No esperen del libro un texto melifluo como nos tienen acostumbrados los biógrafos de las estrellas de la canción sino un texto riguroso y documentado sobre unas canciones y sus autores que para muchos suponen la banda sonora de nuestra vida y que todas ellas contienen la palabra “tiempo” en su título. En la entrevista, nos explica su pasión por la música y por ese ramillete de intérpretes que cambiaron nuestros gustos musicales para siempre. ¿Cómo surgió la idea de escribir El tiempo en 50 canciones? Hace unos años publiqué El rapto del tiempo —un libro de relatos y curiosidades en torno al tiempo que dedicamos a esperar— y como broma a mí mismo me hice una playlist con canciones que llevasen la palabra «tiempo» en su título. Comencé a colgarlas en Facebook junto a un pequeño comentario, y un día el editor José Luis Ibáñez Salas me propuso escribir un libro con esa idea. El proyecto cuajó en la editorial Sílex de la mano de su editor, Ramiro Domínguez, y enviamos el manuscrito a Jesús Ordovás, que se mostró muy entusiasta y escribió un magnífico prólogo. Médico, escritor, amante de la música… ¿Qué se considera más? Por suerte no son actividades incompatibles, aunque pondría médico en primer lugar porque es como me gano la vida. Vivir de la escritura es muy complicado, pero llevo escribiendo desde antes incluso de empezar la carrera de Medicina y seguiré haciéndolo y publicando nuevos libros. La música siempre ha sido mi pasión. La banda sonora que acompaña mi vida. Desde el incipiente rock and roll de Buddy Holly o Elvis Presley, pasando por el country, cantautores, pop, hasta el rock elegante de Roxy Music o Eurythmics están presentes en su libro. ¿Tiene algún género preferido? No me encasillo en ninguno, aunque si tengo que definir alguna preferencia lo haría por la música compuesta desde finales de los setenta hasta principios de los ochenta. Esto incluye el punk, la new wave, el power pop, y en España se corresponde con la época de la Movida. ¿Qué significó la irrupción de The Beatles en la música popular? Todo. Los Beatles supusieron un cambio absoluto no sólo en la música sino también en la sociedad. Fueron unos artistas excepcionales, irrumpiendo con una fuerza antes nunca vista que arrastró a la juventud de todo el mundo. Musicalmente demostraron una calidad y una complejidad cada vez mayor en sus composiciones, que ya se deja ver incluso en sus primeras y aparentemente más sencillas canciones pop. Tocaron muchos palos, influenciaron a toda la música que vendría después, y fueron la punta de lanza del rico panorama musical que se desarrollaría en el Reino Unido. La beatlemanía fue un fenómeno inicialmente musical y adolescente, pero los Beatles fueron también el germen de la revolución cultural y política que se extendería a lo largo de los años sesenta. ¿Qué criterio de selección ha seguido? Tenían que ser canciones que llevaran la palabra «tiempo» en su título. La otra condición importante era que yo tuviese alguna anécdota mía relacionada. A partir de ahí me dejé llevar por mi gusto personal. ¿Ha sido complicado cribar a tantos artistas ausentes? No excesivamente. A fin de cuentas el libro contiene cincuenta artistas (cincuenta y uno, en realidad, porque hay un bonus track), y permite dar una visión muy amplia de la música compuesta a partir de la segunda mitad del siglo XX. Por supuesto hay ausentes, pero aun así creo que el libro contiene la mayoría de los nombres que uno espera encontrar. Hay una mayoría de artistas anglosajones y, también, españoles. ¿Por qué no ha incluido ninguna canción en otros idiomas? Creo que en la historia de la música y la cultura pop y rock predomina la influencia de músicos británicos y americanos. Por otra parte, estamos en España y me pareció imprescindible incluir músicos de aquí, que forman parte de nuestra idiosincrasia. ¿Ha dado más importancia al artista o a la canción? Al artista. He seleccionado aquellos de los que quería hablar y luego he buscado que tuviesen una canción con la palabra «tiempo» en el título. De ellos he procurado relatar historias interesantes y pinceladas de mi propia vida que van salpicando el libro. Sin embargo, la canción resulta primordial, y es algo original del libro que tenga su propia playlist con todas las canciones. He elaborado una lista en Spotify y otra en Youtube, y ambas son descargables mediante una url o mediante un código QR. También he traducido las letras para que se supiese de qué hablaba cada una y cómo era ese «tiempo» al que hacen referencia. En una selección así no podrían faltar grupos como The Beatles, The Rolling Stones, The Who o The Kinks. ¿Qué significó para usted el rock británico de los sesenta? Refleja una época única en la historia, con la aparición de una serie de bandas irrepetibles y rebosantes de talento. Las cuatro que menciona encabezan la lista, cada una con sus características diferenciales pero todas imprescindibles. Esa época, ese Swinging London, fue el despertar del Reino Unido a la modernidad, quitándose de encima la cutrez y la pobreza de la posguerra. La música, la moda y la diversión pasaron a tener un papel preponderante, y los jóvenes comenzaron a reclamar su papel en la sociedad. La escena musical que surgió trascendió fronteras, atravesó el Atlántico y arribó como una ola imparable para impregnar el continente americano y volver con lo que de allí absorbió. A lo largo de la década llegó la psicodelia, el desencanto, la guerra de Vietnam, el asesinato de Kennedy y el de Luther King… Los jóvenes crecieron y la música no dejó de acompañar todos esos cambios. El primer disco que yo me compré, siendo un niño, fue uno de los Beatles: A Collection of Beatles Oldies, vinilo que aún conservo. Y a partir de ahí vino todo lo demás. Sin embargo, de los setenta hay menos artistas o me lo parece a mí. Creo que no es así. El criterio que seguí para ordenar los capítulos fue la fecha de publicación de la canción que les daba título, y de hecho hay más que lo han sido en la década de los setenta que en la de los sesenta. Es cierto que hay muchos grupos que han tenido trayectorias muy extensas y resultan difíciles de encuadrar en una década concreta, aunque obviamente suelen tener una época de mayor esplendor. Tampoco he tratado de escribir una enciclopedia musical, aunque si he procurado que hubiera una representación de las distintas épocas y los distintos estilos por los que ha evolucionado la música pop y rock desde los años cincuenta. También encontramos varios grupos punk. ¿Dónde quedaron los Sex Pistols? No encontré ninguna canción con la palabra «tiempo» en el repertorio de los Sex Pistols, así que eso los dejaba fuera. La importancia de los Pistols en el punk es innegable. Ellos llegaron primero (en el Reino Unido) sobrados de actitud, y arrastraron a un montón de chavales a montar una banda y subirse a un escenario supiesen o no tocar algún instrumento. Ardieron con fuerza y se quemaron pronto, dejando un único e intenso disco (Never Mind the Bollocks). No obstante, prefiero el punk de los Clash, con su mensaje de compromiso y su evolución en lo musical, o el de los Ramones, con mayor sentido de la melodía y ecos de surf. “En ningún caso he planteado este libro como los «cincuenta mejores» ni nada por el estilo”Seguro que tuvo que descartar a muchos artistas o grupos. Indíquenos alguno. Tuve que descartar algunos porque no encontré ninguna canción que llevase la palabra «tiempo» en su título, como en el caso de los Sex Pistols, Blondie o Ian Dury. Con los que sí encontré canción confeccioné una lista inicial que tenía unos noventa grupos. A partir de ahí fui cribando atendiendo a preferencias personales, anécdotas o historias curiosas tanto de los artistas como mías que pudiese contar… y así hasta quedarme con cincuenta. Entre los que se cayeron de la lista están Tom Petty, los Lemonheads o los Ilegales. Por mi parte, señalar la ausencia de Jimi Hendrix. ¿Le fallaban las composiciones para su gusto? En absoluto. Hendrix fue un grandísimo músico, un guitarrista intuitivo y excepcional que encarnó la psicodelia como nadie. Su memorable actuación en el festival Monterey Pop cuando roció su guitarra de líquido inflamable y le prendió fuego fue uno de esos momentos perfectos del rock’n’roll. Y no menos icónica fue su intervención cerrando Woodstock: su particular versión del Star Spangled Banner (el himno de Estados Unidos) fue también otro de esos instantes irrepetibles. Aun así…, ¡no podían estar todos! Sin embargo, ha incluido al otro gran guitarrista del rock, Eric Clapton. ¿Qué tiene Clapton que no tuviese Hendrix? Clapton tiene una carrera musical mucho más larga en la que ha tenido ocasión de ofrecernos un abanico más amplio de registros, pero ambos son guitarristas sobresalientes. Hace unos años la revista Rolling Stone elaboró una lista con los cien mejores guitarristas de todos los tiempos: Jimi Hendrix obtuvo la primera posición y Eric Clapton la segunda. Hay una anécdota muy buena del día que se conocieron Hendrix y Clapton. El primero acababa de llegar a Londres y aún no era conocido, mientras que Eric formaba parte de Cream y era un guitarrista reverenciado («Clapton is God»). Hendrix, gracias a la intercesión del bajista de los Animals, subió al escenario para improvisar unos temas durante un concierto de Cream. Lo recibieron con displicencia pero cuando cogió la guitarra y desplegó su virtuosismo (tocando de rodillas, de espaldas y hasta con la lengua) dejó a todo el mundo con la boca abierta. Clapton terminó por abandonar el escenario. Con todo, en ningún caso he planteado este libro como los «cincuenta mejores» ni nada por el estilo. Hablemos del papel de la mujer en el rock. Janis Joplin, Patti Smith y Fangoria. ¿No son pocas mujeres para la historia de la música? Por desgracia, el mundo del rock no es un ejemplo de paridad entre hombres y mujeres, y si pensamos en las grandes bandas la presencia masculina resulta abrumadoramente mayor. Es lógico que esto se vea reflejado en el libro. No obstante, la presencia de mujeres en el libro es mayor de la que me cita. Además de los capítulos dedicados a Janis Joplin, Patti Smith y Alaska (donde también hablo de Ana Curra), hay un capítulo dedicado a Ellen Foley, otro a Chrissie Hynde y a sus Pretenders, otro a Sharleen Spiteri que comanda Texas, y en el de los B-52’s tenemos al frente a Kate Pierson y a Cindy Wilson. Cito también a Debbie Harry, de Blondie, a Yoko Ono, a Sinéad O’Connor, a Amy Winehouse, a las Slits (y a su batería malagueña Paloma Romero), así como a las españolas Vulpes. Son muchas más, de todos modos, las mujeres que han dejado su impronta en el rock. Y además de las citadas aprovecho para recordar aquí a Joan Baez, Tina Turner, Grace Slick, Stevie Nicks, Joni Mitchell, P J Harvey, Joan Jett y sus Runaways, Siouxie Sioux y los Banshees, Nina Hagen, Courtney Love… Las chicas también son rockeras, faltaría más, y les sobra fuerza y actitud. Hay varios artistas españoles en su selección. Todos a partir de la Movida. ¿Qué aportó Tequila a la música española de los setenta y ochenta? En efecto hay varios artistas españoles aunque yo no diría que todos son a partir de la Movida. De hecho, considero que precisamente Tequila serían anteriores. Y lo mismo podemos decir de Burning, que también protagonizan un capítulo. En mi opinión la importancia de Tequila en nuestra música fue considerable. Irrumpieron en el panorama musical justo antes de que la Movida hiciese su eclosión, y vinieron a traer un soplo de aire fresco. Rompieron con el rock más pesado y anclado en la denuncia social y política que había entonces, y pusieron en primer plano las ganas de divertirse y pasarlo bien que poco después imperarían. En cuanto a su sonido son claros deudores de los Rolling Stones y dejaron un puñado de buenas canciones. Además fueron la banda de acompañamiento de Fiebre de vivir, el disco que publicó el rockero argentino Moris y que tuvo gran influencia sobre nuestros músicos. Sin embargo, fueron víctimas de su éxito. La fama les llegó rápido y una legión de fans los convirtió en ídolos de adolescentes, metiéndolos en el mismo saco que a los Pecos o a Miguel Bosé y haciendo que coparan las portadas de Super Pop o El Gran Musical. Esto hizo que fueran desdeñados por quienes comenzaban a conformar la incipiente Movida.
Una de mis debilidades es Golpes Bajos. ¿Qué tenía Germán Coppini de diferente? Lo primero que choca en Germán Coppini, y así lo reflejo en el libro, es que en sus inicios compaginase dos bandas tan diferentes como Siniestro Total y Golpes Bajos. Ambas geniales. La primera en una línea punk y gamberra que vino a demostrarnos que la Movida también llegaba hasta Vigo. Golpes Bajos —por quienes finalmente se decantaría— eran otra cosa. La poesía y la melancolía de las letras de Coppini enlazaron perfectamente con la música de Teo Cardalda. Su obra fue muy personal, con influencias tan exóticas como la canción italiana o la bossa nova. Tras la separación de Golpes Bajos, Coppini colaboró con infinidad de artistas de muy diferentes estilos (Nacho Cano, Vainica Doble, Alaska y Dinarama, Paco Clavel…), alternando con proyectos personales y periodos de silencio. Creo que fue un grandísimo e inclasificable artista que no llegó nunca a tener el reconocimiento que sin duda merecía. Su muerte a los cincuenta y dos años víctima de un cáncer de hígado, fue una pérdida irreparable para la música de nuestro país. Para terminar, ¿siguen siendo malos tiempos para la lírica? Y ¿para el rock? Si echamos la vista atrás parece imposible que vuelva a repetirse una época como los sesenta o los ochenta. Y es cierto que ha habido momentos únicos en la historia de la música, momentos que además con el paso de los años tendemos a mitificar. Se suele pensar que «cualquier tiempo pasado fue mejor», y lo que yo creo es que no fue mejor sino distinto. Y que aferrase a él es un signo de vejez. Prefiero ser optimista y mirar a muchas bandas nuevas que surgen con ganas e ideas, y a la proliferación de conciertos y festivales. La música sonó en las cavernas pero también lo hará en las naves espaciales que surquen galaxias remotas. Que no pare la música. Puedes comprar el libro en:
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