“Los hijos del Sol” es la relación de la conquista de Hernán Cortés de México, narrada por un príncipe mexica muy cercano a Moctezuma. La insidiosa declaración de López Obrador, presidente de México, sobre la petición de que España pidiese perdón a México, denota un populismo rayano en el analfabetismo histórico más absoluto. Con tan sólo 400 hombres, Cortés fue capaz de vencer a todo un imperio azteca porque muchos pueblos se unieron a él que estaban hartos de las matanzas que padecían por parte de los mexicas. Con Morgan Scott descubriremos la verdadera historia de esta gesta y podremos poner la historia en su justo término.
¿Era pertinente la publicación de “Los hijos del sol” en el quinto centenario de la llegada de los españoles a tierras mexicanas?
Comprobados el complejo de inferioridad manifiesta y la desidia del Ministerio de Cultura sobre la efeméride, -que ingleses o franceses, hubieran celebrado con toda solemnidad y boato-, y observada la ignorancia y oportunismo político de los gobiernos populistas de Hispanoamérica, era necesaria la publicación de esta cautivante novela.
El presidente mexicano López Obrador ha cargado contra la conquista de México por parte de Hernán Cortés y sus 518 infantes, 16 jinetes y 13 arcabuceros. ¿Cuáles son las grandes falacias que ha contado y que se deberían responder?
Obrador ignora que Hernán Cortés y su reducido grupo de osados conquistadores no conquistaron el Imperio mexica-azteca, sino ayudados por los pueblos indios vejados y humillados por ellos durante siglos, con los que Cortés se alió en un alarde estratégico solo comparable con el Alejandro. Cortes fundó Méjico, pero su independencia la llevaron a cabo los criollos, sus descendientes.
¿Es la mentira la principal arma de los políticos populistas e indocumentados?
Es la triple mezcla de ignorancia, malevolencia política e indigenismo hipócrita que llevan a cabo estos políticos en América y que les produce grandes provechos. España es el gran demonio al que acuden cuando desean granjearse el apoyo de los indígenas, a los que por otra parte han tenido olvidados desde las independencias.
En España, ha habido escritoras como Matilde Asensi o políticas de Podemos que han señalado a Cortés y a España como genocidas. ¿Es la ignorancia atrevida?
Para existir genocidio debe haber antes planificación y deseo por parte de la metrópoli conquistadora. Y es obvio que no la hubo, sino al contrario el ordenamiento de leyes por parte de los monarcas de España para paliar abusos y con la orden de que fueran incorporados al sistema social del Virreinato, donde su presencia era esencial. Debían bucear la historia estos “genocidas” y enterarse mejor de su historia. Todo encuentro de civilización resulta violento, pero el nuestro fue civilizador, ante todo.
Han pasado 500 años y parece que los odios continúan vivos. ¿Es su novela un intento de poner las cosas en su justo término y medida?
La novela al ser narrada por un príncipe sacerdote azteca y ser testigo de la conquista y conocedor de España tras su viaje a la península con Cortés, da una visión más objetiva de ambas partes muy interesante, para que así el lector saque sus propias conclusiones.
El protagonista Ocelotl era un caballero águila, ¿puede explicar qué significa esto?
En el Méjico de la preconquista, los guerreros más aclamados por el pueblo y las clases dirigentes eran los Águilas y Tigres, un grupo de élite, que recibía los honores del pueblo y del emperador. Antes der nombrados debían someterse a ayunos y mortificaciones rigurosas en la montaña, meditar y liberarse de cualquier tipo de miedo y herirse con garras de águila. Si superaban las pruebas era nombrado mimbro eximio de la Orden del Sol de los Caballeros Águila.
¿Le ha resultado difícil meterse en la personalidad de Ocelotl para narrar la novela?
Recibí valiosa documentación desde el mismo Méjico de una escritora amiga del país hermano, Paloma de Vivanco, que me ayudó a meterme en el alma del príncipe guerrero, además de narrar la vida cotidiana, y muchas de las costumbres y creencias del pueblo azteca.
“Los aztecas deberían pedir perdón al resto de los mexicanos por las arbitrariedades de Moctezuma”
Canibalismo, sacrificios humanos… ¿Deberían los aztecas pedir perdón al resto de los pueblos mexicanos?
Tlaxcaltecas, totonacas, mayas y chalcas, Estaban hartos de las arbitrariedades de Moctezuma y llevaban años sufriendo la opresión mexica que los obligaba a vestir de estameña y pagar impuestos abusivos, además de sufrir las “guerras floridas”, donde robaba n millares de jóvenes para ser sacrificados en los templos de Tenochtitlán, su capital, y lo eran anualmente en un número de 20.000 ó 30.000. La llegada de Cortés fue una liberación para ellos, que le ayudaron a abatir en masa a los mexica.
La segunda parte del libro narra la llegada de los hombres barbudos a México. ¿Cómo pudo Hernán Cortés con tan solo 400 hombres conquistar tan gran imperio?
Fue una odisea épica donde Cortés, a base de astucia, valor y grandes dotes diplomáticas al aliarse con los tlacaxtecas, se hizo con un fabuloso imperio de cerca de 10 millones de habitantes, populosos, guerrero y muy superior.
¿Cómo le definiría? ¿Se parecería al actual presidente de los Estados Unidos de México, dominado por su esposa?
En modo alguno. Cortés era un bachiller por Salamanca que había leído a los clásicos. Nunca fue vituperado por los mexica que lo tenía por el Hijo del Sol, y en sus pictogramas jamás lo denigraron. Lo llamaban Malintzín-el Señor de Malinche- princesa clave en la conquista de Méjico. Acabó con la barbarie sangriena de los mexica y asentó las bases civilizadoras del Virreinato, que el emperador Carlos le negó.
Hernán Cortés tuvo momentos malos como la célebre Noche Triste, ¿cómo pudo salir de ese trance y recuperarse en tan poco tiempo?
Fue una página épica después de sortear las trampas de Moctezuma, como antes había hecho en Cholula. Se recuerda el salto de Alvarado, un gigantón rubicundo, lugarteniente de Cortés, muy presente en la novela. Más que triste yo la definiría como épica y legendaria. Si hubiera sido un bárbaro genocida no le hubiera ocurrido este trance, del que luego se repuso en la batalla definitiva de Otumba.
Cortés, ambicioso y tenaz, logró una hazaña inigualable, pero pronto sufrió las insidias y calumnias de los prebostes de su tiempo, cosa frecuente entre los héroes de España.
¿Cómo definiría al conquistador tanto militar como humanamente?
Fue un indómito guerrero y hábil diplomático, llano e igualitario en el trato con sus hombres, aunque perdió muchas energías en ser reconocido por su rey y nobleza por haber descubierto y conquistado un imperio esplendoroso. Ambicioso y tenaz, logró una hazaña inigualable, pero pronto sufrió las insidias y calumnias de los prebostes de su tiempo, cosa frecuente entre los héroes de España. Cortés es un vivo ejemplo de la tragedia del hombre tratado ingratamente por sus contemporáneos, como por ejemplo el rey don Carlos, Diego de Velázquez y Alonso de Estrada, a los que arrebató la gloria de la conquista adelantándose a los acontecimientos.
¿Cuáles fueron, en su opinión, los grandes aciertos y los errores de Hernán Cortés y del Reino de España?
Con la Conquista de Méjico y del Nuevo Mundo en general el planeta entero se transforma en lo étnico, en lo cultural, y en lo económico. El mundo ya no se imagina como pueda ser, sino que España lo muestra tal como es. Una ola de prosperidad invade Europa, comienza la globalización económica con el Galeón de Manila, se inician los primeros avances tecnológicos y el placet Hispaniae, dominará el mundo durante cuatro siglos. Cortés pudo ser más paciente con Moztezuma o Cuauhtémoc, pero sus constantes traiciones precipitaron la ruptura. Así mismo debió no permitir la quema indiscriminada de documentos de ciencia mayas y aztecas.
Para terminar, ¿debemos de avergonzarnos de nuestra historia? Toda conquista es violenta.
Es la ley de la Historia de la humanidad, pueblos que superponen a otros, pero España no solo conquistó, sino que civilizó y creó sociedades muy prósperas en América que valoraron muy altamente viajeros ilustres como Humboldt y Darwin. Nuestra historia es la más fecunda de los países occidentales, pues llevamos el derecho romano, el idioma, la fe y la cultura grecolatina a todo un mundo nuevo. Cabeza alta. Los angloparlantes asolaron y acabaron con todas las tribus de Norteamérica, España las civilizó y asimiló.
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