"Lúcido, transgresor y onírico, Crimen (1934) constituye una provocación, una patada en la cara de 'la opinión sensata y de sano criterio' de las gentes de bien y, al mismo tiempo, un sobrerano ejercicio de libertad creativa. Su humor negro y sus imágenes epatantes, le valieron a Agustín Espinosa (pese a sus indudables cualidades estilísticas) el oprobio, la depuración de su cátedra y la ruina económica y personal. Silenciado durante cuarenta años y obviado durante otros cuarenta por la mayor parte de la crítica y academia, este libro maldito ha permanecido oculto para todos menos para una secta de admiradores que lo reivindican incansablemente, ejerciendo su influencia en varias generaciones de autores mientras el gran público ignoraba su existencia", apunta el inimitable Alexis Ravelo.
"Crimen" es un texto bello y desasosegante, enmarcado en la estética vanguardista de la Europa del momento que, sin atender a tabúes explora las más oscuras pulsiones del ser humano. Así, el recuerdo de un crimen maestro servirá al alucinado narrador para reunir un delirante catálogo de homicidas ilustres.
Agustín Espinosa (Puerto de la Cruz, 1897-Los Realejos, 1939) fue alumno del Centro de Estudios Históricos de Madrid., colaborador de la más importantes publicaciones de la España de la República y organizador de la II Exposición Internacional del Surrealismo, cuyo manifiesto firmó junto a André Breton y Benjamin Péret. Su temprano fallecimiento, tras un largo expediente de depuración, contribuyó a su exclusión de la Generación del 27.
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