Un hombre inocente fue condenado por asesinato hace 22 años en Florida. Su abogado no parará hasta verle libre, pero quienes le encerraron ya mataron una vez, y están preparados para volver a hacerlo.
"Duke Rusell no es culpable de los crímenes atroces por los que se le condenó; sin embargo, está previsto que sea ejecutado por ellos dentro de una hora y cuarenta y cuatro minutos".
El de Duke Rusell no es el único caso del que se encarga el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post. Él lidera el Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro dedicada a luchar por la exoneración de inocentes encarcelados y, en muchas ocasiones, a la espera de una condena de muerte.
Pero Duke, acusado de violar a una joven hace once años y condenado por un jurado engañado por dos falsos peritos proporcionados por el fiscal, no es el único caso de Post. Es esa triste lista también se encuentra Shasha Briley, en el corredor de la muerte en Carolina del Norte, condenada por un incendio provocado que mató a sus tres hijas; Billy Rayburn, en Tennessee, condenado después de que tropezara y cayera mientras tenía en brazos al bebé de su novia; Curtis Wallace, condenado en Mississippi por el secuestro, la violación y el asesinato de una joven a la que no conocía; y Little Jimmy Flager, de diecisiete años y con discapacidad mental, encerrado de por vida en el estado de Georgia.
Pero el caso más peligroso de todos, el que podría acabar con la vida de Post y de quienes hablen con él, es el de Quincy Miller, condenado a cadena perpetua por asesinar a tiros a un joven abogado, Keith Russo. El asesino no dejó pistas. No hubo testigos. Nadie tenía un motivo. Pero la policía pronto señaló a Miller, un joven negro que había sido cliente de Russo.
Cuanto más investigan, «los guardianes» sobre el caso, más extraño es todo lo que le rodea. Los verdaderos asesinos de Russo son personas poderosas y despiadadas, y no quieren que Miller sea exonerado. Mataron a un abogado hace veintidós años, y matarían a otro sin pensarlo dos veces.
John Grisham (Jonesboro, Arkansas, 1955) se dedicó a la abogacía antes de convertirse en un escritor de éxito mundial. Desde que publicó su primera novela en 1988, ha escrito casi una por año. Todas sin excepción han sido best sellers y ocho de ellas han resultado ser una magnífica fuente de guiones para el cine. Entre sus obras destacan los siguientes títulos, todos ellos convertidos también en películas de éxito: Tiempo de matar, La tapadera, El informe Pelícano, El cliente, Cámara de gas, Legítima defensa, El jurado. Sus últimas obras publicadas en España son Ajuste de cuentas, La gran estafa, El caso Fitzgerald, El soborno y Un abogado rebelde.
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