Para la conclusión de esta espléndida colección, el editor ha escogido el marco incomparable del Museo Lázaro Galdiano, como sabrán ustedes amante de doña Emilia Pardo Bazán y que era un gran bibliógrafo y coleccionista de todo tipo de arte. Ya en una anterior ocasión, se presentó la obra “La voz de la intemperie”, de Iñaki Ezkerra que contó con la introducción de Soledad Puértolas, que inició la colección con el ensayo “Lúcida melancolía”.

El acto fue presentado por Inmaculada Alegría, presidenta de la Asociación Cultural Navarra y co-organizadora del evento, estuvo acompañada por Jon Juaristi, autor del volumen de la colección “Los pequeños mundos”, y por el editor y la autora Carmen Caro.

Cuando Joaquín Ciáurriz le ofreció finalizar la colección a Carmen Caro, ésta se lo pensó un poco, pero “decidí hacer la prueba. Quería que fuese algo muy personal y sincero. Lo quería hacer de verdad, reflexioné un poco, yo que soy todo lo contrario y, por primera vez en mi vida, me senté a pensar qué había significa Pío Baroja en mi vida y me di cuenta que había estado totalmente marcada por mi tío-abuelo”, cuenta la escritora y bibliotecaria durante la presentación del libro.

La autora, al terminar de escribir el libro, pensó que no le había quedado mal y se lo envío al editor. “Lo escribí de un tirón y al releerlo me sorprendió algunas de las cosas que había escrito, pero ¿esto lo he escrito yo?, me dije”, se preguntó Carmen Caro, que envío el libro al editor ya hace un tiempo. “Ha estado en el congelador”, reconoce divertida. No quiso terminar su intervención sin dar las gracias a las personas que la acompañaron en la mesa y a las instituciones que han hecho posible la edición de los libros y de las presentaciones, tanto en Madrid como en Pamplona y otras ciudades de la penínsul Ibérica.

Carmen Caro fue presentada por el escritor Jon Juaristi con el que coincidió en la Biblioteca Nacional de España. “Fui el director más efímero de la institución, apenas sobrepasé el año en el puesto y en un viaje que hicimos a Washington para firmar unos protocolos con la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos fue cuando me comunicó la ministra Pilar del Castillo mi destitución, por lo que no pudimos llevar a cabo las firmas de los acuerdos”, evoca el escritor y traductor bilbaíno.

Ambos, autora y escritor, realizaron algún que otro viaje de trabajo conjuntamente y lo que siguen manteniendo en común es la amistad. “Jon es uno de los pocos jefes que he tenido que le gustaba compartir sus conocimientos, era muy generoso”, dijo la autora Carmen Caro durante su intervención.

Quiso finalizar el acto el editor Joaquín Ciáurriz que agradeció al Gobierno de Navarra las ayudas a la edición recibidas durante los años 2018 y 2019, al Ateneo de Navarro por su ayuda y las facilidades dadas para la realización de las presentaciones de los diferentes libros de la colección, y a la Asociación Cultural Navarra. “La colección surgió en mi cabeza una noche de insomnio a raíz del 60 aniversario de la muerte de Pío Baroja y de mi admiración por él y su obra”, señaló en editor que también quiso apuntar “mi agradecimiento a todos los autores, incluso algunos que se han quedado fuera porque la colección iba a ser sólo de 26 ejemplares”.

También mostró su decepción con algunos autores que no han sido incluidos en la misma. “Algunos se comportaron como verdaderos ególatras, otros presentaron trabajos llenos de corta y pegas y no quisieron confirmar las citas que utilizaron”, recordó Joaquín Ciáurriz. Si bien hubo problemas, la colección ha quedado redonda. Para finalizar quiso recordar unas palabras que deberíamos aplicarnos todos: “la acción es el remedio para el mal vivir”, que dijo el autor de aquella magna obra “Memorias de un hombre de acción”.

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