Íñigo y Laura están de vacaciones en las playas de Zahara de los Atunes. Quieren descansar y -como mandan los eslóganes publicitarios- disfrutar de la vida. Pero ¿cómo se disfruta de la vida? ¿Cuáles son esos frutos de los que podrían ellos degustar? Pretenden disfrutar de la tranquilidad de unas playas casi salvajes y poco frecuentadas. En su primera mañana de descanso se instalan en una zona solitaria de la playa y, ante la sorpresa de Laura, Íñigo le propone que haga topless, él mismo le quita la parte superior del bikini y, fuertemente excitado, le extiende la crema protectora por su piel. Luego se levanta, camina hasta la orilla del mar y contempla el bello cuerpo de su mujer. La aparición a lo lejos de un paseante le impulsa a reclamar a Laura que se tape porque no quiere que otros hombres la vean en topless.
En los días siguientes se repiten secuencias semejantes: Íñigo, entre liberal y excitado, propicia el desnudo de Laura aunque pronto alguna presencia real o ficticia desencadena sus celos, resquemores, fobias y manías.
Una historia entre cómica, absurda y trágica, porque algo singular sucede cuando la mujer libre y poderosa que hace topless en la playa, y a la que deseas ardientemente, no es una joven desconocida sino tu bella y celestial mujer; cuando el cuerpo que contemplas casi desnudo, expuesto a las miradas ajenas, te pertenece en exclusiva por derecho de matrimonio, tu deseo engendra el miedo a los otros («El infierno son los otros», como dijo Sartre) y ese miedo exacerba más todavía tu despótico deseo y ese deseo puede conducir la historia hacia un final totalmente inesperado.
Porque Íñigo y Laura no toman el sol en un paraíso perdido, sino abrasados en las llamas de su propio infierno. La playa de Íñigo y Laura no es una playa idílica, sino un escenario donde combaten lo público (la libertad de la mujer) y lo privado (el miedo que los hombres tienen a la libertad concreta y efectiva de «su» mujer).
El amor, el deseo y el matrimonio como campo de batalla.
Pelayo Cardelús nació en Madrid en 1974. Finalizó la carrera de Derecho, viajó por Latinoamérica y residió temporalmente en Estados Unidos. Además de sus trabajos periodísticos en los diarios El Mundo o Metro Madrid, ha publicado el libro América en el espejo, donde recoge sus impresiones de viajes. En 2006 apareció su novela El esqueleto de los guisantes (Caballo de Troya, 2006) que recibió especial atención por parte de los medios culturales y literarios. Las vacaciones de Íñigo y Laura es su segunda novela.
Actualidad literaria
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