"Y Zelda se convirtió en vikinga" es el debut luminoso sobre la menos convencional de las heroínas que te dejará con ganas de embarcarte en tu propia aventura.
Zelda, con veintiún años y una visión muy particular de la vida: en su casa no entran desconocidos, los tomates deben ir siempre en el medio del sándwich y no mojar el pan, y sueña con convertirse en un héroe vikingo en la vida real. Zelda nació con trastorno del espectro alcohólico fetal, lo cual hace que vea la vida de un modo más simple, pero también más inocente, humano y carente de los prejuicios y la soberbia que caracterizan a la mayoría de las personas.
Zelda vive con su hermano mayor, Gert, quien se preocupa y cuida de ella pero que a su vez debe hacer frente a sus propios problemas. Cuando Zelda descubre que Gert ha recurrido a métodos cuestionables y peligrosos para ganar suficiente dinero como para mantenerlos a flote, decide iniciar su propia búsqueda. Su misión: dar batalla a los villanos de esta historia, al modo de las guerreras vikingas, y, de paso, ser legendaria. No pasa mucho tiempo hasta que Zelda se encuentra frente a frente con este desafío, poniendo a prueba el alcance de su heroísmo, su amor por su hermano y la profundidad de su fuerza vikinga.
La novela está escrita en primera persona, lo que contribuye a que la novela tenga un tono muy entrañable y cercano, con sus muchas relexiones y ocurrencias de la protagonista. Lo que le da un tono de humor y emoción único.
Andrew David MacDonald creció en Edmonton, Alberta (Canadá). Ha recibido varios premios literarios por sus cuentos, incluidos además en una antología de Canadá, y tiene un MFA del Programa para Escritores de la Universidad de Massachusetts-Amherst. Actualmente vive en el suroeste de Ontario.
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