En las palabras de presentación, Ymelda Navajo señaló que "Percival se sentía muy libre para expresar lo que pensaba en cada capítulo y desarrolló el libro en pocos meses porque, intuyo, ya lo tenía pergeñado desde hace tiempo". Para ella el ex consejero tiene la cualidad de ir directamente al grano y observa unas propuestas y una manera de escribir "tan buenas" que asombran en el actual mundo político.
A continuación tomó la palabra Esperanza Aguirre, con palabras de elogio hacia su subordinado en el gobierno de la Comunidad de Madrid, al que definió como "un político español, que escribe un libro en el que se entiende todo", con afecto y complicidad fue señalando el mérito que tiene hoy en día exponer sus ideas, "el que expone, se expone", afirmó y continuó diciendo que "exponer una opinión con el sistema de partidos que tenemos en España siempre conlleva el riesgo de que el valiente que opine, pueda ser apartado de la carrera política y eliminado de las listas electorales. Este es un libro abierto y no dogmático, pero que sí quiere fomentar la discusión, el análisis y confrontar lo que se dice"
Para la política, retirada a medias, "el sistema político que tenemos en España es cada vez más insatisfactorio y está dando lugar a literatura regeneracionista que promulga cambios sustanciales en nuestra vida política". Señala Esperanza que "Percival habla de la política con tal ilusión y entusiasmo, que espero no le moleste, lo califique de juvenil. Los barones, cuando se encuentran con los que critican, tienen una mirada recelosa, como diciendo eso de "muchachito no te metas en jaleos". Pero a él, los gurús de la política le traen al pairo: Se siente libre".
"La disciplina de partido no puede ser quien maneje nuestra vida", afirmó en clara alusión a su decisión de apartarse, cuando quiso y como ella quiso. Elogia y admira sobremanera a Percival Manglano, del que dice que si fuera británico ya habría llegado muy alto dentro del sistema político de aquel país, pues él tiene la virtud de escuchar a los ciudadanos. Ésta es la manera de democratizar la política y abrirla a la discusión ideológica.
Esperanza Aguirre, en su salsa y ante un auditorio rendido a sus pies, nos pone varios ejemplos de lo que serían las alternativas para acercar los representantes al pueblo: acabar con las listas cerradas; acercar la democracia al pueblo es acabar con las subvenciones públicas de los partidos políticos y hacerlos transparentes; en la nueva democratización de la vida política hay que controlar las promesas electorales; el programa electoral debe ser un contrato con los ciudadanos y la sumisión y servilismo de los socialistas a los nacionalismos periféricos.
Con estos puntos de vista idénticos entre la ex presidenta y el autor, hay risas cuando se mencionan los rumores de que el libro lo han escrito "mano a mano". Esperanza menciona que ambos tienen varios desacuerdos, por ejemplo, en cuanto al acceso de los funcionarios al puesto de trabajo: "no estoy de acuerdo con su crítica a los funcionarios; la oposición libre, dura y pública, sí es buena. Una vez aprobada, desde el punto de vista político, no tiene por qué no garantizar la continuidad del funcionamiento del estado; no es cierto que el funcionario que saca la plaza se tumbe a la bartola; en cambio, las pocas convocatorias de oposiciones puras y duras para dar paso al concurso de oposiciones sí ha rebajado el listón"
Pisando charcos escrito con pasión y frescura, cuajado de anécdotas personales, de coraje y valor, es un libro que pone el dedo en la llaga de muchos de los defectos de la política y la sociedad. Hay que regenerar la vida política española si queremos lo mejor para España y los españoles.
Después del discurso político que nos ofreció Esperanza Aguirre, a John Muller le quedaba poco por decir, pero sí opinó que "querer reformar España sin reformar los partidos políticos es inútil", sentenció. Porque al parecer de muchos ciudadanos, el mal se encuentra dentro de ellos. Es una lástima que sólo cuando se alejan del poder lo digan, y lo hagan con una perspectiva liberal. Para él la "mayor virtud de un liberal es que con su actitud desprendida, puede conseguir que el prejuicio no domine a sus semejantes".
Finalmente tomó la palabra el autor del libro, que señaló que "Las reformas crean enemigos y las grandes reformas grandes enemigos". Y coincidió con su jefa de filas en que "los políticos deben rendir más y mejores cuentas a los ciudadanos; ojalá que cada subida de impuestos fuera acompañada por una iniciativa de regeneración democrática".
Para él, "las medidas necesarias no son las que se aprobarían a través de un gran pacto de Estado entre las cúpulas de los dos grandes partidos y los dos grandes sindicatos; eso no es factible por el gran poder y enormes burocracias que acumulan", y cree fervientemente que "las ansias de gobernar han socavado la democracia". Recordando a Platón, que escribía que era utópico cambiar la naturaleza de la persona humana, Manglano, en lo que está empeñado, es en cambiar su comportamiento y los factores que influyen en sus decisiones, para que así las personas se transformen a sí mismas. Eso está empezando por uno mismo.
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