Delbo, miembro de la Resistencia francesa, homenajea a sus compañeras de cautiverio, mujeres de toda procedencia y condición que, pese a haber sido desposeídas de su identidad, supieron sostenerse las unas a las otras. Ninguno de nosotros volverá adopta la voz colectiva de estas mujeres y nos ofrece uno de los pocos testimonios femeninos que se han publicado sobre los campos.
El 24 de enero de 1943, Charlotte Delbo fue deportada a Auschwitz-Birkenau en un convoy junto con otras doscientas treinta mujeres, la mayoría, como ella, miembros de la Resistencia. Solo cuarenta y nueve sobrevivieron. La obra de Delbo, admirada por Primo Levi, ocupa por su valor literario y documental un lugar destacado en la literatura concentracionaria.
Tan solo unos meses después de su liberación, Delbo comenzó a escribir Ninguno de nosotros volverá. Tras finalizarlo, decidió dejarlo reposar veinte años para estar segura de que hiciese justicia al horror de lo vivido. Finalmente, en 1970 fue publicado en Francia por Les Éditions de Minuit, convirtiéndose en la primera parte de la trilogía Auschwitz y después. Ahora se publica junto con Un conocimiento inútil, su segunda parte, en un solo volumen. Club Editor publica la traducción en catalán.
Charlotte Delbo nació en 1913 cerca de París, en Vigneux-sur-Seine. Hija de emigrantes italianos, a los diecisiete años comenzó a trabajar como secretaria en la capital francesa. En 1932 se adhirió al movimiento de las Juventudes comunistas, y dos años más tarde conoció a Georges Dudach, muy activo en el seno del partido, con el que se casó en 1936. Un año más tarde, se convirtió en la secretaria de Louis Jouvet, entonces director del Théâtre de l’Athénée. El 2 de marzo de 1942, Charlotte y su marido fueron arrestados por las brigadas especiales de la policía francesa. Delbo fue encarcelada en La Santé, donde vio a Dudach por última vez el 23 de mayo, el mismo día en que fue fusilado. Fue trasladada a Auschwitz-Birkenau el 24 de enero de 1943 en un convoy junto con otras doscientas treinta mujeres, la mayoría miembros, como ella, de la Resistencia.
A principios de 1944 fue trasladada de nuevo, esta vez al campo de Ravensbrück, y en abril de 1945 fue liberada, después de veintisiete meses de cautiverio. De las doscientas treinta mujeres del convoy que llegó a Auschwitz, regresaron cuarenta y nueve. Unos meses después, mientras se recuperaba en un sanatorio suizo, Delbo comenzó a escribir Ninguno de nosotros volverá, que se convertiría, veinticinco años más tarde, en el primer volumen de la trilogía Auschwitz y después. En 1947, comenzó a trabajar para la ONU en Ginebra y vivió en Suiza doce años. A su regreso a París trabajó para el CNRS como asistente del filósofo Henri Lefebvre, a quien había conocido en 1932. Allí falleció en 1985, a los setenta y dos años.
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