Su novela es un gran fresco histórico sobre el final de la Gran Guerra y su posterior posguerra y todo condensado sabiamente. “En mi novela, no hay nada real, salvo los personajes históricos que he convertido en personajes de ficción”, apunta con convicción esta escritora que ha tenido que documentarse en profundidad sobre la época que narra y sobre ese Madrid arruinado y desvencijado que soporta la mal llamada “gripe española”.
Es, precisamente, la gripe española el eje sobre el que se mueve su novela. “se calcula que murieron entre 50 y 100 millones de personas de esa gripe en el transcurso de apenas dos años 1918-19. La que podemos denominar como la peor pandemia de la humanidad”, explica pormenorizadamente la escritora. Todos esos acontecimientos han hecho que Yolanda Guerrero se interesase por ese periodo histórico. “Me intrigaba mucho esos años donde ocurrieron muchísimas cosas”, puntualiza.
También la llamaba la atención como “las personas son capaces de estar ciegas ante una tragedia que ha conformado la historia posterior. La Segunda Guerra Mundial, la guerra fría y hasta si me apuras el fenómeno de Al Qaeda tuvieron su origen en lo mal que se cerró la Primera Guerra Mundial, sobre todo para los alemanes que perdieron bastante territorios”, analiza sosegadamente Yolanda Guerrero.
“Realmente, no se sabe donde estuvo el paciente 0 de la gripe española, se especula que pudo ser en un campamento americano e, incluso, en uno británico. Nunca en España. Un periodista español llegó a decir con la consabida retranca nuestra que si se sabía por el acento de la gripe. Si se llamó española fue porque en nuestro país se podía hablar libremente sobre ella. En Europa no se podía escribir sobre la gripe por la censura que sólo dejaba publicar relatos épicos y de héroes para motivar a sus soldados”, desgrana la autora de “Mariela”.
“Los hombres escriben la guerra con mayúsculas, las mujeres con minúsculas”
Yolanda Guerrero ha querido que su novela sea la gran obra sobre la gripe española desde el punto de vista de las mujeres. “Los hombres escriben la guerra con mayúsculas, las grandes batallas o los movimientos de tropas, y las mujeres lo hacen con minúsculas, los entresijos y los sufrimientos de la guerra. Fueron las mujeres las encargadas de todos los trabajos en la retaguardia mientras los hombres morían en el campo de batalla”, expone la escritora tolosana.
Precisamente, su protagonista Mariela fue una de esas mujeres que ayudaron a que la guerra fuese más humana desde su ocupación de enfermera en diversos hospitales de campaña. “Fueron estas mujeres, las primeras enfermeras laicas las que coadyuvaron a que no muriesen tantos soldados por sus cuidados en el campo de batalla. En España, fue el doctor Federico Rubio y Galí él que preparó a estas enfermeras que unieron la ciencia con el arte. Mariela estuvo entre ellas, aunque ya traía de su pueblo, Trasmoz, conocimientos de herboristería que ayudarían mucho en la curación de heridas y otras enfermedades”, sostiene la escritora.
En opinión de Yolanda Guerrero, “la Gran Guerra fue el primer acontecimiento de globalización perversa”. Y Mariela estaba ahí para contarlo. “En realidad, utilizo a Beatriz, su bisnieta, para contar su historia. Comienzo haciéndolo en primera persona para luego dar voz a la propia Mariela en sus cartas y añado una tercera voz, la propia Beatriz, pero en un tono de tercera persona para que llegue a donde Mariela no puede llegar. Me gusta que el lector piense que hay ciertas cosas que no sabe Mariela”, dice la escritora que le gusta mucho la forma de primera persona para escribir sus novelas.
Estamos recuperando ese feminismo que trata a los hombres y mujeres como iguales
“Mi intención era describir un mundo que iba a velocidad de vértigo. Los imperios de aquella época se estaban desintegrando, como el ruso con su revolución de 1917, el propio imperio prusiano o el austrohúngaro. Había un desconcierto total, un existencialismo global que giraba a velocidad de vértigo”, precisa con detenimiento. En España, pese a la neutralidad, no se estaba mucho mejor. “El hambre y la higiene hicieron que fuese un país muy castigado por la pandemia. En Madrid, dos terceras partes de la población cayó enferma de gripe. Incluso el rey y el presidente del Consejo de Ministros tuvieron la enfermedad”, relata Yolanda Guerrero. Pese a esa neutralidad, aunque planeaba la guerra del Rif en nuestro país, la guerra trastocó todo en España, huelgas, penurias, etc.
Para Yolanda Guerrero, “Mariela” es una novela feminista. “Justo ahora que estamos recuperando ese feminismo que trata a los hombres y mujeres como iguales”, afirma con determinación y añade “hubo grandes mujeres en aquella época como Mary Borden que dedicó su fortuna en crear hospitales ambulantes. Ella escribió una serie de relatos donde contaba la guerra tal y como la vió y que no pudieron ser publicados hasta muchos años después, incluso un siglo. Otras como Rosa de Luxemburgo o la mujer de Lenin hicieron una labor increíble en aquellos tiempos”.
“He querido que Mariela dejase una puerta abierta a la esperanza. Hay que aprender de los errores del pasado y dejar una puerta abierta al futuro”, señala. Su novela consigue que el lector se plantee ciertos principios y le haga pensar. “Me gusta que cuando leo una novela me marque y me deje pensando”, apunta. Y es, precisamente eso, lo que ocurre con su novela. Nos deja un poso profundo por todo lo que cuenta y como lo cuenta. En su novela, también hay espacio para el amor. “Nunca se debe renunciar al amor. Siempre hay una tercera oportunidad para ello”, se despide enigmática Yolanda Guerrero, algo que creo hará que el lector se lance con prisas para leer esta novela que ya algunos han calificado de “novelón”, como yo.
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