En 1990, durante un congreso en La Habana, Román Gubern conoció a un sacerdote catalán llamado Enrique Planas que resultó ser el dirigente de una institución que desconocía: la Filmoteca Vaticana.
Cuando Gubern se instaló en Roma como director del Instituto Cervantes, el sacerdote catalán lo contactó y le propuso participar en las preparaciones vaticanas para celebrar el centenario del cine. Esta propuesta le permitió indagar en la Filmoteca Vaticana, su colección de películas religiosas y las leyendas en torno a otro tipo de materiales; elaborar una propuesta de nómina de mejores películas con valores ejemplares (en el libro hay tres listas vaticanas oficiales, donde las películas se clasifican según sus valores religiosos, sociales y humanos y artísticos) y participar en la designación del santo patrono del cine.
Román Gubern (Barcelona, 1934) ha trabajado como investigador invitado en el Massachusetts Institute of Technology y ha sido profesor de Historia del Cine en el California Institute of Technology (Pasadena), la University of Southern California (Los Ángeles), la Venice International University (Italia) y la Universidad Autónoma de Barcelona hasta su jubilación. Especializado en estudios sobre cultura de la imagen y comunicación audiovisual, su actividad lectiva ha proliferado en centros tan diversos como las universidades de Harvard, Yale o la Sorbona, el Museum of Modern Art de Nueva York o la Bienal de Venecia, de la que fue jurado en 1986.
Entre sus más de cuarenta libros figuran los publicados por Anagrama La caza de brujas en Hollywood, Del bisonte a la realidad virtual, Viaje de ida, Proyector de luna, Máscaras de la ficción, Patologías de la imagen (Premio Ciudad de Barcelona de Ensayo), La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas, Metamorfosis de la lectura e Historia del cine.
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