El respeto a los padres y a los mayores, la cultura del esfuerzo, la importancia de la libertad, la defensa de los débiles, la preservación de la honestidad, la cortesía y la amistad, y el cuidado de la Naturaleza serán, entre otros muchos, los valores que estarán presentes en esta narración, que asimismo hará guiños a periodos funestos de la historia como es el de el Holocausto.
Si en la tradición de los cuentos y narraciones orales es un lugar común que los padres —y los adultos en general— salven a los niños y jóvenes de peligros sin cuento, esta deliciosa obra de Daniel Múgica invierte esa tendencia y muestra a Smile, un joven esquimal, intrépido y valeroso, haciendo frente a los más poderosos villanos para rescatar a sus propios padres y lograr reencontrarse con ellos. Para esa empresa contará con la ayuda de unos compañeros muy especiales, entre lo cómico y lo heroico, y de una chica cuyo corazón tiembla al escuchar su nombre.
La historia comienza con la desaparición de los padres del joven esquimal Smile. Acompañado de su amiga Kesuk, ambos descubren unas extrañas huellas a la salida de su casa. Siguiendo ese rastro, la pareja llega hasta un iceberg, en cuyo tobogán descienden para acabar en la sala de un trono.
Los protagonistas han sido trasladados a un planeta mágico, a años luz de la Tierra, llamado Memento. En la sala les espera la reina Urina, una elfa blanca; el hada Magüa; un gigante de piedra, Karku; y un arácne, un ser de cuatro piernas y cuatro brazos, el general Perawan.
Allí Smile sabrá que sus padres son los Vigilantes, los magos que protegen el sistema solar de la Tierra, y que han sido secuestrados. Con la ayuda de sus nuevos amigos, Smile y Kesuk saldrán en su rescate. A la partida se unirá la princesa elfa Altea y la enigmática ninfa Pétalo, y habrán de enfrentarse a todo tipo de criaturas fantásticas que no imaginarían en la peor de sus pesadillas. Y sobre todo, deberán combatir a un poderoso enemigo que ha renacido para vengarse. El único que podría vencerle, si no perece en el intento, es Smile, el chico de la sonrisa eterna.
Daniel Múgica, escritor y director de cine, nace en 1967 en San Sebastián, hijo del político Enrique Múgica Herzog y de la novelista Faustina Díaz Azcona.
Ha realizado una extensa labor como columnista de opinión en los diarios El País, ABC, El Mundo y diversas revistas, también en calidad de reportero y de entrevistador.
Es tertuliano político de radio y televisión, conferenciante, director de cursos de escritura creativa de novela y guion. Su primera novela, En los hilos del títere, vio la luz en 1988. Con Uno se vuelve loco, editada por Planeta un año más tarde, logró el Premio Ateneo de Sevilla.
Le seguirían títulos como La mujer que faltaba (Planeta, 1993), La ciudad de abajo (Plaza y Janés, 1996), El poder de la sombra (Alfaguara, 1988), Corazón negro (Plaza y Janés, 1988), Malasaña (Plaza y Janés, 2000) o Bienvenido a la tormenta (Minotauro, 2014).
Con "La dulzura" (Almuzara, 2018) obtuvo el prestigioso premio Jaén de Novela, una obra intimista de amor sobre los atentados del 11-M.
Es también autor del libro de relatos Mar Calamidad (Mondadori, 1990) y de la saga juvenil de Alba, que arranca con Alba y los cazadores de arañas (Anaya, 1995).
Creador y guionista de La virtud del asesino (serie de RTVE, 1997), dirigió y escribió el largometraje Matar al Ángel (2003), así comoVientos de mal (YouTube) y Año Cero (TVE, 2001), entre otros.
Autor de La habitación escondida (Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, INAEM. 1993).
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