¿Liderar una expedición polar y unirse a las filas de otros exploradores americanos de la talla de Elisha Kent Kane, Robert E. Peary o Richard Byrd? Esta millonaria californiana sólo quería viajar al Ártico, pero el destino tenía otros planes reservados para ella.
Corría la primavera de 1928 y Louise Arner Boyd planeaba un segundo viaje de placer a bordo del Hobby, el barco que había sido usado por Roald Amundsen. Su primera travesía al norte, unos años antes, había resultado un crucero idílico. Había navegado por las irregulares costas de Spitsbergen, Noruega, e incluso más al norte, hasta la Tierra de Francisco José, cumpliendo así uno de sus sueños de infancia: ver el océano Ártico. Quedó fascinada por el movimiento de los icebergs, la dureza del aire que abrasaba los pulmones y la sensación de unidad absoluta con el corazón del mundo. Quería, necesitaba viajar de nuevo al norte. Louise no estaba casada ni tenía hijos, lo cual no la ataba a nada. Nadie que pudiera juzgarla, ni ofrecerle consejo y apoyo. Estaba sola, por lo que decidió hacerlo. Sus planes de alquilar un barco y viajar al norte de Noruega estaban avanzados, pero el destino intervino al desaparecer el famoso explorador noruego en su intento de encontrar y rescatar al explorador italiano Umberto Nobile. Sin pensarlo dos veces, Louise ofreció sus servicios y el barco al gobierno noruego para buscarlo declarando: "¿Cómo podría hacer un viaje de placer cuando esas 22 vidas estaban en juego?"
Según abandonaba el muelle de Tromsø, al inicio de la misión de rescate, los titulares de los periódicos proclamaron: «Una mujer se une a la búsqueda en el Ártico, la señorita Boyd acude al rescate», «La californiana en ayuda de Amundsen es una cazadora y empresaria». ¡Una mujer en un mundo dominado por el hombre, y que ya había cumplido los cuarenta años! Las noticias fueron una sorpresa para ella.
A pesar de que recorrió 10,000 millas a través del Océano Ártico, no encontró rastro de él. Sin embargo, el gobierno noruego le otorgaría la prestigiosa Cruz Chevalier de la Orden de Saint Olav. "Fue la primera mujer estadounidense en recibir la orden y la tercera dama en ser honrada en el mundo".
UNA DAMA DESCONOCIDA
Pese a organizar, financiar y dirigir siete audaces expediciones árticas entre 1926 y 1955, y ser la primera mujer en sobrevolar el Polo Norte, Louise Arner Boyd resulta desconocida. Su biografía, escrita por Joanna Kafarowski y traducida al español, desvela la vida de esta excéntrica aventurera a la que se le debe el conocimiento de una de las regiones más desconocidas del planeta.
HEREDERA DE UNA GRAN FORTUNA
La vida de esta dama de la alta sociedad californiana cambió en 1920, al heredar la fortuna familiar. Acababa de cumplir los 32 años y convertida de la noche al día en una multimillonaria, decidió emplear su fortuna a viajar. En un viaje a Noruega en 1924, navegó hacia el mar y vio la bolsa de hielo polar por primera vez. La experiencia la marcó y acto seguido comenzó a planear su propia aventura en el Ártico. En 1926, fletó el barco de suministros Hobby, utilizado el explorador Amundsen durante un viaje al Ártico. Ahí empezó su amor por aquellas regiones que la llevó a alcanzar fama internacional y ser apodada como "Diana ártica" o "La dama que domó el Ártico". La vida de esta dama de la alta sociedad californiana cambió en 1920, al heredar la fortuna familiar. Acababa de cumplir los 32 años y convertida de la noche al día en una multimillonaria, decidió emplear su fortuna a viajar. En un viaje a Noruega en 1924, navegó hacia el mar y vio la bolsa de hielo polar por primera vez. La experiencia la marcó y acto seguido comenzó a planear su propia aventura en el Ártico. En 1926, fletó el barco de suministros Hobby, utilizado el explorador Amundsen durante un viaje al Ártico. Ahí empezó su amor por aquellas regiones que la llevó a alcanzar fama internacional y ser apodada como "Diana ártica" o "La dama que domó el Ártico".
SIETE EXPEDICIONES Y UN GLACIAR CON SU NOMBRE
Tras su intento de dar con Amundsen en 1928, Louise A.Boyd lideró varias expediciones científicas a las costas de Groenlandia. Fotografió, examinó y recolectó cientos de especies botánicas. La American Geographical Society publicó sus hallazgos y en reconocimiento a su labor un área próxima al glaciar De Geer fue bautizada con el nombre de la aventurera. Tras ser elegida delegada al Congreso Geográfico Internacional en Varsovia, Louise A.Boyd emprendió un viaje de 3 meses por algunas regiones polacas, ucranianas y de Bielorrusia. Esta expedición sin precedentes que se saldó con 500 imágenes la catapultaron a la fama.
CIENTÍFICA y ESPIA PARA LOS EE. UU POR UN DÓLAR AL AÑO
Pero fue, tras el estallido de la II Guerra Mundial, que sus conocimientos debido a sus seis expediciones árticas, adquirieron una importancia estratégica. El gobierno de los EE. UU le encomendó dirigir una expedición con el sueldo de un dólar al año, para obtener datos sobre la transmisión de ondas de radio en las regiones árticas. Louise zarpó en 1941, liderando un grupo científico de cuatro hombres y una tripulación de once. Cinco meses después regreso con valiosos datos. Durante el resto de la guerra, trabajó en diversas misiones secretas para el Ejército de los EE. UU. Luego volvió a hacer historia en junio de 1955 cuando se convirtió en la primera mujer en el mundo en sobrevolar el Polo Norte y su barco S. Veslekari, fue el primero en navegar en algunas regiones de Groenlandia.
RECONOCIMIENTO OFICIAL
Louise Boyd acumuló honores académicos como el título honorario de derecho de la Universidad de Berkeley. También fue la segunda mujer en recibir la Medalla Cullum de la American Geographical Society y la primera mujer elegida para formar parte de su junta directiva. Asimismo, fue nombrada miembro honorario de la Academia de Ciencias de California. Murió en San Francisco en 1972. Su biografía acaba de ser traducida al español. La autora Joanna Kafarowski, nos transporta al corazón mismo de la aventura. Al publicar la primera biografía oficial de esta exploradora polar tristemente desconocida, Joanna Kafarowski ha prestado un importante servicio a la historia polar". Geographical Magazine Louise Arner Boyd, aventuras árticas de una millonaria americana. Ediciones Casiopea, 350 pag.
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