Carlo Rovelli nos coge de la mano y nos invita a sumergirnos en una historia maravillosa, la historia del tiempo y de cómo la humanidad lo ha ido concibiendo a lo largo de los siglos. Para ello nos pone en contexto y nos explica, a través de una terminología nada compleja, el universo que nos proponen las grandes mentes como la de Einstein, Maxwell o Newton, entre otros.
Nos explica la importancia capital que encontramos en el diálogo entre ciencia y filosofía y nos recuerda que “la ciencia es un esfuerzo continuo por reconstruir y reestructurar nuestro pensamiento mientras estamos pensando”, nos recuerda también que “lo que nos hace avanzar es la duda y no la certeza”.
Pero lo interesante realmente viene ahora, cuando nos explica el por qué de las cosas. Cuando nos habla del hermano siamés del tiempo, el espacio, inseparables uno del otro. Cuando nos dice que el espacio tampoco existe, que no es más que la propia gravedad. El físico italiano nos hace explotar la cabeza cuando nos dice que el pasado, el presente y el futuro, tal y como los concebimos, no existen, porque el tiempo no es uno e inalterable, sino que hay tantos tiempos como puntos en el espacio existen. “El tiempo es propio de cada objeto y depende de su movimiento. No estamos acostumbrados a observar estas diferencias porque son demasiado pequeñas a nuestra escala”. ¿Qué quiere decir todo esto?
A menudo, cuando oímos hablar de física teórica aceptamos, erróneamente, que eso no es para nosotros, que nos pilla lejos y que no sabríamos entenderlo. Sin embargo, una vez nos deshacemos de todos esos erróneos prejuicios, lo único que nos queda es empezar a maravillarnos con el universo. Es posible, también, que cuando escuchamos el sintagma “Teoría de la Relatividad”, nuestro primer impulso sea huir, pero ¿y si descubrimos que dicha teoría se cuela cada día en nuestras vidas? Por ejemplo, el uso de los GPS no sería posible sin el conocimiento de ésta. ¿Cómo es posible que el tiempo pase más lento en mis pies que en mi cabeza? ¿Cómo es posible que alguien que viva en la montaña envejezca más rápidamente que alguien que vive más cerca del núcleo terrestre? ¿Cómo pasa el tiempo más lento o más deprisa según a la velocidad en que nos movemos? Estas preguntas, y muchas más, van siendo alumbradas por Carlo Rovelli a través de estas páginas.
El autor de este libro nos insta encarecidamente que empecemos a salir del mundo Newtoniano en el que todavía vivimos, según el cual el espacio es “una caja fija y rígida”, y entrar en el universo fascinante de Einstein, donde el espacio “es un objeto físico flexible y dinámico”.
“Giordano Bruno fue el primero en hablar de un espacio infinito lleno de una infinidad de mundos”.
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