Realizaré un resumen de lo más sobresaliente. En los primeros años de su devenir vivencial el futuro Jaime I el Conquistador de Aragón está muy imbricado a su gigantesco padre (de 2’00 metros de altura), el rey Pedro II el Católico de Aragón, uno de los tres soberanos participantes en la batalla de Navas de Tolosa, junto a Sancho VII el Fuerte de Navarra y Alfonso VIII el Chico de Castilla. Estoy admirado de cómo se cierra el volumen: fotos de documentos; un cuadro genealógico fuera de serie sobre los antecedentes y consecuentes familiares del monarca de Aragón; el completo listado de sus viajes; las correcciones que se deben realizar en el texto; y los índices geográfico y, sobre todo, el onomástico con los nombres en mayúscula. Por consiguiente, la obra tiene todos los ingredientes para el calificativo que le otorgo de ¡soberbia!
El monarca nacería en Montpellier, el 2 de febrero de 1208, y pasaría a mejor vida en Alcira, un 27 de julio de 1276. Fue rey de Aragón (1213-1276), de Valencia (1238-1276), de Mallorca (1229-1276), conde de Barcelona (1213-1276), conde de Urgel y señor de Montpellier (1219-1276). Sería engendrado de forma casual, a causa de las pésimas relaciones entre sus padres, por medio de engaños, por lo que su padre lo rechazaría de tal manera, que lo entregaría ya a los dos años a Simón de Montfort. En 1215 permanecería en Monzón, bajo el cuidado de los templarios. En el año 1217, celebrará Cortes en Villafranca del Penedés, donde confirma los privilegios reales a la ciudad de Lérida. En 1218, se reúne una curia regia en Monzón, por la presión de su tío el abad Fernando de Montearagón para que cese la regencia del conde Sancho Raimúndez. En 1219 va a iniciar su andadura la nueva Aula Regia comandada por el arzobispo de Tarragona. En el año 1221, se matrimoniará con la infanta Leonor de Castiella, hija de Alfonso VIII y de Leonor Plantagenêt, a la par se celebrarán Cortes en Daroca. En 1222, se encuentra en Barcelona, y tratará de negociar una concordia con el conde Guillem de Cervera. En 1225 celebrará Cortes en Tortosa, para regular la obtención de dineros con la finalidad de reemprender la Reconquista, pero fracasará en el asedio de Peñíscola, por la no colaboración de la caballería aragonesa; asimismo confirmará los fueros de Jaca (14 de marzo de 1225). En 1227, se encuentra en Barbastro, confirmando las franquicias y privilegios de la orden militar de los hospitalarios.
El 26 de enero de 1229, se encuentra en Barcelona, para exigir y firmar la concordia entre Guillem de Cardona y Guillem de Clarmont; el 20 de abril el emir Zayd firma, en Calatayud, su vasallaje al monarca aragonés. En el año 1231, el Rey retorna a Palma de Mallorca, reconquistada el 5 de septiembre de 1229; para reducir a Menorca a la condición de tributaria. En 1232, Blasco de Alagón reconquista Morella. En 1235, el arzobispo Guillem de Montgrí de Tarragona reconquista Ibiza. Pero, la joya de la corona de la Reconquista de Jaume I el Conqueridor será la de la ciudad de Valencia, para cuya victoria le habían concedido la ayuda necesaria las Cortes de Monzón (1236), el Papa Gregorio IX la calificó como cruzada. En 1244, llegará a un acuerdo con el futuro rey Alfonso X el Sabio de León y de Castilla para delimitar las líneas delimitadoras Biar-Villa Joyosa de las tierras que quedarían para Llión y Castiella y para Aragón.
La repoblación del nuevo reino de Valencia se hará con catalanes y aragoneses; pero la falta de respeto, por parte de los cristianos, del cumplimiento de los pactos y capitulaciones, produjo la sublevación de Al-Azraq en 1247. En 1258, firmaría el tratado de Corbeil, con el rey Luis IX de Francia, para resolver sus diferencias en relación con los derechos de San Luis sobre el Rosellón y la Cerdaña; y la infanta aragonesa Isabel se casaría con el delfín Felipe. En 1266, intentará ayudar a su yerno, Alfonso X el Sabio de León y de Castilla para pacificar a los mudéjares murcianos, lo que motivó la oposición de los magnates, en las Cortes de Zaragoza (1264).
En la Navidad de 1268, en Toledo, recibiría una embajada de los tártaros, quienes enemigos de los turcos, se ofrecían a ayudar al emperador Miguel Paleólogo de Bizancio, en la expedición a Tierra Santa, que estaba en el interés de Jaume I. El 4 de septiembre de 1269, zarpó de Barcelona una flota de 30 naves gruesas y algunas galeras, con 800 soldados conspicuos, almogávares, los maestres templarios y hospitalarios, y los infantes Fernán Sánchez y Pedro Hernández; la expedición fue un fracaso total, por causa de una tempestad; el Rey regreso a Cataluña, y abandonó su idea definitivamente en el Concilio de Lyon (1274). En junio de 1276 será derrotado por los mudéjares valencianos en Llutxent.
Destacaré, además, la protección regia realizada sobre los Usatges de Barcelona. En 1271, confirmará los Foris et consuetudines Valentiae. Durante su reinado se consolidaron las Cortes privativas de cada reino, que subrayaban la conciencia territorial diferente de cada territorio. Moriría abrazando el hábito blanco cisterciense. El Rey Jaime I el Conquistador fue de gran carácter y fuerte personalidad. Et hoc est quod Comites!
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