Durante un atardecer primaveral en la ciudad de Nicolaaiev, el joven teniente de la marina imperial Yergunov tropieza accidentalmente, o al menos eso parece, con una joven desconsolada llamada Emilia Carlovna. Por su talante como caballero -y por el atractivo de la joven- Yergunov le brinda su ayuda, sin percibir el peligroso mundo en el que se mueve su interlocutora.
Iván S. Turguéniev está considerado el más occidental de los maestros del realismo ruso.
Nacido en 1818, en una familia acomodada, estudió Letras en Moscú y San Petersburgo, y completó su formación en Berlín.
A la muerte de su madre; él decidió liberar a los siervos y mejorar la vida de los campesinos. Desde 1854, con talento maduro, escribirá una serie de grandes novelas, como Rudin, Primer amor, Nido de hidalgos, Humo, o la misma Padres e hijos.
A partir de 1855 vivió sobre todo en París y Baden-Baden; en 1870 se instaló en Bougival, y allí residiría hasta su muerte, en 1883. Sus restos fueron trasladados a Rusia, donde el entierro constituyó un duelo nacional.
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