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Fernando Calvo González-Regueral
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Fernando Calvo González-Regueral (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Fernando Calvo González-Regueral: “Ganó la Guerra Civil el que mejor utilizó los recursos que tenía a su disposición”

Entrevista con el director de la colección “La Guerra Civil contada por sus protagonistas”

jueves 21 de marzo de 2019, 11:16h

La editorial cordobesa Almuzara ha encargado a Fernando Calvo González-Regueral la dirección de la colección “La Guerra Civil contada por sus protagonistas”, un proyecto que durará todo el año y que alternará la publicación de obras de los dos bandos: republicanos y nacionales. La colección dará mucho que hablar por la calidad de los textos escogidos y porque en ellos habrá muchas sorpresas tanto en un bando como en el otro.

  • División de España el 18 de julio de 1936

    División de España el 18 de julio de 1936

Fernando Calvo González-Regueral
Fernando Calvo González-Regueral (Foto: Javier Velasco Oliaga)

El director de esta colección es Fernando Calvo, que tiene publicada varias monografías sobre la guerra civil y alguna novela sobre nuestro conflicto armado, es un apasionado de la historia militar y, sobre todo, de la Guerra Civil. “Tengo que reconocer que soy un poco friki, pero siempre intentando buscar la neutralidad”, afirma risueño el encargado de la colección que quiere dejar claro que “ambos ejércitos no eran como lo que hoy se suele decir que eran: el ejército de Pancho Villa. Estuvieron muy preparados en todos los sentidos”.

Durante la conversación mantenida, Fernando Calvo quiere romper varios tópicos que tenemos sobre nuestra guerra civil. “En el año 31, no había división en el ejército. Estaba donde tenía que estar. No había fractura y se podía denominar republicano”, explica el director de la serie. Sin embargo, las reformas introducidas por Manuel Azaña sí hicieron daño a este colectivo, aunque muchas de ellas fueron muy acertadas como mejorar las fuerzas aéreas y la Armada. “España es casi una isla y tiene que tener una buena Armada”, subraya categórico Fernando Calvo.

La fecha clave para el comienzo de la Guerra Civil fue el 19 de julio, cuando Franco se sumó al golpe militar. En ese momento, las fuerzas estaban muy equilibradas. “La población del sector republicano ascendía a algo menos de catorce millones de habitantes mientras que la de los sublevados sumaba algo más de diez millones. Según Fuentes Quintana, el gran estudioso de la economía en tiempos de la República y la guerra, el 80% de la industria estaba en manos republicanas, sin embargo, sólo tenían entre un 30 y 40 % del sector agrario. Además, los republicanos controlaban el 70% de la red férrea y del parque automovilístico”, enumera documentadamente.

Con el ejército ocurría algo parecido, la República se quedó la mayoría de las unidades orgánicas. En el generalato con mando activo, sólo quedaron en el bando rebelde Franco en Canarias, Goded en Mallorca, Mola en Navarra, Cabanellas en Zaragoza y Queipo de Llano al frente de los carabineros. El 70% de la flota y el 75% de la aviación quedó del lado republicano”, cifra Fernando Calvo. Uno de los errores gravísimos de la República fue licenciar el 19 de julio al ejército. De ahí que la gran masa de la oficialidad se decantase de parte de los sublevados. “Si se hubiera puesto el ejército en un mando único, otro gallo hubiese cantado”, sentencia el director de la colección.

La República tardó seis meses en organizar su ejército, en eso el ejército sublevado le ganó la partida, ya que se organizó desde un primer momento. Aun así, el cerebro del bando nacional, Mola, no creía que la guerra pudiese durar más de seis meses debido a la pobreza del país. Quizá por ello, tanto Hitler como Stalin, que no quería saber nada de frentes populares, no estaban interesados en nuestro país. Solo el Foreign Office británico estaba interesado en España y de forma muy relativa. Todo cambió cuando los líderes germanos y soviéticos vieron que en nuestra guerra podían probar su industria de armas, convirtiendo nuestras tierras en un laboratorio armamentístico de pruebas. Sobre todo, ganaron tiempo para sus respectivos rearmes y para sus purgas.

Para Fernando Calvo “ganó la guerra el que mejor utilizó los recursos que tenía a su disposición” y abunda más en esa idea: “Franco dio todos los pasos necesarios para ganar una guerra que tenía perdida y los dirigentes republicanos incurrieron en todos los errores posibles que hicieron que dilapidaran los recursos de un estado muy capaz de sofocar la sublevación”, opinión polémica pero que refrendan sus estudios y conocimiento de la guerra.

Ante la pregunta de si la guerra podía haber terminado antes si las tropas sublevadas en vez de dirigirse a Toledo hubiesen ido directamente a Madrid, Fernando Calvo no tiene ninguna duda al responder: “el ejército que llego a Madrid era de unos 20.000 hombres, con ese contingente era prácticamente imposible conquistar una ciudad armada de un millón de habitantes. La operación de Toledo fue más una operación de imagen que estratégica”.

Tras el año 36, el año siguiente fue el año del equilibrio, aunque poco a poco se va decantando a favor de los sublevados, el 38 es claramente de los sublevados salvo el contraataque del Ebro y el 39 ya solo tuvo un color. “El único interesado en alargar la guerra fue Negrín”, afirma tajante el director de la colección sobre la guerra civil. Su opinión sobre el general Francisco Franco es muy clara, “Franco no era un brillante estratega, pero no era el incompetente que algunos autores proclaman hoy. Fue un gran logístico. Llevó la guerra al norte para hacerse con la industria pesada y los minerales de Asturias. Solo la ofensiva de Brunete paralizó un poco el avance rebelde”, evalúa Calvo.

En su opinión, se debió llevar hasta las últimas consecuencias el llamado plan P de la República que consistía en atacar Andalucía para distraer a las fuerzas sublevadas. “Algo parecido fue lo que llevaron a cabo los unionistas en la Guerra Civil americana, que tiene muchas similitudes con nuestra guerra civil. Con esa operación se hubiese desgastado mucho al ejército que provenía de África, cortando su base de operaciones, pero no se llevó a cabo por las dificultades logísticas del ejército republicano”, expone.

“VOX y Podemos han surgido porque no conocen nuestra historia”

Fernando Calvo se muestra contundente sobre el desconocimiento que se tiene de nuestra guerra civil. “Unos no han leído a Agustín de Foxá y los otros a Max Aub. Cada tendencia solo lee lo que le interesa, sin confrontar las opiniones, de ahí que VOX y Podemos hayan surgido porque realmente no conocen nuestra historia, ni ellos ni el electorado. Casi nadie se ha centrado en la historia militar. Personalmente echó de menos a historiadores como Manuel Tuñón de Lara o Ricardo de la Cierva, mucho mejores y más sosegados que escritores como Paul Preston o Pío Moa”, explica con precisión.

Unos no han leído a Agustín de Foxá y los otros a Max Aub. Cada bando solo lee lo que le interesa sin confrontar las opiniones

Llegados a este punto, la curiosidad me puede y le pregunto quienes fueron en su opinión los mejores militares de ambos bandos. “Por la parte sublevada, el mejor militar fue el general Aranda, adscrito a la masonería, quien logró sublevar Oviedo defendiéndola militarmente de manera impecable; lo mismo haría en la batalla por la reconquista de Teruel. Cuando había algún problema, Franco siempre llamaba a Aranda. Como táctico destacó Yagüe. En nuestra guerra, no hubo ningún Rommel ni ningún Patton”.

“Por la parte republicana, Vicente Rojo fue un magnífico organizador y Miaja un militar valiente. Adolfo Prada Vaquero fue un buen militar, muy disciplinado y gran organizador, que luchó en el frente norte y en La Serena. En cuanto a los mandos no militares cabe destacarse a Cipriano Mera, que acabó sus días como albañil en Paris, y Manuel Tagüeña, que publicó unas memorias prodigiosas”, puntualiza con tranquilidad Fernando Calvo.

Para terminar, quiere dejar claro el objetivo de la colección. “Como se acerca el 80 aniversario de la conclusión de la guerra, el editor Pimentel pensó en hacer una colección sobre la Guerra Civil vista desde las dos perspectivas. Yo quería que todos los libros tuviesen una gran calidad y brillantez literaria. Además, quise rescatar títulos poco conocidos tanto del bando republicano como del nacional. Hay demasiado sectarismo que ya tendría que estar más calmado después de pasar la cuarentena del franquismo y otros tantos años de democracia. Por eso, iremos alternando un volumen de un bando con otro del contrario”, concluye este apasionado de la Guerra Civil que ha encontrado la pretendida neutralidad.

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