Sierra, alumno y maestro a la vez, enseña el Prado en todos los sentidos, pero el escritor nunca hace las cosas como los demás. Para llevar a cabo este viaje iniciático, urde una trama apasionante que tiene como hilo conductor la presencia y las enseñanzas de Luis Fovel, un hombre misterioso al que un jovencísimo Sierra conocerá una tarde de finales de 1990 frente a La Perla, una de las mejores tablas de Rafael. A partir de ese encuentro, Fovel recorrerá con Sierra las salas del museo y le mostrará las claves para desentrañar los enigmas que esconden los cuadros renacentistas, proporcionándole una serie de pautas que llevarán al escritor mucho más lejos de lo que nunca hubiera imaginado.
Cuando se pintaron los cuadros de Rafael, Leonardo o Tiziano, en pleno Renacimiento, explica Fovel, muchos pensaban que el modelo cristiano del mundo estaba al borde del colapso, que se vivía el fin de los tiempos y no había noble, clérigo o pontífice que no estuviera atento a las profecías que recorrían el continente. Por otro lado, en una época en la que la Inquisición era la celosa guardiana de la ortodoxia, los maestros tuvieron que utilizar imágenes de aspecto inocuo para transmitir los conocimientos prohibidos que les habían sido revelados por sus mecenas. Si se desconoce todo esto, afirma Fovel, es imposible penetrar en el sentido profundo de las pinturas.
Según este maestro del Prado, la mayor fuente de inspiración de Rafael y otros pintores fue el Apocalipsis Nova, un manuscrito jamás impreso que, sin embargo, tuvo gran influencia en el siglo XVI. Nadie dudada entonces que el libro había sido dictado por el arcángel Gabriel a su verdadero escritor, el beato Amadeo, y que contenía vaticinios sobre la llegada de un "Papa Angélico" que unificaría a la cristiandad y prepararía al mundo para el final de los tiempos.
Sierra decide viajar a El Escorial para intentar ver el ejemplar de este Apocalipsis Nova que se encuentra en la biblioteca del monasterio desde tiempos de Felipe II. Y cuando solicita el libro, que ya es de libre acceso a pesar de haber estado oculto durante años, descubre que el mismo libro ha sido consultado por alguien solo una semana antes, cuando nunca lo había sido en muchos años.
En el Apocalipsis Nova, el beato Amadeo se mostraba obsesionado por la llegada del Juicio Final y conminaba a sus lectores a que estuvieran atentos a las señales. Para Amadeo, cuando el final fuera inminente, la Virgen se manifestaría a través de imágenes pictóricas, a semejanza de la presencia de Cristo en la eucaristía, y esos cuadros obrarían milagros por doquier, lo que explicaría la obsesión de los pintores renacentistas por las imágenes marianas.
Fovel proporciona a Javier Sierra claves importantes para comprender La Perla y La Sagrada Familia del Roble -ambas de Rafael--, en los que se da a entender que Jesús y Juan el Bautista fueron dos mesías nacidos simultáneamente en Galilea, un secreto sugerido una y otra vez en la iconografía de la época.
Ésta será la primera lección de un sorprendente recorrido por el museo a través de las ancestrales enseñanzas mistéricas que atesoraban los pintores del Renacimiento. Para Fovel, la obra de Rafael y las de los demás genios renacentistas, fue concebida como una puerta hacia el mundo espiritual. Ese arte, pues, hay que aprender a mirarlo con el alma, no con los ojos.
¿Realidad?, ¿ficción?, ¿libro de aprendizaje?, ¿novela de misterio?... Todo esto puede decirse de El maestro del Prado. Porque el libro de Sierra posee elementos tan distintos como complementarios: unos hechos novelados que el autor propone reales; un recorrido por el Museo del Prado en el que los cuadros cobran vida y sus pintores se convierten en verdaderos protagonistas de unos hechos históricos inquietantes, y una trama muy bien urdida en la que no faltan las sorpresas y los giros argumentales.
Sierra invita al lector a un recorrido magnífico por las salas del Prado que pone en tela de juicio todo lo conocido sobre los Evangelios, el arte y la propia Historia. El maestro del Prado es una sorprendente inmersión en las salas del museo y lo que Sierra denomina "pinturas proféticas", obras que hablan de una historia paralela en la que los dogmas oficiales son cuestionados por el arte a través de simbolismos sólo accesibles a entendidos.
Javier Sierra (Teruel, 1971) es el único autor español contemporáneo que ha logrado situar sus novelas en el top ten de los libros más vendidos en Estados Unidos. Sus obras se traducen a más de cuarenta idiomas y son fuente de inspiración para muchos lectores que buscan algo más que entretenimiento en un relato de intriga.
Formado en el mundo del periodismo -fue director de la revista Más Allá de la Ciencia durante siete años, además de director y presentador de espacios en radio y televisión-, sus libros, centrados en acontecimientos históricos, han tenido una extraordinaria acogida por parte del público.
Es autor, entre otras, de La cena secreta, El ángel perdido, La dama azul, La ruta prohibida, En busca de la Edad de Oro, Las puertas templarias, Roswell: Secreto de Estado, La España extraña o El secreto egipcio de Napoleón.
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