El autor de Cabra dedica el libro a la gesta que comenzó el portugués Fernando de Magallanes y que acabo Juan Sebastián Elcano, en una decisión lúcida, en la que desobedeció las órdenes del monarca Carlos I. También se explaya en todos los prolegómenos y preparativos de la misma, a la que pusieron todos los impedimentos posibles los portugueses. Con ello consigue Calvo Poyato un cuadro completo de la aventura emprendida en Sanlúcar de Barrameda y que representaría la mayor hazaña de la marina española en la historia. Estamos celebrando el quinto centenario de la partida de la expedición de Fernando de Magallanes. ¿Ha sido ese hecho el que le ha motivado a escribir el libro? Sólo en parte. Creo que una efeméride como esta no debía dejarse pasar. Pero también ha influido la poca valoración que una buena parte de los españoles hace de los momentos más gloriosos de nuestra Historia. La expedición que se inició bajo el mando de Magallanes para descubrir un paso que permitiera ir de las aguas del Atlántico a las del mar del Sur, luego el océano Pacífico, y que Elcano convertiría en la Primera Vuelta al Mundo, es una gesta extraordinaria. ¿Cómo definiría a Fernando de Magallanes? Excelente navegante. Pagado de sí mismo y muy autoritario, incluso para la época en que vivió. En la novela, dedica casi el mismo espacio a los preliminares de la expedición como a la misma. ¿Es importante conocer los antecedentes para comprender el viaje? Creo que la expedición que Carlos I puso bajo el mando de Magallanes, con unos objetivos muy concretos y que estaban muy lejos de dar la vuelta al mundo, no se entendería sin el contexto histórico en que se produce. Es muy importante conocer la rivalidad entre Portugal y Castilla por el control de las rutas marítimas en la época. Así el lector entenderá mucho mejor lo que se cuenta en La Ruta Infinita. ¿Por qué era tan importante encontrar una nueva vía a la Especiería? Porque las especias eran muy importantes en la Europa de la época. Los portugueses, tras quedar cerrada la vía tradicional por la que llegaban a Europa y controlaban los venecianos, al caer Constantinopla en poder de los turcos, lograron abrir una ruta bordeando el continente africano. Convirtieron Lisboa en el gran centro de distribución de aquella riqueza. El valor de las especias era tan grande que abrir una ruta por aguas que correspondían al llamado hemisferio hispánico, era una vía para que esa riqueza llegara a España. Quizá por ello, los portugueses pusieron tantas trabas. Portugal no quería ni oír hablar de ese proyecto. Era mucho el dinero que había en juego. ¿Qué papel jugaron los espías portugueses durante la preparación de la expedición? Buscaron abortarla por todos los medios a su alcance -llama la atención que el actual gobierno portugués quiera reivindicar como portuguesa aquella expedición-. Ofrecieron a Magallanes todo lo que le habían negado antes de venir a España. Luego trataron de amedrentarle a él y a Rui Faleiro. Cometieron sabotajes. Difundieron noticias falsas por Sevilla para desanimar a posibles tripulantes con los graves peligros que encerraba aquella expedición. Hasta se falsificaron mapas para disuadir a Carlos I. Detrás de todo eso estaba su embajador Álvaro da Costa y el cónsul lusitano en Sevilla. En la novela, retrata con minuciosidad al cartógrafo Ruy Faleiro. ¿Se hubiese podido hacer la expedición sin sus conocimientos? Mi opinión es que sí. Lo que no quita importancia al papel de Faleiro. Era uno de los cosmógrafos de más prestigio en la época y el hecho de que avalara con sus conocimientos el proyecto, lo dotaba de garantía. Pero Magallanes era un navegante experimentado y en la Casa de la Contratación de Sevilla había excelentes pilotos y cartógrafos. ¿Qué papel jugó la Casa de Contratación en los preparativos de la expedición? Muy importante porque era la institución que se encargaba del apresto de las flotas y controlaba todo lo relacionado con los viajes transoceánicos. Lo supervisaba todo y eran sus funcionarios quienes daban el visto bueno a lo que se hacía. Controlaban los gastos y se encargaban del abastecimiento. Añádase a ello el conocimiento que tenían sus expertos en cartografía, astronomía, náutica… “Encontrar un paso para llegar al mar del Sur era casi una obsesión en Castilla”Carlos I, pese a su juventud, jugó un papel importante en la expedición. ¿Qué opinión le merece? Carlos I no pasaba por el mejor momento cuando Magallanes y Faleiro acudieron a Valladolid para presentarle su proyecto. Los flamencos que habían venido con él, le estaban creando mala imagen y además no sabía español. Hay un rechazo latente que acabaría por explotar meses después en la revuelta de las Comunidades. Pero supo ver la importancia de lo que le estaban proponiendo. Encontrar un paso para llegar al mar del Sur era casi una obsesión en la Castilla de la época y abrir una ruta por la que fluyeran las especias una tentación. Había mucho dinero por medio. ¿Qué otras personalidades jugaron un papel decisivo? En el proyecto fue decisivo el papel de Sancho Matienzo, tesorero de la Casa de la Contratación, que apoyó a Magallanes desde que llegó a Sevilla. También Cristóbal de Haro, un mercader burgalés que aportó dinero para financiar la empresa. Fue muy importante el apoyo que prestó el obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, quien presidía la Secretaría de Indias, que muy pronto se convertiría en el Consejo de Indias. ¿Fue el comportamiento de Magallanes acertado en toda la expedición? ¿Estuvo acertado en la sublevación? ¿No era demasiado duro con sus subordinados? No fue el más conveniente. Era el capitán general y no admitía opiniones más allá de la suya, pese a lo que dice Pigaffeta. Había muchos recelos entre él y algunos de los hombres más importantes de la escuadra, que eran castellanos. Lo que ocurrió en la bahía de San Julián es consecuencia de esos recelos y de la actuación de Magallanes que, en ocasiones, contravenía las instrucciones dadas por Carlos I. Su perfil es el de un hombre duro. Hoy nos espantan algunos de los castigos que aplicó, pero hizo frente a un motín y eso en alta mar son palabras mayores. ¿Siempre hubo desconfianza ante la tripulación portuguesa? En la Castilla de aquellas fechas había mucho recelo con lo extranjero. En parte por la actitud de los flamencos que habían llegado con Carlos I en 1517. En Sevilla no sentó bien que el mando de la escuadra se diera a un portugués. Hubo enfado entre algunos funcionarios importantes la Casa de la Contratación. El que en las tripulaciones hubiera muchos portugueses también hacía recelar. En Sevilla se hablaba de la flota de los portugueses. ¿Se podría haber evitado el episodio de Mactán? Creo que no. Aquello lo tramaron muy bien los caciques de la isla. Pero sí pudo haberse evitado la muerte de Magallanes. Le advirtieron del peligro de participar en aquel combate que, en principio, se presumía menos peligrosos de lo que resultó ser, pero Magallanes no quiso rehuir de lo que consideraba una obligación. ¿Estuvo Juan Sebastián Elcano en el sitio y momento adecuado para hacerse con la capitanía? Elcano había embarcado en circunstancias muy difíciles. Era un prófugo de la justicia, al haber entregado el barco del que era propietario a unos banqueros genoveses, para poder hacer frente a un crédito que les había pedido. El barco era la garantía. Estaba entonces prohibido vender o enajenar barcos a extranjeros. Elcano se vio obligado a ello porque la Real Hacienda se retrasó en el pago de las deudas que tenía con él. Esa situación lo convertía en “delincuente”. Era un hombre de mar con mucha experiencia y eso hizo que embarcara como maestre de la San Antonio. Esa experiencia lo salvó de la quema en San Julián. Magallanes sabía que no podía prescindir de hombres con sus conocimientos. Tras la muerte de Magallanes, cambiaron muchas cosas y más aún tras la traición del caique de Cebú. Elcano era de los pocos expertos que quedaban en la escuadra y eso lo encumbró.
¿Cómo definiría al marino de Guetaria? Buen navegante. Con mucha experiencia. Fiel a Carlos I y sin el estigma que tenía Magallanes de no ser español. Era hombre duro, pero a diferencia del portugués solía pedir opinión a sus hombres, antes de tomar una decisión. Capaz de asumir graves riesgos. Decidió desobedecer las instrucciones de Carlos I de no navegar por aguas portuguesas. Esa decisión fue la que convirtió la expedición en la Primera Vuelta al Mundo. De las cinco naos, unas las hundieron, otras se quemaron. ¿Se acertó en esas decisiones? Una se hundió en un temporal, la Santiago. Otra desertó, la San Antonio. Tuvieron que quemar la Concepción porque no tenían hombres para tripular los tres barcos que quedaban. No les quedó más remedio que incendiarla. A la Trinidad, la capitana, la destruyeron los portugueses, cuando se apoderaron de ella. Se impusieron las circunstancias. Al final, 18 fueron los navegantes que llegaron a completar la primera vuelta al mundo. ¿Cómo fue el recibimiento? La Victoria entró en el puerto de Sevilla desarbolada y casi sin poder navegar. Fue necesario remolcarla para que remontase el Guadalquivir desde Sanlúcar de Barrameda a Sevilla. Entró disparando sus cañones con pólvora. Ruido, al menos formó. Su carga, valiosísima, atrajo inmediatamente el interés de los funcionarios de la Casa de la Contratación. Las novedades geográficas en aquel tiempo de descubrimientos eran tantas, que la hazaña de Elcano fue una más. ¿Se portó el monarca de manera adecuada? Carlos I se olvidó de que estaba perseguido por la justicia a causa del asunto del barco. Tampoco tuvo en cuenta que había desobedecido sus órdenes de no entrar en aguas portuguesas. Lo que había conseguido era tan grande… El rey le concedió un escudo de armas con una leyenda que decía Primus circumdedisti me. La promesa de una sustanciosa pensión no se cumplió. Su madre, como heredera -Elcano falleció en 1526-, pleiteaba por cobrarla muchos años después. ¿Es "La ruta infinita" un ejemplo de superación? Sin duda. En esa obra he pretendido reflejar lo que fue aquel viaje, terrible por muchas razones –tensiones, hambre, miedo a lo desconocido…-, pero a aquellos hombres los animaba un espíritu especial. De no ser así, no habrían podido culminar la hazaña que protagonizaron. Puedes comprar el libro en:
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