontado esa introspección tan fuerte del personaje?

Javier está acusado junto a su pareja, Alba, de un delito de homicidio. Ha estado un tiempo en prisión preventiva a la espera de juicio que tendrá lugar en tan solo unos días. La presión que sufre el personaje es lo bastante fuerte para que sea capaz de desnudarse frente al lector y exponerle la realidad, lo que él ha vivido hasta entonces, sin paños calientes. La clave, como el mismo personaje dice, es la honestidad. Escribir con honestidad, escribir una historia sincera.

¿Es su novela más psicológica?

Eso tendrán que decirlo mis lectores. Tal vez sí, ya que supone un ejercicio de introspección: hablar de uno mismo como lo hace Javier sin cansar, y provocando en el lector emociones que le lleven a no dejar la novela.

En todo momento, Javier se siente culpable de su desastrosa vida, pero muestra un conocimiento profundo de sus sentimientos. ¿Es ese el primer paso para cambiar su vida?

Javier es un chico corriente, educado en una familia trabajadora. El hecho de encontrarse en la situación en la que está le hace reflexionar y analizar todo lo vivido. A lo largo de la historia vamos viendo cómo el personaje madura y evoluciona a medida que analiza cuáles han sido sus decisiones y sus consecuencias. Actuar sin pensar tiene su precio.

Creo que muchos de nosotros nos planteamos en algún momento si nuestras decisiones fueron las correctas

¿Todos buscamos una segunda, tercera… oportunidad en la vida?

Creo que muchos de nosotros nos planteamos en algún momento si nuestras decisiones fueron las correctas o qué podríamos haber hecho para cambiarlas. Tener una segunda oportunidad para enmendar las cosas no siempre está al alcance de todos, puede ser un auténtico regalo.

¿Qué importancia tiene la sinceridad para el cambio personal?

Tal y como dice Javier en la novela, analizarse a uno mismo con frialdad, valorar las acciones desde fuera, despojándolas de sentimientos, no es sencillo. Él ya indica que espera ser lo bastante despiadado consigo mismo, porque sin sinceridad, sin reconocer los defectos, las faltas, no hay cambio posible.

“Sorpresas te da la vida”, dice la canción de Rubén Blades. ¿Qué sorpresas nos vamos a encontrar en la vida de Javier? ¿Y en la novela?

Sorpresas las hay. En primer lugar no sabemos quién es la persona que ha muerto en esa primera escena del levantamiento de cadáver, solo que Javier y Alba son acusados como autores de esa muerte. En la narración sabremos qué sucedió esa noche en Vilafamés, quién es el difunto, el autor de esa muerte y cuál va a ser el resultado del juicio.

¿Qué papel juega la amistad entre Javier y Dani?

Dani es la luz de la novela. El amigo que todos queremos tener. El que está siempre a tu lado, vengan cosas buenas o malas. Es la persona para la que escribe Javier, a quien quiere contarle su historia. Es un personaje con el que he disfrutado mucho.

En este libro, el amor queda un poco aparcado. ¿Qué rompe más al amor, la cotidianidad o un hecho trágico?

Creo que el amor es precisamente la base de esta novela, en absoluto está aparcado. Precisamente es a consecuencia del amor que Javier ha sentido por Alba que las cosas terminan como lo hacen. El amor se rompe por no usarlo, por darlo por supuesto, porque la vida nos lleva por otros caminos. Porque tal vez no era amor.

Con esta, su sexta novela, parece afianzada en el género negro definitivamente. ¿qué tiene para usted de extraordinario este género?

Resulta que todas mis tramas, por el momento, están dentro del género. No me he planteado nunca ser autora de novela negra. Escribo las historias que me remueven por dentro y resulta que todas tienen tintes negros. Como digo siempre, me fascina el ser humano, lo que somos capaces de hacer, lo mejor y lo peor.

¿Cambiará algún día de registro?

Nunca se sabe.

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