Un libro que va aumentando de ritmo y de interés conforme avanza la historia escrito de tal manera que nos transporta de una manera casi vívida a esa España en la que ser señalado con el dedo podía convertirse en el comienzo de una cacería que, en el caso de León y Gregorio se convertiría en casi veinte años de penurias, torturas y cárcel sin ningún tipo de prueba en su contra.
El mal conocido como Crimen de Cuenca, al que debería llamarse caso Grimaldos, que un día de finales de agosto decidió marcharse a conocer mundo y desaparecer sin dejar señales, originó el calvario de dos inocentes acusados de su desaparición. Un hecho que la casualidad quiso poner en Belmonte y Osa de la Vega, pero que no fue un caso aislado en la España de la época, sino que era un mal que se sufría por todo el territorio español. Retratando una manera de entender la Justicia, el autor ha recreado con gran destreza el caso para que el lector pueda sentir en su piel todos los padecimientos que se podían llegar a sufrir.
En esta obra, que ya se encuentra a la venta en librerías y plataformas online, el autor desvela datos inéditos hasta el momento de un proceso que permaneció casi desconocido hasta que la prensa de mediados de los veinte lo convierte en ariete contra el gobierno de la época, pasando a ser uno de los casos más mediáticos de la historia del crimen en España y recurrente a lo largo de la historia.
La historia que contó Pilar Miró en 1981 o el reciente documental “Regresa El Cepa”, dirigido por Víctor Matellano, se entenderán mucho mejor a través del minucioso análisis realizado en este nuevo libro que nos transporta con todo lujo de detalles a esa época en la que los atavismos, el hambre, el odio entre pueblos, el analfabetismo y la miseria eran una constante que subyugaba la vida de las personas en el ámbito rural.
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