Publicado por Editorial Planeta el pasado mes de febrero, de esta obra ya se han hecho siete ediciones, cuenta con una edición coleccionista y ha permanecido 25 semanas en las listas de bestsellers, irrumpiendo en ellas como número uno absoluto y destronando a las entonces hegemónicas novelas eróticas norteamericanas.Quizá una de las claves de su éxito se encuentre en que su protagonista es un joven poco experto en arte, un alter ego del escritor, con el que el lector se siente identificado desde la primera página. En palabras de Miguel Zugaza, director del Museo del Prado: "cada lector es como ese joven visitante del Museo que se siente seducido por el juego de intrigas y misterios que le propone el anónimo maestro. Es como una invitación a visitar el Museo desde una gran altura intelectual".
Una vez más, los lectores han respaldado la trayectoria literaria de Javier Sierra, que se ha convertido en uno de los escritores españoles con mayor proyección internacional y con gran éxito en España. Una acogida que, según Zugaza se debe a que Sierra "ha sabido trasladar al lector que cada obra de arte que conserva nuestro museo, permite profundizar en el conocimiento de la historia y el pensamiento de un tiempo pretérito en el que se encuentra comprometida la personalidad de cada genio".
El Maestro del Prado se define así como un sorprendente viaje por las salas y pinturas de la pinacoteca. Sierra, con su inconfundible estilo, desvela y desentraña las claves y los enigmas que se esconden detrás de algunos de sus principales cuadros renacentistas.
"Quizá su principal mérito sea que acerca al lector desprevenido en arte a un mundo lleno de significados velados a los no iniciados. Mi actitud ante la pintura es la de quien contempla el alma del artista a través de sus pinceladas. Para mí el arte es una ventana a lo invisible, a lo verdaderamente valioso que alberga el ser humano", afirma Javier Sierra.
"Una de las mayores alegrías que he me ha dado El maestro del Prado ha sido encontrarme con lectores suyos cada vez que he visitado las salas del Museo", asegura Sierra, que considera que "el Prado se merece muchas más novelas. Es de justicia. A diferencia de lo que han hecho autores franceses con el Louvre, que han convertido su museo en un lugar común en su literatura elevándolo a la categoría de mito, los escritores hispanoparlantes nos hemos olvidado un poco de nuestra gran pinacoteca. Si hago memoria, apenas soy capaz de recordar un librito del argentino Manuel Mújica Laínez titulado Un novelista en el Museo del Prado... ¡y de eso hace ya treinta años!".
Desde otro clásico, Tres horas en el Museo del Prado (1922) de Eugeni d'Ors, ningún otro libro sobre el Museo había sido tan popular. Y aquel fue una guía para visitantes apresurados. "Ojalá mi novela se convierta en esa referencia para los visitantes del Museo de este principio de siglo", manifiesta el autor, mientras que Zugaza espera "que vuelva a aparecer el Maestro en algunas de las nuevas visitas de Sierra al Museo para seguir disfrutando de su refinada erudición".
De momento, El Maestro del Prado prepara ya su salto internacional. Las primeras ediciones en otros idiomas -inglés, portugués, ruso y húngaro- se esperan para finales de este año.
(*) Nielsen Bookscan
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