De él se sabe que fue soldado del ejército alemán en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pero también que se ganó la vida como cazador, ornitólogo y pintor naïf en algún lugar del Alto Paraná, en Suramérica.
Para levantar esta aproximación, Piegari, que debuta así en el género narrativo, se sirve de todos los materiales que tiene a su alcance, conocedor de que, a veces, son necesarias las máscaras para llegar a concretar una identidad despojada. Así, utiliza elementos de carácter histórico, como documentos y publicaciones; otros surgen de la actividad periodística, como las entrevistas, y, cuando la realidad no alcanza, el autor propone, inventa, crea. Al lector, luego, le queda el desafío de desligar qué hay en la historia de real y qué de ficticio.
El motor de explosión del relato es el hallazgo de un libro de Neunteufel, que el prestigioso sello Brockhaus publicó en 1941 (Yasí-yateré. Ocho años de captura y caza de animales en la selva del Paraguay). Ese inesperado encuentro activa una búsqueda sobre aquel joven centroeuropeo (¿alemán o austríaco?) que llegó a Suramérica en busca de aventuras, regresó al Viejo Continente atraído por la prosperidad de la que se hablaba y que, en medio de la guerra más cruel, decidió desertar para huir con su familia hasta la región argentina de Misiones.
Así, envuelto por una narración fragmentaria que suma narración, testimonios y reflexiones, Carlos Piegari va ofreciendo los detalles de la vida de Adolf Neunteufel, Adolfo Nueve Diablos, quien llegó en 1932 al Alto Paraná con una mochila, un fusil y un carnet del partido nazi. Durante ocho años se dedicó al envío de animales exóticos a museos y circos de toda Europa hasta que decidió retornar ilusionado con iniciar una nueva vida. Sin embargo, ya en 1945, está de nuevo en Suramérica reinventado para sobrevivir como “pintor de la naturaleza”.
Con estos materiales, \"Kitschfilm\" aspira a ensanchar los límites de la propia obra literaria y, de paso, aceptar que toda búsqueda sincera se hace sin equilibrio. Así, el libro –cuyo título rinde homenaje a las películas populares de las primeras décadas del siglo XX- da cabida a reflexiones en torno al origen de la tipografía Fraktur o la distribución de libros entre los soldados de la Wehrmacht. El libro se cierra con un apéndice de imágenes de los artistas Sonia Abian y Grzegorz Baczak y un postfacio firmado por Fernando Jiménez.
Puedes comprar el libro en:
\n