El desencadenante de la novela es el secuestro de Laia que cometen Olivier y Cecilia, cuando aquel se fija en la joven. A raíz de este acontecimiento se producen una serie de situaciones que van deteriorando la relación de la pareja. Con Laia, se han convertido en trío y mantienen una relación cada vez más peculiar, hasta tal punto que la segunda parte de la novela se convierte en muy introspectiva.
La novela tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera titulada "Laia" es la parte de más acción. La segunda “Dos años atrás” es la más introspectiva donde Cecilia reflexiona tanto de los hechos que han ocurrido para secuestrar a Laia como la relación que mantienen en la casa donde la tienen secuestrada. Para ello, utiliza diversos flashback que van dando al lector una idea más completa de lo sucedido y las motivaciones para llevarlos a cabo.
Hay tres temas importantes que son tratados en el libro. El primero es el de la identidad. Cómo una persona puede manipular a las gentes de su entorno. Ese papel lo protagoniza Olivier, un oscuro personaje que para cumplir sus objetivos no duda en maniobrar a su antojo para conseguirlos. Su chantaje emocional está presente a lo largo de casi todo el libro y es cuando se da cuenta Cecilia de que lo está padeciendo cuando se desencadena un final trágico.
El segundo tema es el mundo del arte. Esther Ginés es una apasionada del mundo de la pintura y del arte en general. En la novela, la autora se muestra como una consumada experta, sobre todo en Millais y su obra. Tanto la creación literaria como la pictórica son bastante solitarias, quizá más en el mundo de la literatura, pero los procesos creativo guardan similares características.
El tercer tema importante del libro es el tema de la culpa, la expiación de la culpa. En la segunda parte del libro, Cecilia asume ese papel. Se siente culpable de lo que han realizada y comienza su larga explicación de los motivos sobre el secuestro. Cecilia se deconstruye según avanza la trama buscando sino el perdón, al menos, la comprensión de la secuestrada.
Para escribir la novela, Esther Ginés ha optado por la primera persona. Son los ojos de Cecilia a través de los cuales vemos el desarrollo de los acontecimientos que suceden en esta novela con formato de thriller psicológico pero, como hemos dicho antes, muy introspectivo. La autora tiene una forma de escribir muy peculiar, su estilo es claro y preciso, con la luminosidad necesaria que la trama requiere, pero siempre guardando un tono intimista que hace que el lector se ponga en el papel de Cecilia. Su análisis de los personajes es certero y muy descriptivo y su estilo es muy sólido y claro. Además ha contado con una edición del libro muy correcta.
Si ya nos sorprendió Esther Ginés con su primera novela “El sol de Argel”, con “En la noche de los cuerpos” se consolida como una novelista de largo recorrido, al menos de ese que va de la luminosidad de Argel a la oscuridad de la noche.
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