En GUGL, que contiene un breve a la vez que interesante prólogo del profesor Osvaldo Beker, Alejandra Juárez D’Aquino nos sitúa en un futuro distópico donde todos nacen conectados a LA RED mediante el sistema que da título a la novela: GUGL. De esta manera, son controlados para no sufrir, no padecer sentimientos encontrados, considerarse siempre realizados y, en definitiva, sentirse libres. ¿Siéndolo?
De la mano de Laila, la protagonista de esta historia, conoceremos un mundo donde no hay guerras ni pobreza, donde todo el mundo vive en armonía sintiéndose a gusto con lo que hace. Todo gracias a GUGL. Pero en cierto momento, Laila será atraída por un grupo de rebeldes ante el sistema. Será a partir de ese instante cuando Laila se dé cuenta de que no es más que una insignificante pieza de un inmenso ajedrez controlado por una élite inaccesible. Conocerá de cerca al grupo de rebeldes y empezará a sentir por primera vez lo que es ser realmente libre. Si eso es posible.
Todo ello llevará a Laila a un vaivén continuo e incontrolable de sentimientos. Sin su habitual conexión, ella verá cómo no hay sustancias químicas que calmen su pesar, su estrés y su nerviosismo, verá cómo el amor es capaz de aflorar sin ser aplacado por GUGL, verá cómo es capaz de controlar por fin sus movimientos. O no.
De la mano de Laila y unos pocos más personajes, Alejandra Juárez D’Aquino consigue con GUGL crear una historia que obliga al lector a leerla de una sentada. Sumergidos en el relato, los lectores de GUGL se verán reflejados en otro mundo que en apariencia no se asemeja en nada al suyo pero que, al ser rascado un poco por la conciencia del lector, no difiere tanto del que vivimos. Máscaras que ocultan lo que de verdad somos y parecemos, redes que muestran únicamente lo bonito de nosotros, cuerpos perfectos que no son más que mentiras, vidas sedadas para evitar alzamientos. Pero, si hay una falla en el sistema, si un grupo de rebeldes consigue salir de LA RED y unirse, si la revolución está programada para que llegue Laila y la accione… ¿será posible acometerla?
Para responder a esta pregunta solo hay una solución, y la mejor: leer esta novela. Porque en GUGL, los lectores se encontrarán con pinceladas de Orwell, Huxley, Bradbury o incluso Asimov; se encontrarán con un relato de ciencia ficción con mucho peso y poso, con profundidad filosófica, con preguntas imposibles de responder, con ácidas críticas a nuestra colectividad y a nosotros mismos.
Si eres capaz de ser crítico contigo mismo y además disfrutas de las buenas historias de ciencia ficción, no dejes pasar este libro. Acompaña a Laila en esta novela porque ella te acompañará durante mucho tiempo más. Y sobre todo, como le dice el personaje de Izan a Laila en un momento del libro: «No confundas la felicidad con anestesia».
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