Francisco Robles ha escrito una novela que transcurre en la capital andaluza, este es un ingrediente que habrá tenido que pesar mucho en el jurado del premio y más cuando muchos miembros del jurado son originarios de Híspalis. El tema no podía ser más sevillano y andaluz por extensión; a partir de una demanda por paternidad se logra resucitar fantasmas del pasado, en un padre, señorito andaluz que no cumplió con su obligación de reconocer a su hijo. Si bien el señorito andaluz está en vías de extinción se necesitaría dotarle de un hábitat especial, algo habrá que hacer para que este singular personaje no termine en el olvido o en una reserva y para ello, Paco Robles le ha dedicado toda una novela.
“Ha habido señoritos andaluces despreciables, pero otros muchos no lo han sido”, afirma el escritor sevillano en la sala que hay en el Apeadero de los Reales Alcázares de Sevilla que más se parece a una sauna finlandesa que a un patio andaluz. “Me gusta defender a los indefendibles”, señala con su gracejo andaluz que tanta fama le ha dado en las tertulias radiofónicas de sus amigos Carlos Herrera y Ángel Expósito.
Su novela comienza en los años cincuenta, el tiempo en que ese señorito andaluz cometía deslices casi a diario. “Luego hago un flashback a la guerra civil y de ahí a la Transición. Todo para hacer una reflexión sobre la verdad que puede ser histórica o periodística. El título tiene todavía su razón de ser”, expone contento el autor andaluz mientras juguetea con uno de los dos trofeos ganados.
Me gusta defender a los indefendibles
“El último señorito es ante todo una novela coral, algo que me gusta mucho hacer”, adelanta el Francisco Robles, aunque todo el mundo le llama Paco. Al bueno de Paco le gusta hacer muchas cosas a la vez, pero reconoce su debilidad por la radio, “debido a su inmediatez”, asegura. Sin embargo, la novela le lleva a reflexionar sobre muchos temas que le atraen e interesa. “Hay algunos pasajes que están basados en hechos reales. Creo que muchas veces me implico demasiado en las tramas”, reconoce.
La novela es un homenaje a uno de los autores favoritos de Paco Robles Manuel Barrios, “injustamente olvidado hoy en día”, señala. Su obra “Epitafio para un señorito” ganó en el año 1972 el Premio Ateneo de Sevilla. Y casi podríamos decir que éste es un corolario de aquella novela. Manuel Barrios fue uno de los grandes novelistas españoles del siglo XX, tenía una fuerza creadora arrolladora y escribía unas metáforas terribles”
“Mi novela está escrita desde las entrañas, cuando escribo me implico demasiado. Mis protagonistas no son meros actores, son personajes auténticos”, apunta el autor de “El señorito andaluz” y añade “el protagonista tiene mucho miedo al amor, no se daba cuenta de que la fuerza del amor es superior a cualquier otra”, concluye el reciente ganador de la L edición del Premio de Novela Ateneo de Sevilla. No ha podido tener mejor ganador en esta emotiva edición medio centenaria.
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