Los tres relatos que componen su nuevo libro transcurren en Estados Unidos y tratan de las quiebras vitales propias de nuestro siglo XXI, donde las conquistas del éxito profesional se anteponen a las más íntimas y personales. “El título remite al tema del perdedor, del fracaso del sueño americano. No todo es lo que parece en América. Expresa la quiebra después del esfuerzo”, explica la escritora mientras tomamos un té en una cafetería muy del siglo XIX.

“Mis relatos son de corte académico, el primero del libro es sobre un matrimonio americano. Él es un profesor de literatura que nunca va a conseguir nada y que tienen numerosos problemas en su vida doméstica. Parece que todo les va a salir mal siempre. Me gustan los claroscuros de la vida, y aunque parezca que en algún momento se tiene que hacer la luz, parece una quimera para ellos”, desgrana Mercedes Gutiérrez sobre los protagonistas de “U. S. Interstate”, un relato que se hacerca a una nouvelle.

Para la escritora radicada en U.S.A. ambos protagonistas son “un par de pánfilos que andan totalmente desorientados. No tienen un horizonte claro en su vida, fracasan en lo económico y en otros muchos campos”. A Mercedes Gutiérrez la gustan este tipo de personajes. “Son mejores que los que tienen potencial para salir adelante en la vida, se los saca más jugo y tienen más posibilidades literarias”.

El segundo relato del libro es “Las líneas enemigas” y trata de una escritora comercial que lo tiene todo. Tiene éxito de ventas, pero no está satisfecha con su estilo de vida. “Es una crítica al estado del bienestar. Aunque no está contenta con su manera de vivir, tiene que seguir haciendo lo que no la gusta para salir adelante”, reflexiona la escritora. El tercer relato “La fórmula”, también trata sobre un profesor universitario cercano a la jubilación que nunca ha tenido un éxito y se apropia de la fórmula de un joven colega.

“Mi relatos suelen tener un humor bastante macabro. Creo que lo que destaca en mi libro es el post existencialismo. Como las decisiones que se toman con el mayor coraje y decisión y que te llevan a la amargura”, evalúa esta profesora que ahora trabaja on line para una universidad americana y agrega “el éxito, una vez conseguido, se convierte en algo amargo. Creo que son relatos muy bergmanianos, en el sentido episcopaliano del término”.

Mercedes Gutiérrez escribe todos sus relatos en tercera persona. “Prefiero la distancia que da esta forma de escribir. Es la que utilizan mis escritores estadounidenses favoritos como John Cheever o Flannery O'Connor. Procuro imitarlos. Los personajes de Cheever suelen tener una vida bastante descontrolada y me he sentido un poco influenciada por él en este libro. Ambos autores suelen llevar a sus personajes hasta los extremos”, señala.

“Los americanos no están muy motivados por el español”

Mercedes Gutiérrez confiesa que a veces se siente incómoda con los sitios y con lo que está ocurriendo en U.S.A. “En Boston, la gente es más moderada que en otras zonas del país. Además, los americanos no están muy motivados por el español”, afirma taxativa. Respecto a su forma de escribir, admite que es muy perfeccionista. “El libro, cuando lo termine tenía más de 200 páginas y lo componía cuatro relatos. Al final, eliminé uno y con tanta reescritura deje el contenido casi a la mitad”, reconoce.

“A escribir, se aprende reescribiendo y se tiene que escribir constantemente. Yo me levanto todos los días entre las cuatro o cuatro y media de la madrugada para escribir tranquilamente. El libro me ha costado redactarlo más de un año, aprovechando que ahora he dejado de trabajar en la universidad de forma presencial, y creo que no ha quedado nada de paja”, estima la autora madrileña.

Vivimos en una sociedad de una ñoñería galopante

Para Mercedes, es “el diálogo lo que sustenta las tramas de mis relatos. La alternancia de los mismos hace que se retraten cómo son y avance la narración. Es donde me encuentro más cómoda”, nos descubre. También nos apunta que “me gusta mucho el tema del absurdo”. Los cuentos de la autora madrileña están llenos de elusiones, “me gusta escribirlos así y dejo que la madurez de los lectores rellene lo que falta. Vivimos en una sociedad de una ñoñería galopante y creo que la literatura tienen que ayudar a romper esa ñoñería”, sostiene.

Para terminar, charlamos sobre los escritores que más la gustan en lengua castellana. “Me encantan los cuentos de Cortázar y de García Márquez y entre los españoles, me gusta muchísimo Javier Marías y, por supuesto, Pío Baroja. A escribir, se aprende leyendo y hay que leer a los grandes, al fin y al cabo escribir es algo muy serio”, finaliza la escritora que parte para U.S.A dentro de un par de días.

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