Fred Vargas, la gran dama de la novela policíaca francesa, publica su nueva obra \"Cuando sale la reclusa\"

Danglard nos recuerda, ya al final de la novela, que en la mitología griega la joven tejedora Arachné fue transformada en araña por la diosa Atenea como venganza. Este mito bien hubiera tenido que recordarse al comienzo de "Cuando sale la reclusa", la historia de una venganza altamente elaborada. Sin embargo, lo interesante de esta obra radica en que, construida como una tela de araña, los hechos, los personajes y los sucesos aparecerán cuando menos los esperemos.

En "Cuando sale la reclusa" se tratan los temas que más interesan a la autora: la Edad Media, el mundo de los animales, el medio ambiente, la arqueología, la literatura y, sin duda, la psicología. Asimismo, Vargas consigue aquí su descripción más poderosa del horror y ante nosotros desfilan desde las mortíferas picaduras de araña a niños huérfanos hasta las violaciones continuas durante diez años a dos hermanas por un padre.

Descubrir qué se esconde detrás de una mente atormentada será el propósito de Adamsberg, que ve cómo su investigación ni siquiera es tomada en consideración hasta pasada la mitad de la novela. Un caso que se le escapa de las manos en cada capítulo, con nuevos datos a cada paso, diferentes, contradictorios, que le hacen volver a la casilla de salida continuamente, con personajes que surgen de un pasado, irresuelto y olvidado, y que poco tienen que ver con asesinos.

La literatura y la lingüística tienen un papel primordial en esta fascinante novela; no solo porque la mitología y las leyendas son capaces de explicar miles de años después el comportamiento del ser humano, sino porque las palabras y su etimología aportan pistas esenciales al caso. De la araña reclusa, pasaremos a las mujeres llamadas reclusas que vivían voluntariamente encerradas en un pequeñísimo habitáculo durante la Edad Media. La etimología será esencial para conocer la identidad del asesino. Por otro lado la estructura de la novela recuerda también a la tela de una araña. Adamsberg irá avanzando dando vueltas y vueltas, a veces sin sentido. Se perderá por un hilo hasta desviarse, al fin, por otro, se pegará a los hechos sin conseguir levantar cabeza hasta que su psicólogo le recomiende dormir. Solo la noche, el inconsciente, será capaz de devolverle la claridad que necesita para salir ileso y con éxito de la trampa de una perfecta tejedora. 

Por todo ello, la novela de Vargas no es solo una novela negra. En primer lugar, se convierte en una estudio sobre los laberintos del espíritu humano, desde la importancia del inconsciente hasta la búsqueda de los lugares comunes, vividos durante la infancia. En segundo lugar, es un homenaje al mundo animal y a su complejidad. En tercer lugar, es una defensa de la importancia de la historia para entender nuestro presente. Ya que, a pesar de ser siempre cuidadosos y perfeccionistas en sus actos, los asesinos de Vargas nunca son los personajes atormentados que nos imaginamos, sino seres a veces insignificantes y en apariencia tan normales que pasan desapercibidos hasta casi las últimas páginas. 

Un caso que se le escapa de las manos en cada capítulo, con nuevos datos a cada paso, diferentes, contradictorios, que le hacen volver a la casilla de salida continuamente

El comisario Jean-Baptiste Adamsberg, tras unas merecidas vacaciones en Islandia, se interesa de inmediato a su regreso a Francia por la muerte de tres ancianos a causa de las picaduras de una Loxosceles rufescens, más conocida como la reclusa: una araña esquiva y venenosa, pero en ningún caso letal. Adamsberg, que parece ser el único intrigado por el extraño suceso, comienza a investigar a espaldas de su equipo, enredándose inadvertidamente en una delicada y compleja trama, llena de elaborados equívocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que se escapa a cada momento de las manos del comisario, haciéndole regresar a la casilla de salida. Solo sus intuiciones, tan preclaras como dolorosas, serán capaces de devolverle la confianza que necesita para salir ileso de la red tendida por la más perfecta tejedora...

Fred Vargas (seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau, París, 1957), (París, 1957) estudió Historia y Arqueología. Trabajó en el Centro Nacional de Investigación Científica y, posteriormente, en el Instituto Pasteur, aunque pronto destacó en su faceta como escritora. Sus novelas policiacas han recibido numerosos premios, entre ellos el prix Mystère de la critique (1996 y 2000), el Gran Premio de Novela Negra del Festival de Cognac (1999), el International Dagger (tres veces consecutivas), el Trofeo 813 a la mejor novela en francés o el Giallo Grinzane (2006). Ha sido traducida a múltiples idiomas con un gran éxito de ventas en todo el mundo. Algunos de sus libros se han llevado al cine y adaptado a la televisión.

De entre su producción novelística podría destacarse la serie protagonizada por los Tres Evangelistas (Que se levanten los muertos, Más allá a la derecha y Sin hogar ni lugar, que Ediciones Siruela ha reunido en el volumen Los Tres Evangelistas), aunque la serie del comisario Adamsberg conforma la mayor parte de su obra con títulos como El hombre de los círculos azules, El hombre del revés, Huye rápido vete lejos, Fluye el Sena, Bajo los vientos de Neptuno, La tercera virgen, Un lugar incierto, El ejército furioso, o "Tiempos de hielo", que obtuvo en Premio Landerneau de novela negra en 2015.

Medievalista reconocida, Fred Vargas presenta en su última entrega del comisario Adamsberg, Cuando sale la reclusa, un entramado de historias que se remonta hasta la Edad Media.

En Francia, la novela lleva vendidos más de medio millón de ejemplares y, de momento, está siendo traducida a quince idiomas. 

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