En 2001 con su amigo Pedro Gómez de la Serna, cuando coincidieron trabajando en el Ministerio del Interior, decidieron escribir un libro que recorriera las vicisitudes de la lucha policial contra el terrorismo desde los comienzos hasta ese momento. “Por motivos de confidencialidad no se pudo editar el libro, que era un ensayo. Pasado un tiempo decidí volver a rescatar parte del trabajo, pero lo quise hacer como una novela que contuviese las historias y las anécdotas que estaban en aquel otro libro que habíamos escrito y que había vivido veinte años en un cajón, ya que nunca verá la luz. Creo que eso podría ser más interesante para el lector de hoy en día, ya que la mayoría de esos lectores tienen el recuerdo de lo vivido en aquellos años. Al fin y al cabo, lo que cuento en la novela ocurrió anteayer”, explica el escritor y añade “por otra parte, los lectores que no vivieron esos acontecimientos, tienen ahora la oportunidad de conocerlos de primera mano”.

“Este es un libro peculiar. Realmente son dos libros, uno es una novela policiaca con su suspense, con su intriga y sus hilos argumentales, el otro es un libro de historia en el que se puede conocer más sobre la lucha policial contra el terrorismo, aunque no es una historia del terrorismo ni un libro político, ni con ideología. Lo que pretende es poner en valor y homenajear a los policías que lucharon contra el terrorismo. Por lo tanto, creo que tiene atractivo para diferentes tipos de lectores. El acercamiento al libro puede venir por distintos caminos”, explica de manera razonada Fernando Benzo.

La novela “Nunca fuimos héroes” es narrada en primera persona por Gabo, un policía que ha abandonado las labores policiales, “yo intento que el narrador tenga una voz ligeramente policial, una de las muchas que hay en la novela”, puntualiza. En su opinión, “esta es una novela de buenos y malos, no juego con equidistancias. No quiero decir que los buenos sean perfectos, pero los buenos son los buenos y los malos son los malos. No hago ningún tipo de maniqueísmo”.

“Lo que he pretendido es jugar con dos tiempos narrativos, el presente y el pasado de los años 80. En realidad, los flash-backs de la narración están vinculados con lo que está pasando en el presente. Hay un vínculo conceptual”, analiza Fernando Benzo sobre la construcción de la novela. Cuando él comenzó a escribir su novela, “no era consciente que estaba escribiendo una novela negra, más bien quería narrar el viaje emocional y el retrato intimista del protagonista de la novela, un policía ya retirado. Lo que me interesa es contar todos los sentimientos por los que pasa el personaje, desde que es un joven policía lleno de ilusión y de ambición, para pasar por los errores que comete y las decepciones que puede sufrir, hasta el desencanto final que le hace abandonar el cuerpo de policía. Es un viaje vital de un personaje”, expone.

“Nunca pensé en escribir una novela negra”

Al mismo tiempo, Fernando Benzo quería que hubiese un cierto elemento de entretenimiento. “La historia se construye alrededor de todo esto, añadiendo la trama policiaca. Cuando me quiero dar cuenta, he escrito una novela negra, pero jamás había pensado que iba a escribir una novela de género. Es un poco extraño, pero ocurre casi de una manera natural. La historia que cuento lleva a eso. Cuando me quise dar cuenta, me había convertido en un autor de novela negra. La novela fue creciendo y adquiriendo esa personalidad”, desmenuza con destreza.

“Gabo, el protagonista, tiene muchos rasgos arquetípicos de los personajes de novela negra. Podríamos decir que tiene parecidos con Philip Marlowe, pero mi idea primigenia no fue que se pareciese a esos personajes”, sostiene el autor. Y continúa diciendo “Gabo se reactiva cuando reaparece un terrorista en España veinte años después de haber huido. No tenía cuentas pendientes con la Justicia y la policía no sabe por qué ha vuelto de ahí que quieran saber el porqué de su vuelta, sin utilizar los cauces habituales”.

Nunca fuimos héroes es una novela de buenos y malos

Como bien conoce Fernando Benzo, los responsables políticos de la policía se guían por un tipo de motivaciones diferente a los especialistas policiales. “Tienen puesta su mente más en las encuestas y en los medios de comunicación que en los propios resultados policiales. Son totalmente distintos ambos estamentos. Las operaciones policiales tienen sus tiempos, saben administrar mejor la información para conseguir resultados”, evalúa.

La pretensión del escritor madrileño al escribir el libro ha sido “hacer una novela entretenida. Una obra de ficción adaptada a una trama compleja. Por eso, la estructura narrativa ha sido difícil de urdir. Normalmente, la narrativa no da una imagen veraz de los policías”. Otro de los puntos conflictivos de la novela es la relación de la banda terrorista con el narcotráfico. “Hubo unos treinta crímenes por este tema. Ellos decían que era para preservar a la juventud vasca, pero realmente estaban traficando con droga y hubo muchos ajustes de cuenta”, asevera con firmeza.

No quiere terminar la entrevista sin profundizar sobre el “relato” vasco. “Tenemos que escribir ese relato de lo que ocurrió en los años del terrorismo, y se debe de hacer tanto desde el ensayo, como desde la historia, la novela social y la ficción. Todo contribuirá a conocer mejor lo que sucedió”, concluye Fernando Benzo.

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