Las once mejores novelas negras del 2018

La que no se podía quedar fuera, indudablemente porque es la más completa es “Todo lo mejor” de César Pérez Gellida, que nos vuelve a sorprender como una trama frenética, llena de tensión y de persecuciones, con innumerables giros en la trama y que se desarrolla en el Berlín anterior a la caída del muro, la novela tiene unos espías que están a la altura de los creados por John Le Carré. Comenzamos a olvidarnos de Ramiro Sancho, aunque espero que no sea para siempre.

La lista continúa con:

2. “Talión”, de Santiago Díaz.
3. “La isla de las últimas voces”, de Mikel Santiago.
4. “Te veré esta noche”, de Sara Rodríguez Lezaun.
5. “Donde fuimos invencibles”, de María Oruña.
6. “El asesinato de Laura Olivo”, de Jorge Eduardo Benavides.
7. “Lejos del corazón”, de Lorenzo Silva.
8. “Los señores del tiempo”, de Eva Mª. Saénz de Urturi.
9. “La noche sin memoria”, de Jordi Ledesma.
10. “La sed”, de Jo Nesbø
11. “Los Caín”, de Enrique Llamas

Santiago Díaz es un recién llegado a la literatura y nos ha parecido sorprendente que en una primera obra pudiese conjugar tan bien la trama de la novela con las descripciones de los personajes. Sus diálogos son una auténtica obra maestra, aquí se nota sus muchos años trabajando como guionista televisivo. Sorprendente novela de la primera a la última página. En el tercer puesto se encarama el escritor vasco Mikel Santiago con “La isla de las últimas voces”, una novela a ritmo de thriller que contiene truco. La novela se desarrolla en un paraje agobiante y cerrado. El cómo ha podido sacar partido a un escenario tan reducido es una cuestión que sólo está en la mano de los grandes escritores.

Susana Rodríguez Lezaun con “Te veré esta noche” consigue unas atmósferas que se mueven entre lo oculto y lo misterioso. De la escuela de las escritoras navarras sabe sacar partido a unas tierras que guardan muchos enigmas. Su inspector David Vázquez se ha convertido en un clásico de las novelas de este tipo de género. En quinto lugar, se sitúa “Donde fuimos invencibles” de María Oruña, la tercera entrega de Valentina Redondo y su equipo de investigación. Ya no nos sorprende el manejo de las múltiples tramas y voces que tienen sus novelas. Está claro de la pujanza que tienen las mujeres en este tipo de historias que las tenía relegadas hasta hace muy poco tiempo.

Jorge Eduardo Benavides consiguió con “El asesinato de Laura Olivo” el premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. Una novela que tiene mucho de metaliteraria, puesto que tiene como protagonista a una agente literaria y ya sabemos cómo se las gastan. Benavides este año ha hecho doblete y se encuentra tanto en la lista de mejores novelas históricas como en la de negra. La novela está llena de intrigas y de humor. Sabía mezcla que solo él puede llevar a buen término. Le sigue Lorenzo Silva con su la undécima salida del subteniente Bevilacqua y la sargento Chamorro, "Lejos del corazón". Silva hace de todo y siempre lo hace bien. Escribe dos o tres libros al año, dirige el certamen de novela negra mejor de España, el de Getafe, presenta innumerables libros, aparece asiduamente en televisión. No se le puede pedir más. Y nos sigue contando la saga de estos guardias civiles que cada día nos sorprende más.

Con “Los señores del tiempo” la escritora alavesa Eva Mª Saénz de Urturi finaliza su desequilibrante trilogía “Los ritos del agua”, que pronto podremos ver en las pantallas. A medio camino entre la novela negra y la histórica, ya que tiene dos tramas que alternan entre la Edad Media y la actual, aunque prima la segunda sobre la primera. La investigación es un prodigio de efectismo y rigurosidad. Algo parecido al CSI, pero en bueno. Creo que Eva es una seria candidata para hacerse dentro de poco con el Premio Planeta de Novela y si no al tiempo. Jordi Ledesma escribe una reflexiva novela sobre un hecho real al que cambia la ubicación y los nombres de los protagonistas. “La noche sin memoria” es un largo diálogo interior sobre una investigación de un caso sin resolver de hace más de 20 años. Tráfico de influencias, corrupción, empresarios adictos al régimen franquista y asesinatos son los ingredientes de esta novela negra que se sale de los tópicos más trillados del género.

Jo Nesbø es un adicto a este tipo de listaw. “La sed” es la undécima entrega protagonizada por Harry Hole, en este caso se enfrenta a un crimen que se comete después de una cita por internet, como ven algo tan actual como la vida misma que el escritor noruego maneja con la profesionalidad a la que nos tienen acostumbrados. Imprescindible autor para entender el fenómeno de la literatura negra escandinava. Y terminamos, con una de las sorpresas del año, “Los Caín” de Enrique Llamas. Una novela intimista de la España profunda de hace unas décadas que parte también de unos hechos reales que le contó su padre al autor zamorano. En el certamen Guadalajara en negro tuve la oportunidad de moderar una mesa donde se encontraba el autor y éste encandiló al auditorio contando la historia de un profesor, en el tardofranquismo, desplazado a lo más profundo de nuestra tierra. A esa España cada día más vacía.

Hasta aquí, nuestra selección. Las obras incluidas deben de marcar el camino a seguir para regenerar un género lleno de clichés. Esperemos que el año que viene tengamos mejor cosecha negra.